El periodismo argentino en peligro
En tres d¨¦cadas no se ha visto campa?a como la del Gobierno de Kirchner contra ¡®Clar¨ªn¡¯
Pocas semanas atr¨¢s, manifestaciones espont¨¢neas y masivas irrumpieron en muchas ciudades de Argentina. Ciudadanos comunes salieron a la calle autoconvocados a trav¨¦s de las redes sociales para expresar su malestar por varias decisiones del Gobierno. La m¨¢s importante, el proyecto de reelecci¨®n de la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner ¡ªse tratar¨ªa de modificar la Constituci¨®n, ya que el tercer mandato no est¨¢ permitido¡ª. Tambi¨¦n quer¨ªan enfatizar su desaliento ante una inseguridad creciente y de la ausencia de una pol¨ªtica de protecci¨®n a los ciudadanos.
Solo un canal de televisi¨®n en abierto y uno de cable mostraron las im¨¢genes en vivo de esa gigantesca protesta. Los otros medios transmitieron breves flashes con t¨ªtulos que los desacreditaban, caracterizando a la gente que sali¨® a la calle como integrante de un sector ¡°burgu¨¦s¡± que solo se interesa en su hedonismo.
El canal en abierto y el de cable que s¨ª dieron la palabra a los manifestantes pertenecen al Grupo Clar¨ªn, a quien el Gobierno quiere obligar, con un supuesto l¨ªmite para este 7 de diciembre, a ¡°desinvertir¡± y a entregar al menos una de estas emisoras a la competencia (oficialista, por cierto).
La decisi¨®n se basa en una ley de medios audiovisuales votada tres a?os atr¨¢s, hecha a medida para debilitar a este Grupo. ?En qu¨¦ se basa esta acusaci¨®n? Valga un ejemplo: Clar¨ªn tiene un sistema de televisi¨®n por cable importante. Seguramente por esa raz¨®n se ha impuesto en la ley una restricci¨®n al n¨²mero de canales de cable que puede tener una empresa. Sin embargo, hay competidores con igual o m¨¢s n¨²meros de emisoras de pago pero lo distribuyen por sat¨¦lite ¡ªo por la red telef¨®nica¡ª en vez de por cable. Para ellos, no hay limitaci¨®n alguna.
Los pr¨®ximos meses ser¨¢n m¨¢s dif¨ªciles para la libertad de expresi¨®n
Como dos de los art¨ªculos de la ley de medios presentan un claro sesgo anticonstitucional, Clar¨ªn recurri¨® a la justicia, que a¨²n no se expidi¨® sobre esa cuesti¨®n; pero el Gobierno ha decidido que el 7 de diciembre debe empezar un proceso compulsivo de ¡°desinversi¨®n¡±, se?alando que lo har¨¢n de facto si los medios no lo hacen por s¨ª mismos. En este momento, a excepci¨®n de tres diarios en Buenos Aires (adem¨¢s de Clar¨ªn, mantienen su independencia La Naci¨®n, Perfil y El Cronista), y de un pu?ado del interior de la Argentina, casi no quedan medios independientes en el pa¨ªs. Hay, s¨ª, much¨ªsimos diarios, revistas, radios, canales por aire y de cable y sitios informativos digitales que son privados a nivel de propiedad, pero act¨²an como una verdadera cadena paragubernamental, subvencionada con publicidad del Estado o pagados por empresarios amigos que luego ven retribuida su fidelidad con concesiones p¨²blicas. No por azar ninguno de estos diarios y revistas ¡ªsolo en la ciudad de Buenos Aires son siete u ocho¡ª est¨¢n afiliados a ning¨²n sistema de verificaci¨®n de circulaci¨®n. Su circulaci¨®n es muy baja, contradictoria con el gran caudal de dinero oficial que reciben.
Adem¨¢s, el uso descarado de los medios p¨²blicos (en realidad son parte de la facci¨®n gobernante) para hacer propaganda del Gobierno de Kirchner: siguen as¨ª la misma pol¨ªtica que en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Los pr¨®ximos meses ser¨¢n m¨¢s dif¨ªciles para la libertad de expresi¨®n en la Argentina. Esto no nos trasciende: hiere la palabra, el debate de ideas y el acceso a la informaci¨®n p¨²blica, algo que de manera persistente niega el Gobierno de Fern¨¢ndez de Kirchner. Las acusaciones recibidas por los periodistas de los medios independientes, en especial los de Clar¨ªn, superan cualquier norma de convivencia plural. Se nos ha catalogado como ¡°la cadena del des¨¢nimo¡±, no se les responden las preguntas o se los acusa de infinitas segundas intenciones. Todo hecho dif¨ªcil que sucede en el pa¨ªs ¡ªdesde una protesta salarial en las fuerzas de seguridad hasta las denuncias por corrupci¨®n que rozan al vicepresidente de la naci¨®n¡ª ser¨ªa responsabilidad del periodismo no adicto, una campa?a de descalificaci¨®n y presi¨®n como nunca se vio en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas de democracia.
Creemos que la sociedad argentina, despu¨¦s de los cruentos a?os militares que duraron de 1976 a 1983, hizo una apuesta por la libertad y la convivencia. Clar¨ªn ¡ªque publica el diario de mayor tiraje y tiene una diversificaci¨®n multimedia¡ª rinde ex¨¢menes todos los d¨ªas con sus contenidos y depende de la opini¨®n de sus audiencias.
El Gobierno argentino no quiere generar nuevas voces, sino herir la capacidad de emisi¨®n y de trabajo de aquellas que no le son fieles. Hay que estar alertas y denunciar esta situaci¨®n grave para la libertad de expresi¨®n y el derecho a informar. La arbitrariedad y las presiones desvergonzadas son contrarias al esp¨ªritu democr¨¢tico.
Ricardo Kirschbaum es presidente de la Red Mundial de Editores (Global Editors Network) y editor general del diario Clar¨ªn de Buenos Aires.
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