La glamurizaci¨®n de Sergio Ramos
Ha pasado de chico de barrio a actualizar el legado estil¨ªstico de Beckham El defensa del Real Madrid moldea una imagen medi¨¢tica a su medida, tanto fuera del campo, en su relaci¨®n con Pilar Rubio, como dentro, plantando cara a Mourinho
Al regreso de la boda de Paulina Rubio y Nicol¨¢s Vallejo-N¨¢gera, en 2007, un grupo de invitados se qued¨® de piedra en el pasillo del puente a¨¦reo de Madrid a Barcelona. El motivo no era ni la resaca de los tres d¨ªas de fiesta en Canc¨²n ni mucho menos la precoz profec¨ªa de que el matrimonio no llegar¨ªa a cumplir un lustro. Era la visi¨®n de Sergio Ramos, su nariz cubierta por un vendaje que evidenciaba una intervenci¨®n quir¨²rgica. Ramos sonre¨ªa, ense?ando su dentadura como si fuera una colecci¨®n de joyas, estrechaba manos sin disimular el vendaje. No ten¨ªa por qu¨¦, todo el mundo sab¨ªa que la intervenci¨®n se deb¨ªa a una lesi¨®n durante un partido, muy frecuente en los laterales. Lo curioso era que un jugador del Real Madrid escogiera para la rinoplastia que cambi¨® su perfil a un cirujano barcelon¨¦s.
En Sergio Ramos, casi todo es igual de frontal y contradictorio. Fuerte car¨¢cter y convicci¨®n de liderazgo. Con 19 a?os y no m¨¢s pisar la hierba del Bernab¨¦u declar¨® que so?aba ¡°con ser capit¨¢n de este equipo¡±. La frase no encaj¨® entre los capitanes vigentes, desnud¨®, quiz¨¢ demasiado pronto, la ambici¨®n del reci¨¦n llegado, fue una metedura de pata. Convertido en el segundo capit¨¢n, 2012, el a?o de los recortes, est¨¢ a punto de terminar con Ramos hecho un nuevo gol medi¨¢tico.
Todo chut¨® con un cambio de corte de pelo. En junio de este a?o, para la Eurocopa, apareci¨® con un peinado que incluye un cierto tup¨¦ y recupera un tono casta?o rojizo. ¡°Yo tambi¨¦n me veo el parecido con Val Kilmer¡±, lleg¨® a reconocer cuando se le coment¨® la coincidencia con el joven actor de Top Gun. Con ese peinado certific¨® que tiene igual brillantez en la coordinaci¨®n de sus movimientos delante del bal¨®n como al mando de su propio estilo. Previo paso por Miami, vino su actual romance con Pilar Rubio, que apasiona porque se les mira como si fueran la respuesta sexy al idilio institucional y corporativo que representan Sara Carbonero e Iker Casillas. ¡°Sara e Iker son muy ?Hola!; Pilar y Sergio son m¨¢s Rolling Stone¡±, observa un columnista social. Otros sostienen que as¨ª como el Pr¨ªncipe se enamor¨® de Letizia vi¨¦ndola por televisi¨®n, los futbolistas siguen esa opci¨®n. ¡°Una foto de ellos juntos vale much¨ªsimo, y ser¨ªa inmediatamente diseccionada en las secciones de estilo de las revistas juveniles¡±, vaticina una colaboradora de Cuore. El noviazgo ha hecho saltar a Ramos del c¨¦sped al cuch¨¦, aunque ya mantuvo otra relaci¨®n medi¨¢tica intermitente, durante casi tres a?os, con la periodista deportiva Lara ?lvarez.
Result¨® un conquistador compulsivo. Ligar, al menos hasta hace un a?o, era un deporte
Ramos ha vivido todo de manera mete¨®rica. Fue mete¨®rica su llegada al f¨²tbol, a la cantera del Sevilla. Y mete¨®rico su aterrizaje en el Real Madrid, en plena era gal¨¢ctica, con 19 a?os, aire de chico de barrio y la formaci¨®n en un hogar con padre funcionario, seguidor de Felipe Gonz¨¢lez. Se crio en Camas, una barriada popular recostada en la falda de un cerro sobre el Guadalquivir. De Camas tambi¨¦n son Curro Romero y Paco Camino, y el toreo es algo que contin¨²a fascinando a Ramos. ¡°Criado en un ambiente socialdem¨®crata y andaluz, Ramos result¨® ser un conquistador compulsivo. Ligar, al menos hasta hace un a?o, era un deporte¡±, resalta un periodista sevillano. Es probable que cambie a medida que madure, porque tiene mucho sentido de la responsabilidad. Pero su instinto es competitivo, con los compa?eros y con los amigos, y traslada esa competencia a las conquistas. Por eso es mujeriego, no de forma tan espectacular como Cristiano Ronaldo, aunque en alg¨²n momento se han ¡°pasado¡± a la misma chica.
¡°No tiene obsesi¨®n por los coches caros, ni los relojes, ni las viviendas aparatosas¡±, aseguran sus allegados. A pesar de ello, acabamos de ver c¨®mo se ha mudado a la lujosa urbanizaci¨®n La Finca. Cuando lleg¨® al Madrid gal¨¢ctico, con Beckham en Dolce & Gabbana, Zidane y Figo centrados en sus familias, por un lado, y las excesivas fiestas del brasile?o Ronaldo, por el otro, Ramos se aferr¨® a su estilo de chico de barrio. Pantalones anchos llenos de bolsillos, camisetas estampadas, botines XL y sin atar, alguna cadena suelta, habitando un piso de Valdebebas rodeado de amigos que hac¨ªa, igual que en Sevilla, en la calle. Aunque el look fuera una exportaci¨®n del hip-hop de Camas, la verdadera lectura era que no quer¨ªa convertirse tan pronto en un se?or de traje y corbata, un gal¨¢ctico cubierto de logos, un millonario enrarecido como la mayor¨ªa de sus sobrevestidos compa?eros.
Ramos pertenece a una generaci¨®n donde la ropa agudiza su poder como mensaje. Muchos insisten en que busca racializar el legado estil¨ªstico de David Beckham. Traerlo a su terreno y llevarlo mucho m¨¢s lejos de lo que hizo Guti. Pero no tanto como el torero Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, con labios de color rosa con volumen en sus fotos para Vanity Fair. En ese mestizaje se mantienen inc¨®lumes dos constantes, los tatuajes y la depilaci¨®n. El tup¨¦ de su peinado es similar al de Beckham, pero no parece una caricatura. Los trajes de Ramos son ce?idos pero flexibles, a veces hay brillos en los materiales, pero su edad e ingresos lo permiten. En sus medidos encuentros con Pilar Rubio lleva cazadora de piel, la tendencia de la temporada, y vaquero oscuro, zapatillas de cuero, camisetas m¨¢s grises que blancas. Estos matices son importantes, embellecen al jugador y cumplen un objetivo: alejarlo del macarra chic de Cristiano Ronaldo. Y acercarlo a los brazos de Pilar fomentando un hombre que al no tener miedo no genera confusi¨®n con su atuendo. Sorprendentemente, el primero en imitar a Ramos ha sido el propio Cristiano, que se vio obligado a remodelar su look capilar.
En el medio tiempo del partido Real Madrid-Granada el pasado septiembre, Mourinho apart¨® del juego a ?zil delante de sus compa?eros. Dicen que ?zil rompi¨® a llorar ante la humillaci¨®n mientras pocos del equipo se le acercaron para no desdecir las ¨®rdenes del t¨¦cnico. Una vez solos, Ramos le habr¨ªa dicho: ¡°Dame tu camiseta, que voy a marcar un gol y te lo voy a dedicar¡±. Ponerse la camiseta de otro jugador es ¡°ponerse la piel de otro en su piel¡±. ¡°Era una reivindicaci¨®n absoluta, una declaraci¨®n de amor y de guerra al mismo tiempo¡±, dir¨ªa Torres. Ramos no pudo meter el gol, pero la camiseta sud¨® pol¨¦mica. La afrenta a Mourinho era obvia. Florentino P¨¦rez intervino para exigir al jugador que ofreciera una disculpa. Ramos lo pens¨®. ¡°Estaba en juego no solo su sentido de la justicia, sino su posici¨®n como capit¨¢n, que es vital para ¨¦l¡±, comenta Torres. Ramos accedi¨® a la disculpa, pero no a Mou, sino a sus compa?eros, ¡°por haber demostrado preferencia por ?zil sobre los dem¨¢s¡±.
El incidente engrandeci¨® al jugador, porque le otorg¨® un conflicto, su espinosa relaci¨®n con Mourinho. Son dos l¨ªderes. El problema est¨¢ en que Ramos ser¨ªa el jugador perfecto para Mourinho. No solo por ser un central casi ambidiestro, sino porque le permitir¨ªa espa?olizar a un equipo con quiz¨¢ demasiadas estrellas lusas. Se comenta que tanto Mourinho como Ronaldo y otros jugadores portugueses del Real Madrid comparten el mismo m¨¢nager. El ¡°culebr¨®n de las camisetas¡± estableci¨® a Ramos como h¨¦roe. Al mismo tiempo que desvel¨® el sadismo de Mourinho, capaz de introducir un dedo en el actual t¨¦cnico del Bar?a o de fustigar psicol¨®gicamente a Kak¨¢ con t¨¢cticas similares a las que Hitchcock empleara para martirizar a Tippi Hedren en el rodaje de Los p¨¢jaros.
Su juego es descrito como ¡°a¨¦reo y con control acrob¨¢tico¡±, un estilo propio. Muchos sostienen que no est¨¢ remunerado a la altura de su talento. Una fuente sostiene: ¡°Piqu¨¦, que tambi¨¦n es central, cobra alrededor de siete millones de euros al a?o. Ramos gana cuatro millones brutos en el Real Madrid. Por un jugador como ¨¦l tanto en la Premier League inglesa como en Francia estar¨ªan dispuestos a pagar 10 millones. El Bar?a estar¨ªa encantado de ficharlo¡±. Pero nadie tiene claro que Ramos quiera repetir la haza?a de Figo en sentido contrario.
Ni Mourinho ni Florentino pueden detener el idilio que su generaci¨®n desea establecer con Ramos. Empiezan a observarle como el h¨¦roe posburbuja. Un hombre veloz, pero atento; rico, pero en busca de un reto. El tes¨®n unido al talento natural. Su excelente coordinaci¨®n le hace ser un delicioso bailar¨ªn. Es amigo cercano a toreros j¨®venes como Talavante y el citado Manzanares hijo. Aunque tenga estrictamente prohibido participar en deportes de riesgo, Ramos ha compartido m¨¢s de un encierro durante sus veranos. La necesidad de adrenalina, la construcci¨®n de un Aquiles moderno, un gladiador llevando el bal¨®n a trav¨¦s de la celebridad y el deporte.
Aprendiendo de Beyonc¨¦ y de Beckham
Sergio Ramos aprovech¨® el balonazo metrosexual de Beckham para experimentar con tintes en su pelo, reforzar musculatura y, poco a poco, aprender a exhibirla con perniciosa naturalidad. En su metamorfosis como posible icono de estilo, Sergio ha evolucionado desde sus ra¨ªces gitanas y su esp¨ªritu de rebeld¨ªa. En la boda de su hermana apareci¨® con un chaqu¨¦ peligrosamente ce?ido y blanco. Un gui?o a Tony Manero, otro chico de periferia de enorme influencia. El traje respaldaba un rito de paso como el matrimonio de la hermana, pero tambi¨¦n reflejaba su necesidad de llevar lo gitano a un nuevo sitio, rodearlo de una cierta globalidad, como lo que Beyonc¨¦ o Shakira han hecho con sus idiosincrasias. Ramos se dej¨® fotografiar cantando y bailando flamenco. ¡°Solo faltaba Mario Testino para un especial ¡®Young and Spanish¡±, exclamar¨ªa un agente de modelos. La glamurizaci¨®n de Sergio Ramos marcaba otro gol. Nac¨ªa un nuevo ¨ªdolo pop, una estrella de estilo masculino. Las revistas lo han detectado. Y los suplementos masculinos, tambi¨¦n. ¡°Ramos es viril, pero sin agredir. Joven, con un gesto de responsabilidad. Nadie hab¨ªa podido jugar con esas cosas con tanta fluidez¡±, explican entusiasmados los miembros de un premio al hombre del a?o. ?Hay alguien detr¨¢s de esta operaci¨®n? Fuentes apuntan a Ren¨¦ Ramos, el hermano mayor y agente a ratos del jugador. ¡°Dudo mucho que no sea una decisi¨®n pensada y madurada por el propio Sergio. Quiere ser el capit¨¢n del Real Madrid y tambi¨¦n conseguir la globalizaci¨®n del ¡®lolailo¡±, sentencia otro periodista deportivo.
Comparte con Pilar Rubio un f¨ªsico espectacular que le sirve para resguardar un leve car¨¢cter introspectivo. ¡°Cuando la gente percibe a Sergio como antip¨¢tico, un poco narcisista, no entiende el sentido de responsabilidad que siente sobre su vocaci¨®n, su desempe?o como capit¨¢n del Real Madrid¡±, observa Diego Torres, cronista deportivo. Cuando presentaba ¡®M¨¢s que baile¡¯, ¡°Pilar era la ¨²ltima en maquillarse para evitar entrar o salir de los problemas del equipo. Ten¨ªa que ser parcial como presentadora¡±, confirma una maquilladora de ese programa. Ramos no siempre ha podido ser tan parcial.
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