?Indiferencia en educaci¨®n?

El otro d¨ªa conversando con un amigo sobre la huelga me dec¨ªa que ya le gustar¨ªa tener la libertad de la que gozamos funcionarios como los de educaci¨®n para hacer sentir su voz ante la tremenda situaci¨®n que vivimos: un poder econ¨®mico se ha apropiado de absolutamente todo y est¨¢ haciendo sufrir a los otros poderes, muy especialmente a la poblaci¨®n, males sin cuento.

Yo le dije, usando una expresi¨®n que retrata perfectamente la actitud de nuestro sector, que la ¡°dictadura de la indiferencia¡± hac¨ªa estragos entre nosotros. Que no solo eran los pol¨ªticos los que hab¨ªan perdido el contacto con la realidad, sino que nosotros nos est¨¢bamos instalando en una especie de torre de marfil desde la que cerramos los ojos, consideramos que nada muy malo de verdad nos puede pasar.

Esta falta de empat¨ªa con lo que pasa en la calle; con lo que le est¨¢ pasando con las conquistas de los trabajadores; con lo que sufren los pilares de nuestra democracia como son la educaci¨®n, la sanidad o la cultura; con los recortes que sufrimos en nuestras remuneraciones; con lo que nos aguarda a la vuelta de nuestra jubilaci¨®n; con lo que les espera a nuestros j¨®venes y a nuestros propios hijos¡­ ?de d¨®nde nos viene?

Esta falta de empat¨ªa, ?c¨®mo deber¨ªamos explicarla? ?Por qu¨¦, seguramente, ante la convocatoria de una contestaci¨®n masiva los funcionarios de Educaci¨®n vamos a ser de los m¨¢s indiferentes?¡ª Antonio Orellana Jim¨¦nez.