P.S.S.
El mundo mejorar¨ªa mucho si pusieran una ventanilla en la que apostatar de lo que se es
Se comprenden los escr¨²pulos de la polic¨ªa en relaci¨®n a los desahucios, donde a los agentes les viene tocando el trabajo m¨¢s feo. ?Por qu¨¦ no reconocerles la objeci¨®n de conciencia establecida, por ejemplo, en la sanidad p¨²blica para los m¨¦dicos a los que les repugna practicar el aborto? Debe de ser duro poner en la calle a un paral¨ªtico, a un beb¨¦, a una pareja de ancianos, a una familia sin recursos. A ver, por cierto, si la Iglesia realiza un v¨ªdeo de estas expulsiones del hogar tan terror¨ªfico como el que distribuy¨® a prop¨®sito de la interrupci¨®n del embarazo. Pero dejemos de so?ar: los escr¨²pulos morales son tambi¨¦n un privilegio de clase. Cuando el servicio militar, la objeci¨®n le llevaba a uno directamente al calabozo. Tuvo que haber m¨¢s presos que mazmorras para que se inventara lo de la PSS, que, ya ves t¨², quer¨ªa decir Prestaci¨®n Social Sustitutoria. Las leyes son de plastilina. Cuando conviene a quien conviene, lo que era un vicio se transforma en virtud.
En todo caso, ser¨ªa interesante extender la objeci¨®n de conciencia a ¨¢mbitos en los que hasta ahora no se ha experimentado. Que se reconociera, por ejemplo, el derecho de Ana Botella a dejar de ser Ana Botella en el instante mismo en el que continuar si¨¦ndolo le proporcionara alg¨²n malestar de ¨ªndole moral. Quien dice Ana Botella dice F¨¢tima B¨¢?ez, que, si no ha perdido la sind¨¦resis, debe de estar harta de s¨ª misma. Se trata de una propuesta ego¨ªsta, pues un servidor ser¨ªa el primero en objetar la personalidad propia. No lo duden, amigos, el mundo mejorar¨ªa mucho si pusieran una ventanilla en la que apostatar de lo que se es y, de paso, de la religi¨®n a la que nos han adscrito de forma violenta. Lo que no se nos ocurre es en qu¨¦ consistir¨ªa la Prestaci¨®n Social Sustitutoria para dejar de ser Undargar¨ªn o, como ya ha quedado dicho, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s.
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