Las actrices reivindican su derecho a mantener sus curvas y no adelgazar
Mila Kunis, Jennifer Lawrence, Romola Garai y un largo etc¨¦tera se rebelan contra las dietas a las que deben someterse para conseguir roles cinematogr¨¢ficos
La historia es tan antigua como el mismo Hollywood. Una aspirante a estrella que para acariciar la fama debe entregar unos cuantos kilos como tributo. Un rito de paso que al parecer pierde vigencia entre las nuevas generaciones de actrices. La ¨²ltima en dejar en claro que no quiere saber nada de la delgadez extrema en su vida real es Mila Kunis. La ucraniana de 29 a?os, y actual pareja de Ashton Kutcher, ha recuperado todos y cada uno de los once kilos que tuvo que perder para dar vida a una bailarina de ballet en Cisne Negro.
La gracia le ha costado unos intensos rumores de embarazo, frente a los cuales ha tenido que salir al paso, y una pronta sustituci¨®n en su papel de rostro publicitario de la casa francesa Dior. A pesar de que en la firma no reconocen su despido, tampoco desmienten que han fichado a una nueva representante: la actriz de 22 a?os Jennifer Lawrence. Pero esta ¨²ltima, a pesar de ser poseedora de un f¨ªsico que dif¨ªcilmente podr¨ªa definirse como voluminoso, tampoco tiene ninguna gana de adelgazar.
¡°En Hollywood soy obesa, se me considera una actriz gorda¡±, ha declarado la protagonista de Los juegos del hambre a la edici¨®n estadounidense de la revista Elle, donde tambi¨¦n advierte que no est¨¢ dispuesta a perder peso por exigencias de un guion. ¡°Nunca me matar¨ªa de hambre por un papel.¡± Entre sus razones, dar buen ejemplo entre las menores.
Cada vez m¨¢s actrices protagonizan campa?as publicitarias y no hay distinci¨®n entre ellas y las modelos. Ninguna firma te prestar¨¢ un vestido de la 38 para la alfombra roja porque la talla de muestra es una 36 tirando a muy peque?a¡±, se queja Romola Garai
Otra famosa que ¨²ltimamente ha abordado el tema es la brit¨¢nica Romola Garai. ¡°Mi peso era un gran problema cuando empec¨¦¡±, apunt¨® en unas declaraciones a la revista Radio Times. ¡°Era y sigo siendo una muy normal talla 38, pero no se consideraba como aceptable. En parte es porque la moda, el cine y la televisi¨®n dependen unos de otros. Cada vez m¨¢s actrices protagonizan campa?as publicitarias y no hay distinci¨®n entre ellas y las modelos. Ninguna firma te prestar¨¢ un vestido de la 38 para la alfombra roja porque la talla de muestra es una 36 tirando a muy peque?a.¡±
Las veteranas tambi¨¦n ayudan a enfrentarse a la presi¨®n a las novatas. Emma Thompson rompi¨® en c¨®lera cuando se enter¨® de que Hayley Atwell, su joven compa?era de reparto en Retorno a Brideshead, no prob¨® bocado durante la cena que organiz¨® porque Miramax la hab¨ªa obligado a perder peso para el rol.
La negativa de estas int¨¦rpretes a mantener el convenido silencio sobre la obsesi¨®n por la delgadez en la industria aviva el debate sobre la representaci¨®n del cuerpo femenino en los medios. Un tema complejo que polariza opiniones y alberga profundas contradicciones. Mientras en la alfombra roja se festejan curvas como las de Christina Hendricks (Mad Men), las revistas venden m¨¢s que nunca cuando se?alan la celulitis de famosas en biquini. Al mismo tiempo que se admiran las redondeces de la modelo de talla grande Crystal Renn, se mantiene el inter¨¦s por cada nuevo m¨¦todo de adelgazamiento de moda o se condena a Lady Gaga por ganar peso inesperadamente.
Aunque se observe una tendencia a la normalizaci¨®n de proporciones variadas en el mundo del espect¨¢culo, resulta significativo que la cantante Adele, ganadora de seis premios Grammy , tenga que responder a comentarios de Karl Lagerfeld sobre su figura. O que una actriz de la talla de Kate Winslet constantemente tenga que dar explicaciones en p¨²blico sobre su cuerpo. ¡°Es importante insistir que la normalidad no es aquello a lo que nos expone¡±, apunt¨® Winslet en una entrevista con el Vanity Fair italiano. ¡°Ninguna de mis conocidas tiene una talla XS. Bueno, de he hecho s¨ª, una: mi hija Mia, de 11 a?os¡±.
Seg¨²n la directora del Vogue brit¨¢nico Alexandra Shulman, la clave est¨¢ en ¡°no elogiar ning¨²n tipo de extremo¡±. Y en ampliar lo que se considera apto para vender revistas o promocionar pel¨ªculas. Se refiere a las cuestiones referentes al peso, pero tambi¨¦n a la ¡°edad y etnicidad¡±, seg¨²n ha declarado a The Telegraph.
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