Karim Wade, el delf¨ªn ca¨ªdo
El 26 de mayo de 2011, los l¨ªderes del G8 se reun¨ªan en Deauville (Francia). Como es tradici¨®n, tras la cita ten¨ªa lugar la fotograf¨ªa oficial, en la que los presidentes de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo y sus invitados, entre los que se encontraba el senegal¨¦s Abdoulaye Wade, posaban para la posteridad. Sin embargo, justo despu¨¦s de que se tomara dicha foto y cuando las c¨¢maras segu¨ªan grabando, tuvo lugar un acontecimiento muy significativo. El entonces jefe de Estado franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, anfitri¨®n del evento, present¨® a dos personas. De un lado, el todopoderoso presidente estadounidense Barack Obama; de otro, el ministro senegal¨¦s Karim Wade. Aquel fue, sin lugar a dudas, el minuto de gloria de alguien que se ve¨ªa a s¨ª mismo llamado a ocupar, no muy tarde, la Presidencia de Senegal que entonces detentaba su padre.
Pero el tiempo pas¨®. Y las cosas han cambiado. Un a?o y medio despu¨¦s de aquella imagen que fue tan comentada en Senegal, el delf¨ªn que aspiraba a suceder a su padre se encuentra investigado por la Justicia y sin posibilidad de salir del pa¨ªs, pues el Gobierno le ha retirado el pasaporte. La historia del ascenso y posterior ca¨ªda en desgracia del anta?o superministro ¡°del Cielo y de la Tierra¡± es el mejor s¨ªmbolo del cambio de r¨¦gimen en Senegal, un pa¨ªs que se enfrent¨® a lo peor durante unas turbulentas elecciones presidenciales de las que sali¨® airoso y que ahora pretende lavar los trapos sucios del pasado. Mientras desde el antiguo r¨¦gimen hablan de caza de brujas, los nuevos dirigentes del pa¨ªs, con su presidente Macky Sall a la cabeza, trasladan el mensaje de que todo senegal¨¦s es igual ante la Ley. Incluido Karim.
Nacido el 1 de septiembre de 1968, es hijo de Abdoulaye Wade y de su esposa francesa, Viviane Vert. Aunque pas¨® sus primeros a?os en Dakar, pronto fue enviado a Par¨ªs para cursar estudios secundarios y universitarios. All¨ª, en los a?os noventa, se especializa en Ciencias de Gesti¨®n e Ingenier¨ªa Financiera y conoce a la que ser¨ªa su esposa, Karine, con la que tiene tres hijos y quien fallecer¨ªa muy pronto, en 2009.
El joven Karim se implica ya en su ¨¦poca estudiantil en la batalla pol¨ªtica de su padre, entonces activo l¨ªder de la oposici¨®n en Senegal, a la vez que comienza a desplegar una intensa actividad en el sector privado, ocupando puestos de responsabilidad en bancos, empresas de minas, diamantes y petr¨®leo (como Texaco) y como consultor de gobiernos africanos. La victoria electoral del liberal Abdoulaye Wade en el a?o 2000 tras cuarenta a?os de socialismo provoca la irrupci¨®n de su hijo Karim en la vida p¨²blica. En 2002, el delf¨ªn se instala definitivamente en Dakar, una ciudad en la que pr¨¢cticamente no hab¨ªa vivido, como consejero personal de su padre.
Karim Wade, un joven sin duda ambicioso, se pone al frente de algunas de las grandes obras que emprend¨ªa su padre, como el nuevo aeropuerto internacional Blaise Diagne (casi terminado, pero a¨²n no operativo), la restructuraci¨®n de las industrias qu¨ªmicas o la creaci¨®n de una zona econ¨®mica especial en Dakar, entre otras. Dos a?os despu¨¦s, en 2004, Karim recibe un encargo muy especial. Es nombrado presidente de la Agencia Nacional para la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica (Anoci) que deb¨ªa celebrarse en 2008 y que reunir¨ªa en Dakar a los presidentes de 57 pa¨ªses musulmanes del mundo. Junto a Abdoulaye Bald¨¦, tambi¨¦n hombre de confianza del presidente, Karim Wade deb¨ªa atraer el inter¨¦s de los pa¨ªses ¨¢rabes para que invirtieran en Senegal. Pa¨ªses ¨¢rabes, petr¨®leo, inversiones. El hijo del presidente obtiene su gran espaldarazo. Pero las cosas no salieron como ¨¦l pensaba y la Anoci se convierte en el primer gran esc¨¢ndalo en el que se ve envuelto.
La Conferencia Isl¨¢mica, que finalmente se celebr¨® en marzo de 2008, contaba con un enorme presupuesto, unos 658 millones de euros, de los que s¨®lo fueron invertidos 265. Cuatro a?os despu¨¦s, los senegaleses no aciertan a¨²n a saber d¨®nde fueron a parar casi 400 millones de euros. El reputado y cr¨ªtico periodista Abdou Latif Coulibaly, que acaba de ser nombrado ministro, ya public¨® hace a?os un amplio reportaje de investigaci¨®n en forma de libro denominado Cuentas y decepciones de la Anoci, en el que pon¨ªa negro sobre blanco los detalles de este affaire, considerado por muchos el mayor esc¨¢ndalo financiero de la historia del pa¨ªs.
El primer intento por investigar las cuentas de la Anoci tuvo lugar ya en 2007 y fue impulsado, curiosamente, por el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Macky Sall, hoy presidente de la Rep¨²blica. Este hecho marc¨® la ruptura definitiva entre Abdoulaye Wade y Macky Sall, quien acab¨® por abandonar el partido y crear su propio grupo pol¨ªtico, Alianza por la Rep¨²blica, con la que hace menos de un a?o gan¨® las elecciones presidenciales. La rivalidad del actual presidente y el hijo de Wade data de aquellos a?os.
Superministro del Cielo y de la Tierra, Karim Wade. Fotograf¨ªa v¨ªa AfrolNews.
Mientras la Anoci estremec¨ªa a la opini¨®n p¨²blica senegalesa, Karim Wade empezaba ya a acumular un patrimonio personal sorprendente, que incluye una decena de coches de lujo, varias casas y apartamentos en Londres, Par¨ªs y Dakar y, sobre todo, un jet privado que utiliza para hacer sus viajes de Estado. Seg¨²n el propio Wade, la mayor parte de estos coches y el avi¨®n fueron regalos de sus ¡°amigos¡± de los pa¨ªses del Golfo, pero, a tenor de los ¨²ltimos acontecimientos, parece que le est¨¢ costando demostrar este extremo pues las investigaciones se est¨¢n centrando en este inmenso y costoso ¡°parque m¨®vil¡±.
A mediados de la d¨¦cada pasada, el delf¨ªn iba a lo suyo. Junto con su amigo Abdoulaye Bald¨¦ lidera la Generaci¨®n del Concreto, una especie de corriente interna dentro del Partido Democr¨¢tico de Senegal (PDS) para sumar a los j¨®venes a su ambici¨®n de llegar, un d¨ªa, a ocupar el sill¨®n presidencial. Su padre le avala, le protege, le anima. En 2009 se presenta a la que pensaba que ser¨ªa su gran cita con la urnas: concurre a las elecciones municipales para la Alcald¨ªa de Dakar, la primera ciudad de Senegal, su trampol¨ªn hacia las alturas. Pero una vez m¨¢s, le sali¨® mal.
Karim Wade no es alguien que caiga simp¨¢tico en este pa¨ªs. Ya no es s¨®lo que buena parte de los senegaleses est¨¦n convencidos de que ha metido la mano en la caja. En realidad, lo que no le perdonan es ese perfil altivo, la protecci¨®n de la que ha gozado por proceder de buena cuna, su educaci¨®n en Europa, su desconocimiento de la lengua nacional, el wolof, su inmenso poder heredado y no conquistado y su predisposici¨®n a postularse para el puesto de presidente, a¨²n a riesgo de hacer quebrar las reglas del juego de una rep¨²blica. Los senegaleses no le perdonan que fuera el Elegido, el sucesor din¨¢stico. Por todo eso, no le quisieron entregar la Alcald¨ªa de Dakar.
Pero no hab¨ªa problema. Su padre ten¨ªa ya preparado un plan B. Dos meses despu¨¦s de su derrota en las urnas, le nombra ministro de Energ¨ªa, Cooperaci¨®n Internacional, Ordenaci¨®n del Territorio, Transportes A¨¦reos e Infraestructuras. Pocas veces alguien que no fuera el presidente acumul¨® tanto poder. Superministro del Cielo y de la Tierra le llamaban los senegaleses con su caracter¨ªstico humor. Eso s¨ª, otros le llamaban cosas m¨¢s feas. En los cables publicados por Wikileaks, la embajadora de Estados Unidos asegura que hasta 2007 se le conoc¨ªa como Mister 10%, en referencia a las comisiones que se llevaba por cada contrato o negocio que cerraba para el Gobierno senegal¨¦s, pero que a partir de ese a?o pas¨® a ser llamado Mister 15%. No le iba mal, al parecer, aunque todo estaba a punto de truncarse.
A medida que el viejo Wade iba perdiendo fuelle, a medida que la oposici¨®n se envalentonaba (las elecciones municipales de 2009 fueron una buena prueba de que el PDS ya estaba en franca ca¨ªda) y los ciudadanos empezaban a salir a las calles para protestar por los cortes de luz, por la carest¨ªa de la vida, el paro, el despilfarro de dinero p¨²blico y por la falta de horizontes, las opciones de Karim Wade de suceder a su padre se iban difuminando. Un ¨²ltimo intento de colarlo por la puerta de atr¨¢s tuvo lugar el 23 de junio de 2011, con el proyecto de ley que inclu¨ªa el llamado ticket presidencial, pero el pueblo senegal¨¦s se ech¨® a las calles en bloque. El proyecto se paraliz¨®. En ese momento, los Wade tendr¨ªan que haberse dado cuenta de que algo empezaba a fallar. Pero no lo hicieron. El Viejo decidi¨®, pese a todo, pese a la Constituci¨®n, pese a sus 85 a?os, pese al malestar popular, presentarse de nuevo a las elecciones.
Pero claro, las perdi¨®. Tras una agitad¨ªsima campa?a electoral en febrero de 2012 ((ver el post Qu¨¦ pasa en Senegal), en la que decenas de miles de senegaleses se manifestaron contra la candidatura de Wade, un postrero y desesperado intento de pucherazo la noche de la primera vuelta electoral emanado del entorno del presidente saliente, en el que estaba incrustado el propio Karim, no lleg¨® a materializarse porque se corr¨ªa un riesgo cierto de que el pa¨ªs se deslizara hacia el abismo de la ingobernabilidad. La noche del 25 de marzo de 2012, el aspirante Macky Sall, el mismo que hab¨ªa intentado investigar a Karim en 2007, se alzaba con la Presidencia del pa¨ªs, abriendo una nueva p¨¢gina en la historia de Senegal. Y entre los temas estrella de la agenda del nuevo presidente estaba, c¨®mo no, el impulso a las auditor¨ªas e investigaciones judiciales para averiguar a d¨®nde hab¨ªa ido a parar tanto dinero p¨²blico en los ¨²ltimos a?os.
Y para garantizar que esta tarea fuera llevada a cabo hasta el final, para reforzar la idea, lanzada durante la campa?a, de que ¡°todos los senegaleses son iguales ante la Ley¡±, Macky Sall situ¨® a una de sus compa?eras m¨¢s pr¨®ximas y combativas, Aminata Tour¨¦, al frente del Ministerio de Justicia. El inicio de las pesquisas y las ¨®rdenes de arresto no tardaron en llegar. Y Karim Wade, por supuesto, estaba en el punto de mira. Ya ha pasado cuatro veces por la Gendarmer¨ªa para declarar, las dos ¨²ltimas este mes de noviembre. Y como resultado de sus declaraciones, que no parecen haber convencido al Tribunal de Represi¨®n del Enriquecimiento Il¨ªcito (CREI), a Karim Wade y a seis de sus colaboradores, todos miembros del antiguo r¨¦gimen, se les ha retirado el pasaporte para evitar que salgan del pa¨ªs. No s¨®lo por el esc¨¢ndalo de la Anoci, otros supuestos casos de mal uso del dinero p¨²blico salpican los ¨²ltimos a?os de gobierno de Wade.
Desde el PDS se acusa a las nuevas autoridades de estar llevando a cabo una venganza pol¨ªtica. La imagen de Macky Sall golpeando a Abdoulaye Wade a trav¨¦s de la figura de su hijo es muy tentadora. Pero lo cierto es que aquellos que el 25 de marzo acudieron a votar en masa por Macky Sall no le perdonar¨ªan que dejara el agua correr e incumpliera la que fue una de sus banderas electorales, la persecuci¨®n hasta el final de la corrupci¨®n pol¨ªtica, el enriquecimiento il¨ªcito y el despilfarro de dinero p¨²blico. Esta historia no ha hecho m¨¢s que empezar.
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