?Qu¨¦ pasa con la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica?
Wert pretende dinamitar un modelo de ¨¦xito que lleva funcionando 34 a?os
Resulta entristecedor que el debate que lleva aparejado el borrador del proyecto de Ley Org¨¢nica de Mejora de la Calidad de la Educaci¨®n no sea esencialmente pedag¨®gico, que buena falta har¨ªa a la vista de las tasas de fracaso y abandono escolar o de los nefastos indicadores que refleja, por ejemplo, el informe PISA. Mientras deber¨ªa estarse hablando de los recortes presupuestarios o de la oportunidad de una nueva contrarreforma, y ya van 7 en 43 a?os, el ministro Wert nos propone una ley retr¨®grada y un nuevo debate pol¨ªtico: el modelo ling¨¹¨ªstico en la escuela. Para ello, el ministro Wert parte tanto de un apriorismo delirante como de un falso silogismo: existe un conflicto ling¨¹¨ªstico que hay que atajar y, adem¨¢s, como la escuela da sentido de pertenencia, ante el giro soberanista de la pol¨ªtica catalana, debe espa?olizarse a los ni?os catalanes.
Wert no es un incendiario que act¨²a por su cuenta sin encomendarse a nadie. Como soci¨®logo e ide¨®logo de FAES ejecuta fielmente las directrices aznaristas y de la derecha m¨¢s extrema, sirvi¨¦ndose, ante la inhibici¨®n de Rajoy, de un tradicionalmente anodino ministerio, hoy pr¨¢cticamente desprovisto de competencias, como gran trinchera de confrontaci¨®n ideol¨®gica. A falta de pan, buenas son tortas. ?Que hay crisis econ¨®mica? Pues toca tensar la cuerda de las relaciones centro-periferia y de paso incomodar a un PSOE poli¨¦drico en el debate territorial. A su manera, el mismo pan y circo de Gallard¨®n, que ha excitado el debate de costumbres desde el Ministerio de Justicia, con el aborto o el matrimonio homosexual.
Vale la pena recordar ahora que hubo un momento en que la derecha espa?ola perdi¨® muchos de sus complejos. Aznar afirm¨® que Espa?a era un esqueleto de naci¨®n. Se entiende pues que hab¨ªa que muscularla. Y desde el pedestal arrogante de la mayor¨ªa absoluta, y con una visi¨®n supremacista del castellano, pas¨® de no recurrir la ley de pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica catalana de 1998, que sent¨® las bases del modelo iniciado en 1982, a lanzar una ofensiva sin cuartel. Del ¡°Pujol, guaperas, habla lo que quieras¡± del Pacto del Majestic se volvi¨® al ¡°Pujol, enano, habla castellano¡±. Y todo ello, en compa?¨ªa de los habituales corifeos de la derecha medi¨¢tica que desde entonces han presentado las escuelas catalanas como un remedo de madrasa cor¨¢nica donde se adiestra (se envenena, ha dicho Tejero) a los infantes y se adulteran los curr¨ªculums para ocultar la existencia de los Reyes Cat¨®licos.
La derecha presenta la escuela catalana como una copia de una madrasa cor¨¢nica
Sin embargo, el actual modelo ling¨¹¨ªstico educativo se remonta a 1978, cuando incluso antes de aprobarse la Constituci¨®n, un decreto estableci¨® el catal¨¢n como asignatura obligatoria e introdujo la posibilidad de utilizarlo como lengua vehicular (a pesar de que Su¨¢rez hab¨ªa exclamado aquello de ¡°?una clase de qu¨ªmica nuclear en catal¨¢n? Seamos serios¡±). Hab¨ªan transcurrido 40 a?os de prohibici¨®n franquista, con la que se quiso llevar a la pr¨¢ctica la divisa del falangista Gim¨¦nez Caballero: ¡°Vamos a reducir el catal¨¢n a un oscuro di¨¢logo entre payeses¡±. Aunque es sabido que antes que Franco otros lo intentaron: el catal¨¢n estuvo prohibido en la escuela por una Instrucci¨®n de Felipe V (1715), una Real C¨¦dula de Carlos III (1768), una Provisi¨®n del Consejo de Castilla del conde de Floridablanca (1780), la Ley Moyano de Instrucci¨®n P¨²blica (1857) o por Primo de Rivera. Ya en democracia, fue un Decreto catal¨¢n de 1982 el que permiti¨® a los centros utilizar una ¨²nica lengua vehicular en todas las materias. Luego, la Ley de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica de 1983, que s¨®lo hac¨ªa referencia a la necesidad de garantizar la utilizaci¨®n progresiva del catal¨¢n, fue objeto de desarrollo reglamentario, y mediante un decreto de 1983 se empez¨® a forjar un modelo que culmin¨® en 1992 con diversos decretos que desplegaban la LOGSE. Con todo, la ley de 1983 acab¨® en el Tribunal Constitucional (TC). Al fin, el Alto Tribunal dict¨® una hist¨®rica sentencia en 1994, por la que no s¨®lo se reconoc¨ªa el catal¨¢n como ¡°centro de gravedad¡± del sistema educativo sino que proclamaba que no exist¨ªa el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular mientras no se excluyera el castellano como lengua vehicular. Todo ello, en base a la situaci¨®n de patente desequilibrio entre las dos lenguas en casi todos los ¨¢mbitos de la vida social: medios de comunicaci¨®n, industrias culturales, etc.
En 1998, el Parlamento catal¨¢n aprob¨® una nueva ley de pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica, con la que se propuso blindar por ley la inmersi¨®n, y no fue recurrida por Aznar, que todav¨ªa hablaba catal¨¢n en la intimidad, a diferencia de lo que hizo el PP de Rajoy con el Estatuto de 2006, que se propon¨ªa elevar a rango estatutario lo contemplado en la ley de 1998 y en la propia doctrina del TC. La sentencia del Estatut de 2010 dej¨® muchos interrogantes en materia ling¨¹¨ªstica, que deber¨¢ resolver con una nueva sentencia, puesto que el PP tambi¨¦n impugn¨® la vigente ley de Educaci¨®n de Catalu?a. En la STC 31/2010, se advert¨ªa simplemente que las dos lenguas oficiales eran vehiculares, y que corresponde a la Generalitat establecer en qu¨¦ porcentaje, en funci¨®n de la realidad socioling¨¹¨ªstica de cada momento. Aprovechando tal ambig¨¹edad, el Tribunal Supremo (TS) comenz¨® hace alg¨²n tiempo a cuestionar la inmersi¨®n, a ra¨ªz de algunos casos particulares, y, actuando como si del legislador se tratara, exigiendo la reintroducci¨®n del castellano como lengua vehicular en todos los cursos.
Hay un patente desequilibrio entre las dos lenguas en casi todos los ¨¢mbitos sociales
Y Wert ha encontrado un asidero en esos pronunciamientos del TS, de donde ha inferido torticeramente que corresponde al Estado establecer una ponderaci¨®n ¡°razonable¡± entre ambas lenguas. Veremos lo que tenga que decir en su d¨ªa el Tribunal Constitucional. Pero, por lo pronto, no existe ninguna raz¨®n objetiva para poner fin a un modelo de ¨¦xito, que ha recibido el aplauso de la UE por ser un hallazgo de conjunci¨®n ling¨¹¨ªstica, y que ha actuado como el aut¨¦ntico cemento de la cohesi¨®n social en Catalu?a. El sistema, con 34 a?os a sus espaldas, ha ayudado incluso a la integraci¨®n de los inmigrantes y a inculcar valores de tolerancia y respeto entre los aut¨®ctonos. Adem¨¢s, al final de la etapa educativa obligatoria, y eso es lo que importa, el nivel de castellano no s¨®lo es homologable a la media espa?ola sino incluso superior en algunos casos, como revela el Instituto Nacional de Evaluaci¨®n.
En concreto, Wert pretende dinamitar el modelo dando al catal¨¢n el rango de asignatura de especialidad, esto es, por detr¨¢s de las asignaturas troncales (un m¨ªnimo del 50% del horario lectivo) y espec¨ªficas (un m¨¢ximo del 50%), otorg¨¢ndole un car¨¢cter residual frente al castellano y el ingl¨¦s, que devienen materias obligatorias y posterg¨¢ndolo tras el segundo idioma extranjero, pese a ser no s¨®lo lengua cooficial sino tambi¨¦n la propia de la comunidad. El Estado se propone adem¨¢s dictar todo el curr¨ªculum de las troncales y dejar a las autonom¨ªas el de asignaturas como la educaci¨®n f¨ªsica, la religi¨®n o la segunda lengua extranjera. Y no s¨®lo eso, los padres que vivan en zonas en que se aplica la inmersi¨®n van a tener derecho a exigir una escuela privada en castellano, sufragada por la administraci¨®n educativa. Por el contrario, desde 1978 el catal¨¢n ha sido troncal debido a que su presencia en una misma ¨¢rea permite educar de forma coordinada los elementos ling¨¹¨ªsticos comunes. Por eso, en Catalu?a existe un consenso pol¨ªtico casi un¨¢nime acerca de incumplir, en su caso, una norma a todas luces injusta y que es percibida como un ataque a uno de los pilares de su convivencia. De paso, huelga decir que los sectores de la derecha espa?ola que no desfilan tras el tambor del tercio y que postulaban tender puentes de plata con los m¨¢s receptivos de CiU ven c¨®mo el PP de Rajoy se descerraja un tiro en el pie con el ¨®rdago boomerang de Wert.
Joan Ridao es profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona y ESADE y fue secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) de 2008 a 2011.
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