?Chavismo sin Ch¨¢vez?

No lo han planteado sus adversarios, sino ¨¦l mismo. El anuncio del presidente venezolano de que no hab¨ªa vencido al c¨¢ncer y se ten¨ªa que operar una cuarta vez en su admirada Cuba ha abierto la perspectiva de un chavismo sin Ch¨¢vez. Aunque el inventor de la revoluci¨®n bolivariana no suele dar puntada sin hilo, esta vez puede ir en serio, tanto como para pretender, desde una ¨®ptica autoritaria que no le abandona, dejar todo atado y bien atado.

Ha designado como sucesor al vicepresidente y canciller Nicol¨¢s Maduro, que en caso de que Ch¨¢vez no pueda asumir el cargo el pr¨®ximo 10 de enero, o si fallece despu¨¦s, deber¨¢ someterse a las urnas en 30 d¨ªas. Ser¨¢n los ciudadanos de Venezuela los que decidir¨¢n libremente. El futuro de un chavismo sin Ch¨¢vez no est¨¢ en sus manos, sino en las de los venezolanos.

Ch¨¢vez gan¨® con claridad las elecciones de octubre frente al candidato ¨²nico de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, Henrique Capriles. Entonces ocult¨® el verdadero estado de su salud. Esta vez, a una semana de las elecciones a gobernadores y Parlamentos regionales, el presidente venezolano parece haber optado por no disimular, aunque si sale de esta, su regreso ser¨¢ apote¨®sico.

Su dedo de mando ha apuntado no a los que le acompa?aron en la primera hora, sino a un antiguo sindicalista al que ha calificado como ¡°uno de los l¨ªderes j¨®venes de mayor capacidad¡±, y que, efectivamente, representar¨ªa una renovaci¨®n generacional. Ser¨ªa una oportunidad para Capriles, especialmente si triunfa como gobernador del Estado de Miranda. Pero el antichavismo debe entender que, tambi¨¦n sin Ch¨¢vez, para vencer tendr¨¢ que convencer. No parece que haya sacado a¨²n todas las lecciones adecuadas de su derrota de octubre.