El pulso de Sof¨ªa
La soberana lleva un a?o ejecutando contra viento y Spottorno un plan de rehabilitaci¨®n de la imagen de su hija Cristina que r¨ªete t¨² del del doctor Villamor para la cadera de su esposo
Una cosa te digo: estoy hasta las mamas de las escapadas invernales de la pe?a a Manhattan y de su correspondiente despliegue de mitones, plumas y gorros de punto gordo. Y quien dice a Manhattan ¨CBisbal, Bustamante, Blanca Su¨¢rez y respectivos¨C, dice a Eurodisney ¨CMelendi y prole¨C, o a Londres, en el mayest¨¢tico caso de la reina Sof¨ªa, que en vez de aprovechar el puente de la Consti para poner el ¨¢rbol como el populacho, dej¨® al marido haciendo estiramientos con el real fisio y se pir¨® con su hermana Irene a pillar los Reyes para sus infantitos a la ciudad del T¨¢mesis. Que digo yo, en un aparte: con lo fatal que est¨¢ el comercio en tu propio reino, ?a qu¨¦ te vas a consumir allende tus mares y engordar las arcas de los s¨²bditos de tu prima Elisabeth II?
Vistas a pie de estas calles asoladas por recortes, despidos y castigados sin paga, tama?as evidencias de la asimetr¨ªa de clases, dan ganas de tomar Manhattan y despu¨¦s Berl¨ªn, que cantaba el cascabel de Leonard Cohen. Ydespu¨¦s el Congreso y despu¨¦s la Bastilla y despu¨¦s el Palacio de San Petersburgo, si se tercia. Y ah¨ª me paro, que si no enfilo a La Zarzuela, y tampoco es eso, de momento. Si al fin y al cabo do?a Sof¨ªa es una abuela tipo que lo ¨²nico que le pide a Pap¨¢ Noel es juntar a los hijos y los nietos en la mesa. A tal fin, la soberana lleva un a?o ejecutando contra viento y Spottorno un plan de rehabilitaci¨®n de la imagen de su hija Cristina que r¨ªete t¨² del del doctor Villamor para la cadera de su esposo.
Tacita a tacita, finde a finde, cumple a cumple de los mon¨ªsimos ni?os Urdangarines, la yaya Sof¨ªa les ha ido haciendo cu?a en las revistas rosas hasta lograr, aprovechando la nebulosa de la anestesia, que el yayo Juan Carlos aceptara recibir al Imputado en su lecho posoperatorio, y de paso sacar al yerno pr¨®digo del ostracismo. Dicen que en la c¨¢rcel y en la cama ver¨¢s qui¨¦n te ama. Se supone que, por muchos kilos de euros p¨²blicos que haya trincado presuntamente, I?aki tiene su corazoncito, y para saludar a Su Majestad su suegro, tuvo que bajar la testa. Pero que el Monarca no va a ir a ver a nadie, nunca, a ning¨²n trullo est¨¢ m¨¢s cantado que el ganador de La voz, por mucho que se emperre Jes¨²s V¨¢zquez en vendernos la limpieza del formato.
Ah¨ª los que han estado inflexibles son Felipe y Letizia. ?Posar con la c¨²pula de N¨®os? No, gracias, ni en foto ni en pintura, exigieron antes de ir al teatrillo de la cl¨ªnica; si eso no es un cord¨®n sanitario, que venga Lasquetty y lo diga. Una cosa es cohabitar civilizadamente con tu hermano pol¨ªtico, y otra que Google te lo restriegue por los siglos de los siglos. M¨¢s humana se ve a Elena, arropando con su estirada presencia a su tata y a su cu?ado el apestado. No soy psic¨®loga del trabajo, pero hice un cursillo de sofrolog¨ªa y para m¨ª que eso es solidaridad entre prejubiladas.
Por razones que no vienen al caso, conozco a reci¨¦n retirados a la fuerza y lo que m¨¢s les duele es que les arrojen a la cuneta de un d¨ªa para otro, como hizo el Museo de Cera con la figura de las Infantas. Eso es justicia sumar¨ªsima y no el C¨®digo Gallard¨®n: Alberto, chulazo, con esa mano dura, c¨®mo tendr¨¢s lo otro. Y dicho este exabrupto, me abro a prepararme sofrol¨®gicamente para cuando nos sodomicen por decreto tres veces al d¨ªa porque lo prescriba la troika. La que avisa no es traidora.
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