Latinoam¨¦rica debe seguir creciendo
En las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas se ha reducido la desigualdad
El a?o 2013 marca una d¨¦cada desde que Am¨¦rica Latina y el Caribe cambiaran dram¨¢ticamente para bien.
Luego de d¨¦cadas de estancamiento, la regi¨®n inici¨® una r¨¢pida transformaci¨®n econ¨®mica y social en 2003 que sac¨® a 73 millones de personas de la pobreza, expandiendo la clase media en m¨¢s del 50% o 50 millones de personas.
Seg¨²n nuestros datos, hoy d¨ªa hay m¨¢s latinoamericanos viviendo en la clase media que en la pobreza. Esto, sin incluir a quienes se ubican en la clase vulnerable, o clase media baja, con una mayor probabilidad de caer en la pobreza.
Ciertamente los millones de personas que mejoraron su situaci¨®n pueden dar fe de que no solo los ricos se beneficiaron del crecimiento econ¨®mico. Mientras que la desigualdad crece en todo el mundo, en Am¨¦rica Latina experiment¨® una disminuci¨®n significativa por primera vez en cuatro d¨¦cadas.
Sin embargo, los latinoamericanos son los primeros en alegar que estos logros no son suficientes. Seg¨²n el Latinobar¨®metro, un gran n¨²mero de latinoamericanos dicen estar peor que los dem¨¢s. Esto puede deberse a una cuesti¨®n de percepci¨®n: a medida que la prosperidad alcanza a m¨¢s gente, nuestra percepci¨®n de la mejora relativa disminuye.
No caben dudas de que a¨²n falta mucho por hacer. Y el momento de hacerlo es ahora. Uno no arregla el techo cuando llueve.
Aunque definir prioridades se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil en un mundo en constante cambio, la batalla de la productividad no puede esperar. Si la regi¨®n aspira a un estatus desarrollado en las pr¨®ximas d¨¦cadas, es imprescindible la creaci¨®n de mayor riqueza y para ello es clave mantener la competitividad, anclada en una reducci¨®n de los costes log¨ªsticos, mejora de la infraestructura y la calidad de la educaci¨®n.
Como si esto fuera poco, las tendencias globales de las pr¨®ximas dos d¨¦cadas apuntan a un continuo desarrollo de China como superpotencia econ¨®mica a la independencia energ¨¦tica estadounidense y m¨¢s demanda de las materias primas agr¨ªcolas para alimentar a una poblaci¨®n en crecimiento. A esto se suma la veloz innovaci¨®n tecnol¨®gica en un mundo cada vez m¨¢s m¨®vil e inteligente.
Las clases acomodadas no ven beneficio alguno en formar parte del contrato social m¨¢s amplio. Esto debe cambiar.
El crecimiento sostenido de China es buena noticia para los exportadores de materias primas. Por otro lado, la autosuficiencia energ¨¦tica en Estados Unidos, especialmente en gas natural, puede implicar una ca¨ªda en el precio del petr¨®leo, lo cual puede afectar a exportadores como M¨¦xico, Venezuela y Ecuador, y favorecer a las naciones de Am¨¦rica Central que dependen del crudo o los grandes pa¨ªses agropecuarios del sur.
Para sostener el progreso alcanzado y ampliarlo en este incierto contexto, el Estado debe contar con m¨¢s recursos y ser m¨¢s eficiente en su uso para proporcionar servicios de calidad.
Afortunadamente, parte de la reciente transformaci¨®n regional se debe a los esfuerzos de los Gobiernos por orientar el gasto p¨²blico hacia mejores resultados, con el beneficio a?adido de una mayor confianza del p¨²blico en su gesti¨®n.
No obstante, los latinoamericanos m¨¢s ricos ¡ªy ahora la clase media¡ª evitan los servicios p¨²blicos como la educaci¨®n, seguridad y la salud apenas tienen la capacidad econ¨®mica para adquirirlos privadamente. Actualmente, el Estado sirve a los m¨¢s vulnerables mientras que las clases acomodadas no ven beneficio alguno en formar parte del contrato social m¨¢s amplio.
Esto debe cambiar.
Hoy d¨ªa, con la excepci¨®n de Brasil, la recaudaci¨®n tributaria promedio de los pa¨ªses de la regi¨®n es de apenas el 17% del PIB ¡ªla mitad del promedio para los pa¨ªses de la OCDE¡ª.
Asimismo, menos del 4% de la recaudaci¨®n proviene del impuesto a la renta personal, comparado con el 27% en los pa¨ªses industrializados. Para compensar el d¨¦ficit, muchos pa¨ªses adoptaron impuestos indirectos y regresivos como el IVA, que gravan m¨¢s a los que menos tienen.
En los pr¨®ximos a?os la regi¨®n deber¨¢ confrontar duros desaf¨ªos, tanto nuevos como ya conocidos. Desde los efectos de una r¨¢pida urbanizaci¨®n o degradaci¨®n ambiental hasta las conmociones econ¨®micas globales, el alza en el precio de los alimentos y la desestabilizaci¨®n que genera la violencia y el crimen.
Pero seguir avanzando es posible, si se logra el compromiso renovado de todos, empezando por aquellos que tienen la capacidad de hacer m¨¢s.
De lo contrario, la sociedad se mantendr¨¢ fragmentada, los Gobiernos tendr¨¢n recursos limitados para realizar las inversiones necesarias, y los pobres y vulnerables tendr¨¢n pocas oportunidades de prosperar.
Hasan Tuluy es vicepresidente del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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