Segundo salvavidas
La Comisi¨®n Europea vuelve a exigir condiciones draconianas para recapitalizar cajas en apuros
Bruselas ha acelerado en las ¨²ltimas semanas el programa de rescate financiero de las entidades bancarias espa?olas. El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Joaqu¨ªn Almunia, anunci¨® ayer una inyecci¨®n de capital de 1.865 millones de euros, procedente del Mecanismo Europeo de Rescate, a los grupos bancarios en apuros pero no nacionalizados, como Banco Mare Nostrum (BMN), Banco Ceiss y Liberbank. Pero el dinero aportado no es gratis. La Comisi¨®n pone condiciones y el hecho de que fuera el propio Almunia el que explicara la operaci¨®n confirma que Europa quiere que la condicionalidad quede clara y su comunicaci¨®n no est¨¦ mediatizada por intereses pol¨ªticos nacionales.
Las condiciones para BMN, Ceiss y Liberbank son casi las mismas que las aplicadas en el caso de las cajas nacionalizadas. La Comisi¨®n impone una reconversi¨®n en personal y oficinas. Una reducci¨®n media de tama?o del 30%, pero que en el caso de BMN llega al 40%. Describirlo con n¨²meros da una idea del recorte que se busca; uno de cada tres empleados puede engrosar las listas del paro o de la jubilaci¨®n anticipada en fechas pr¨®ximas. Adem¨¢s, se limita su actividad pr¨¢cticamente a su ¨¢mbito regional y lejos de la inversi¨®n inmobiliaria.
A la pregunta de si estas decisiones draconianas son las adecuadas, la respuesta es que s¨ª, pero con varios matices. La gesti¨®n financiera de las entidades regionales, al menos en los casos se?alados por la descapitalizaci¨®n, ha sido deficiente y muy sensible a los intereses pol¨ªticos, tan estrechamente aliados a los intereses regionales o auton¨®micos que en algunos casos han coincidido enteramente y arruinado las cajas. Este es particularmente cierto en los casos de Bankia y las cajas valencianas, devastadas por su implicaci¨®n en la promoci¨®n inmobiliaria, inducida a su vez por la connivencia de una clase pol¨ªtica local enquistada en los Consejos de Administraci¨®n y ¨¢vida de comisiones.
Pero la prohibici¨®n del negocio inmobiliario puede reducir en el futuro la capacidad de regeneraci¨®n de las entidades afectadas. M¨¢s que cautelas, las condiciones de Bruselas parecen una reordenaci¨®n para los pr¨®ximos 20 a?os, en la que desaparecen las cajas como tales o quedan confinadas en reductos locales. Fuera de la supervisi¨®n ¨²nica, por cierto, y, por tanto, proclives a la opacidad. Como los bancos de los l?nder o las cajas alemanas.
Poco despu¨¦s de que Almunia anunciara el pliego de condiciones, el juez Fernando Andreu tomaba declaraci¨®n al expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, para pedir explicaciones por la quiebra de la entidad. Unas cuentas que en marzo arrojaban unos beneficios de 300 millones se transformaban un mes despu¨¦s en un balance de casi 3.000 millones de p¨¦rdidas. La comisi¨®n parlamentaria no fue capaz de aclarar lo ocurrido en Bankia, nacionalizada y con una necesidad de capital de 19.000 millones. Esperemos que el juez deslinde las responsabilidades que deben conocer los ciudadanos.
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