Lladr¨® resurge del barro
Tras a?os de p¨¦rdidas y fricciones familiares, busca recuperar su estatus mundial La principal firma de porcelana del mundo simboliza distinci¨®n para unos y ¡®kitsch¡¯ para otros El secreto de su supervivencia, la promesa que tres hermanos valencianos hicieron a su madre
Lladr¨® acaba de abrir una tienda en el coraz¨®n de Manhattan, donde lleg¨® a poseer un edificio entero. Hoy, admiten, cabalgan a otro ritmo. Las ventas empezaron a bajar en 2007 y sacudieron la vitrina de esta singular firma valenciana de porcelanas decorativas, presente en 123 pa¨ªses y de casi 60 a?os de historia, tres de ellos aplicando a sus empleados una reducci¨®n de jornada.
El imperio de los Lladr¨® parti¨® de una promesa de tres hermanos a una madre y se construy¨® con el mismo material con el que Dios cre¨® al hombre: el barro. Juan (86 a?os), Jos¨¦ (84) y Vicente (80), labradores pobres, aprendieron en las tablas de verduras de la huerta de Alm¨¤ssera (Valencia) la metaf¨ªsica de los sedimentos mezclados con el agua de la acequias del r¨ªo Turia. Luego completaron jornales en la Azulejera Valenciana y, como obreros, absorbieron las t¨¦cnicas del material refractario y la porcelana art¨ªstica de alta calidad en la f¨¢brica de V¨ªctor de Nalda, que aflor¨® sus dotes para la decoraci¨®n.
Entonces firmaron el pacto de indivisibilidad que garantizaba a Rosa Dolz Pastor que sus tres hijos nunca se separar¨ªan. Pod¨ªan ser distintos, pero singularidades hipost¨¢ticas de una misma esencia. ¡°Mi madre quer¨ªa que los tres trabaj¨¢ramos en la misma cosa para que nos apoy¨¢ramos unos a otros¡±, explica el mayor, Juan Lladr¨®, actual propietario de la firma. Algo complicado cuando hay que administrar, supieron despu¨¦s. El portal de Bel¨¦n de ese tr¨¢nsito hacia la multinacional fue un peque?o horno moruno que construyeron con material de desecho en el corral de la casa de sus padres. Ese calor coci¨® sus primeras figuras de porcelana y calde¨® las penurias que atravesaron, trabajando y estudiando en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, hasta poder fundar su propio negocio en 1953.
Juan y Jos¨¦ fueron pintores, y Vicente esculpi¨®. Ten¨ªan claro ad¨®nde quer¨ªan ir, pero no deb¨ªan desobedecer el mandamiento de su madre. El a?o que ella muri¨®, 1957, abrieron su primera tienda de platos y jarrones decorados en el Pasaje Rex de Valencia. Doce meses despu¨¦s empezaron a ganar dinero y a casarse. El logotipo de la flor del campanillo y el lazo de la alquimia antigua, con el que simbolizaron la uni¨®n de la naturaleza y la ciencia, inici¨® su propagaci¨®n, al tiempo que la familia crec¨ªa y se multiplicaba. ¡°Cuando ya viene m¨¢s gente, ya se tira para aqu¨ª y para all¨¢¡±, reconoce Juan. ¡°Ya ¨¦ramos muchos, con distintos puntos de vista y mentalidades¡±
¡°En el a?o 2000
Las figuras estilizadas de Lladr¨® penetraron en los aparadores y salones estadounidenses, coleccionismo de lujo para muchos, emblema kitsch para otros. En 1988 abrieron una tienda-museo de nueve pisos entre la Quinta Avenida y Central Park, en Nueva York, y en 1997, otra de 1.200 metros cuadrados en Rodeo Drive, en Los ?ngeles. La cer¨¢mica valenciana se doctoraba sin complejos como s¨ªmbolo de estatus universal, con 100.000 clientes fijos, logrando calidades superiores a la competencia al cocer sus productos a 1.300 grados (las dem¨¢s lo hacen a 750). Desbancaron a rivales con 300 a?os de antig¨¹edad. Y como subrayan en la empresa, sin necesidad de fabricar vajillas, como su principal contendiente, la alemana Rosenthal.
Pero sobre el esplendor siempre plane¨® la amenaza de la fractura fraternal. Como s¨ªntoma, en el centro de la Ciudad de la Porcelana, que ocupa unos 100.000 metros cuadrados en Tavernes Blanques, hay una escultura con tres columnas y las tres efigies que iniciaron esta estirpe. Y una elocuente inscripci¨®n: ¡°Vuestra uni¨®n es nuestro futuro. Los trabajadores¡±.
Durante a?os, los tres hermanos se turnaron en mandatos quinquenales en la presidencia. ¡°Una empresa como la nuestra, que ha nacido de la nada y se ha multiplicado con los ahorros del trabajo, no hubiese podido funcionar de no ser as¨ª. La uni¨®n econ¨®mica, y no que cada uno tuviera su bolsita, ha hecho mucho para que sigui¨¦ramos trabajando en com¨²n, haciendo lo que mejor sab¨ªa hacer cada uno¡±, repite Juan. Con todo, la descendencia, en el consejo de administraci¨®n desde 1984, amplific¨® el espectro de criterios. Y ensanch¨® las grietas. Cuando la hija de Jos¨¦ utiliz¨® la marca Duque de Lladr¨® para los vinos de su bodega, la familia le present¨® una demanda que le arrebat¨® el derecho a usarla. Rosa Mar¨ªa, que morir¨ªa a?os despu¨¦s de c¨¢ncer, abandon¨® la empresa de su padre y t¨ªos sin llegar a un acuerdo en la valoraci¨®n que recibi¨® por su parte (623 millones). En consecuencia, Lladr¨® nombr¨® en 2004 un consejero delegado ajeno a la familia. No funcion¨®.
En 2007, Juan se qued¨® la empresa porque ¡°corr¨ªa riesgo¡±. ¡°Si no hab¨ªa un cambio en la compa?¨ªa, no sal¨ªa a flote¡±, rememora. Lleg¨® a un acuerdo con los otros hermanos. Ellos tienen un 15% cada uno, y Juan, el 70%. Para compensar, en otros negocios familiares, de las 86 sociedades que han llegado a tener (entre empresas inmobiliarias, agr¨ªcolas y participaciones financieras e industriales), Jos¨¦ y Vicente se quedaron la mayor¨ªa. ¡°Me interesaba sacarlo adelante. A uno de mis hermanos ni le interesaba; al otro, s¨ª. Pero yo apost¨¦ m¨¢s¡±, relata Juan. Lladr¨® hab¨ªa llegado a tener 2.650 empleados, m¨¢s de 500 en el extranjero. Ahora tiene poco m¨¢s de 1.000. ¡°Tuvimos que haber reducido antes¡±, admite. ¡°En febrero de 2000 est¨¢bamos ganando mucho dinero; a mediados de 2007 est¨¢bamos perdiendo mucho dinero. Tanto como gan¨¢bamos antes. Este a?o es el primero que repuntamos, y al que viene ser¨¢ un 20% m¨¢s¡±, anticipa.
La empresa, ahora presidida y vicepresidida por sus hijas Rosa y ?ngeles, factura 70 millones de euros, frente a los casi 180 que hab¨ªa alcanzado. Ahora, con la crisis, navega en una nueva realidad. ¡°Antes vend¨ªamos muchas piezas peque?as y algunas grandes, pero ahora, bajando un 20% las ventas, obtenemos m¨¢s dinero¡±, revela. Los compradores millonarios han aumentado y Jap¨®n ha desbancado a Estados Unidos como principal mercado, con China e India empujando por detr¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.