Berlusconi presenta a su ¡°prometida¡±
El ex primer ministro italiano ha proclamado que quiere casarse con Francesca Pascale Quienes la conocen dicen que es "una chica de principios" La 'exvelina', de 27 a?os, pas¨® de menearse en biquini en la tele a conquistar al hombre que le fascinaba por su ¨¦xito y poder
¡°Presidente, ?se nos ha prometido?¡±, le pregunta la presentadora de Canale 5, con ojos brillantes bajo unas luces ambientales que le dan a la escena un aire muy de culebr¨®n. ¡°S¨ª, s¨ª estoy prometido¡±, contesta ¨¦l, sentado en el borde de un c¨¢ndido sof¨¢, vistiendo un conjunto azul y con las arrugas borradas por los focos del plat¨®. Los ojos estirados por mucha cirug¨ªa desaparecen en una sonrisa que parece t¨ªmida, las manos se esconden la una dentro de la otra. ¡°Es oficial¡±, confirma. As¨ª vuelve Silvio Berlusconi. As¨ª vuelve a derrumbar los confines entre lo p¨²blico y lo privado, entre su compromiso pol¨ªtico y su vida personal. Algo que siempre hizo y de lo que, en cambio, siempre culp¨® a la presunta conjura de magistrados, periodistas y comunistas.
En la tarde del pasado domingo, Barbara d¡¯Urso le acogi¨® en el estudio de Domenica Live,un programa de entretenimiento y cotilleos para familias, de la emisora propiedad de Berlusconi Canale 5. Era la primera entrevista desde que anunci¨® que se presenta por sexta vez a presidir el Gobierno del pa¨ªs.
De facto, arrancaba la campa?a electoral. El viejo l¨ªder del Pueblo de la Libertad, que acaba de desenchufar el ox¨ªgeno a los tecn¨®cratas guiados por el economista Mario Monti, hablaba un poco de impuestos (que quiere quitar), de empresas (que hay que sostener), de Uni¨®n Europea (que no hay que secundar), pero luego se jugaba el as en la manga: ¡°Me sent¨ªa muy solo, acababa de divorciarme, mi madre hab¨ªa muerto y mis hijos dan la vuelta al mundo, volv¨ªa a casa y estaba vac¨ªa. Los amigos organizaban unas cosas, las noches, inocentes, de diversi¨®n. De aquello [se refiere al tristemente famoso bunga bunga, que no es nada anecd¨®tico seg¨²n los fiscales de Mil¨¢n que le acusan de inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores y de concusi¨®n] les pido disculpas a mis seguidores. Pero por fin ya no estoy solo¡±. As¨ª vuelve. Sentando la cabeza. Con una novia con la que enmendar un inc¨®modo pasado.
Se llama Francesca Pascale, viene de Fuorigrotta, un barrio popular de N¨¢poles, tiene 27 a?os, ¡°49 menos que yo, una diferencia quiz¨¢ excesiva¡±, confesaba Berlusconi desde el borde del sof¨¢ blanco. Y tej¨ªa sus loas: ¡°Francesca es una chica guapa por fuera, pero a¨²n m¨¢s por dentro, de principios morales s¨®lidos, una alegr¨ªa continua, est¨¢ a mi lado, me quiere mucho y yo se lo devuelvo¡±. Apareci¨® a su lado varias veces en los ¨²ltimos meses. Muchos pensaron en ella cuando Berlusconi se defendi¨® diciendo que ¡°ten¨ªa pareja estable¡±. Luego circul¨® una foto suya en Villa Certosa (la mansi¨®n sarda de Berlusconi) en 2007. Fue retratada en el atormentado invierno de 2011, cuando ¨Cmientras se le escurr¨ªa de entre las manos el mando del pa¨ªs a su amado¨C estaba en el portal del Palazzo Grazioli con su Smart. Llov¨ªan indiscreciones, pero ella se mantuvo discreta. El domingo, aunque no estaba en el plat¨®, lleg¨® su momento para subir a escena.
Esbelta, ni alta ni baja, ni morena ni rubia, siempre enfundada en conjuntos elegantes, Pascale no se parece en nada a las vistosas chicas que desfilan, como testigos, en el Tribunal de Mil¨¢n; las que el gran jefe manten¨ªa en pisos de lujo en la V¨ªa Olgettina de Milano, 2, el prestigioso barrio que construy¨® en las afueras de Mil¨¢n cuando solo era un empresario. Francesca no se parece a Marysthell Polanco, Ruby Robacorazones o Nicole Minetti, a quienes toda Italia escuch¨® [ten¨ªan los tel¨¦fonos pinchados] dirigirse a papi-presidente con ¡°mi amor¡±, ¡°love of my life¡± y risitas para luego quejarse entre ellas por el poco dinero recibido al final de una noche (a veces solo cinco mil euros) y de su culo fofo. ¡°La Franci¡±, como la llama Emilio Fede, director del telediario de su Rete 4, amigo y coimputado, es distinta. ¡°Es una chica normal y muy devota, por eso lleg¨® all¨ª donde las otras fallaron: le rob¨® el coraz¨®n a un hombre que podr¨ªa tener a cualquier mujer¡±, conf¨ªa una periodista muy cercana al candidato.
Cuando no ten¨ªa a¨²n 18 a?os, Pascale meneaba su escueto biquini en las pantallas de Telecapri, una cadena privada con sede en la famosa isla frente a la ciudad del Vesubio. El programa, Telecafone, era un exitazo: ¡°Hac¨ªamos una parodia de la telebasura, exasperando sus tonos, con chicas poco arropadas, aplausos falsos, presentadores lelos¡±, cuenta Oscar di Maio, que pertenece a una importante familia de actores teatrales napolitanos e invent¨® y condujo durante ocho a?os Telecafone. ¡°Francesca se present¨® porque ten¨ªa af¨¢n por aparecer. Pero no quer¨ªa una carrera en el espect¨¢culo. Solo quer¨ªa complacer un narcisismo juvenil. El padre tuvo que firmar la autorizaci¨®n. Era ¨¦l quien acud¨ªa al plat¨® para acompa?ar a la ni?a, porque la madre no gozaba de ¨®ptima salud. Al cabo de unas horas volv¨ªa para llev¨¢rsela a casa. Para m¨ª era casi una hija, una buena chica, con principios s¨®lidos¡±, recuerda por el m¨®vil. Francesca siempre tuvo ¡°adoraci¨®n hacia Berlusconi. Cuando era peque?a hablaba de ¨¦l como un mito, como si fuese un cantante o un deportista famoso. Le fascinaba el hombre de ¨¦xito y poder¡ se refer¨ªa a ¨¦l como yo a Maradona. No s¨¦ si me entiende¡¡±. Maradona en N¨¢poles es una especie de divinidad pagana, con altarcillos y velas dedicadas en las calles. La comparaci¨®n es muy elocuente.
Cuando Berlusconi perdi¨® las elecciones, en 2006, Francesca reuni¨® un grupo de amigas que llam¨®: ¡°Silvio ci manchi¡± (Silvio, te echamos de menos). Recog¨ªa dinero para organizar eventos y pagaba aviones con pancartas de apoyo al l¨ªder destronado que volaban por las costas italianas. Fue as¨ª como conoci¨® al objeto de tanta devoci¨®n: ¡°Su sentimiento lleg¨® a ser sincero, lleno de realidad¡±, dice en su concreto napolitano Di Maio.
Archivada la fase de velina ¨Cque ¡°dur¨® un a?o escaso¡±, subraya Di Maio¨C, Francesca se dedic¨® por completo a la pol¨ªtica. Militante de Forza Italia y de todas las formaciones que engendr¨® el pol¨ªtico-empresario, intent¨® ser elegida en el Ayuntamiento de N¨¢poles. Obtuvo apenas unos 80 votos. Tambi¨¦n aspiraba a un esca?o en el Parlamento europeo. ¡°Como muchas chicas del har¨¦n pol¨ªtico que Berlusconi cebaba de ilusiones y regalos en N¨¢poles¡±, recuerda Conchita Sannino, periodista pol¨ªtica de La Repubblica de N¨¢poles y autora del muy documentado La Bolgia (algo as¨ª como El Burdel). Poco antes de las elecciones, la ahora exmujer Veronica Lario escribi¨® toda su indignaci¨®n por las ¡°v¨ªrgenes que se ofrecen en sacrificio al viejo jefe¡± y no fue posible meter en las listas. El padre de Emanuela Romano, que ya ten¨ªa su plaza reservada, intent¨® quemarse a lo bonzo frente al Palazzo Grazioli, la residencia romana del entonces presidente del Gobierno. ¡°A su hija le encontraron un puestazo en la empresa de Berlusconi Publitalia. Y a las otras tambi¨¦n: Giovanna Lo Giudice era velina y ahora es concejala provincial, Virna Bello, alias Bistequita, estuvo en el consejo de administraci¨®n de empresas controladas por la regi¨®n, Noemi Letizia intenta entrar en el mundo del espect¨¢culo, pero, mientras tanto, los magistrados interceptaron un cheque de 20.000 euros por parte de Berlusconi¡±.
"Se dej¨® cambiar para llegar a ser ya no la perfecta enchufada sino la impecable primera dama¡±, argumenta una periodista
Luego est¨¢ ella. Franci, prima inter pares en la corte napolitana del l¨ªder. Franci, que le ten¨ªa celos a las otras, que a menudo lleg¨® a pelearse con algunas; Franci, que supo esperar. Sannino revela: ¡°En una noche de abril de 2009, al volver de la fiesta del 18? cumplea?os de Noemi Letizia, Pascale estaba esper¨¢ndole a Berlusconi en la suite de un hotel, a media noche. Le pregunt¨¦ por qu¨¦ y ella me contest¨® que ten¨ªan que hablar de carteles electorales¡±. En las elecciones provinciales sali¨® elegida consejera. Cargo que dej¨® en verano, con la excusa oficial de ¡°volver a estudiar¡±.
Llevaba mucho esperando este momento. El momento de dejar a un lado sus compromisos terrenales para vivir su sue?o y transformar su devoci¨®n en abnegaci¨®n: ¡°Se plasm¨®, se dej¨® cambiar para llegar a ser ya no la perfecta enchufada sino la impecable primera dama¡±, argumenta Sannino.
¡°Si se queda embarazada durante la campa?a electoral, ya ser¨ªa perfecto¡±, espet¨® el pol¨¦mico Vitorio Sgarbi, cr¨ªtico de arte y comentarista. Muchos como ¨¦l ven en el anuncio oficial una maniobra electoral. Francesca es perfecta para engatusar a un p¨²blico femenino, de paladar no muy fino, que igual se molest¨® con el bunga bunga. Y la mayor¨ªa de los votos para Berlusconi siempre fueron de mujeres. Sin embargo, todo apunta a que podr¨ªa ser demasiado tarde.
Amor fuera de juego
¡°Francesca ahora vive blindada. El m¨®vil est¨¢ desconectado, cerr¨® su cuenta en Twitter y en Facebook. Su primera entrevista como novia oficial ser¨¢ con la revista ¡®Chi¡¯, del grupo Mondadori, propiedad de Berlusconi¡±, comenta Marta Serafini del ¡®Corriere della Sera¡¯, que entrevist¨® a Pascale este verano.
¡°De ahora en adelante, nada de declaraciones espont¨¢neas, ninguna conversaci¨®n no controlada con la prensa, ahora todo tiene que estar controlado y reflexionado. Le cambiaron de ¡®look¡¯, optaron por uno m¨¢s sobrio, colores menos chillones y un maquillaje m¨¢s suave. Hasta la sometieron a cursos para limpiarle el acento napolitano¡±, dice Serafini. ¡°Asistimos a una verdadera lobotom¨ªa. Y a mucha ciruj¨ªa, por ejemplo, en el pecho. Francesca se prest¨® a ser manipulada para llegar a ser la favorita del l¨ªder¡±, est¨¢ de acuerdo Conchita Sannino de ¡®La Repubblica¡¯.
Con alg¨²n que otro reto, ha quedado lista para aparecer en las primeras fotos (en la imagen de arriba), para preparar el terreno a la declaraci¨®n oficial: sentada al lado de su amado, por fin sin esconderse, en San Siro, admirando al Milan, el equipo de la familia, jugando contra la Juventus.
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