?Quienes son los due?os del tiempo?
Lo ¨²nico que revela la frase ¡°No queda tiempo¡± es la nula voluntad de negociar
Ya no queda tiempo para negociar. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a fue la gota que colm¨® el vaso. Espa?a es la FAES (fundaci¨®n ideol¨®gica del Partido Popular)¡ Frases como estas caen continuamente sobre las cabezas de los ciudadanos, catalanes y espa?oles, como losas imposibles de levantar.
Y sin embargo, si uno toma aire¡ y tiempo, lo que brota es el asombro. ?Qui¨¦n es el due?o del tiempo?, ?c¨®mo es posible que esa sentencia impactara tanto en unos ciudadanos catalanes, que en su gran mayor¨ªa no hab¨ªa votado a favor de ese Estatuto, sino que lo hab¨ªan mirado con indiferencia? (Recordemos que hubo un 51,1% de abstenci¨®n y un 5,3% de voto en blanco). ?Se puede negar la existencia de millones de espa?oles que no comparten la ideolog¨ªa conservadora del Partido Popular?
¡°Ya no queda tiempo¡± no es, ni fue nunca, un dato de la realidad, sino un elemento de la voluntad. Lo ¨²nico que revela esa frase es la nula voluntad de negociar. Y eso es realmente lo m¨¢s importante de lo que est¨¢ pasando en Catalu?a, que el acuerdo entre Convergencia i Uni¨® (CiU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) intenta taponar cualquier posible v¨ªa de negociaci¨®n con el Gobierno de Espa?a.
La estrategia independentista intenta convencer a los catalanes de que no existe otra Espa?a que la fan¨¢tica-conservadora
Lo m¨¢s inquietante del acuerdo de gobierno no es la fecha de un eventual refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, sino la decisi¨®n de ir levantando ¡°estructuras de un Estado propio¡±, porque coloca al posible interlocutor espa?ol contra la pared: cualquier avance en la coordinaci¨®n de las agencias tributarias, por ejemplo, pasa a ser un paso en la consolidaci¨®n de una Agencia Tributaria del nuevo Estado catal¨¢n; cualquier posible pacto en materia fiscal es solo un avance en la construcci¨®n de la soberan¨ªa fiscal catalana. Eso es lo que parece haber comprendido Duran i Lleida y lo que deja maniatada a Uni¨®.
La estrategia independentista intenta convencer a los catalanes de que no existe otra Espa?a que la fan¨¢tica-conservadora, porque precisamente as¨ª fortalece a esa opci¨®n y no deja espacio al di¨¢logo.
Lo perfecto del imaginario nacionalista es el concepto de una naci¨®n contra otra naci¨®n. Y ese es exactamente el escenario que todos los dem¨¢s debemos intentar evitar como sea, porque no conduce a nada m¨¢s que a discursos m¨ªticos, narraciones fabulosas e imaginarias, que acaban siempre en la exasperaci¨®n. Ni Catalu?a es Esquerra ni Espa?a es la FAES, por m¨¢s que los dos grupos est¨¦n muy interesados en achicar el espacio y en quedarse solos.
El principal peligro ahora es que el presidente del Gobierno y el PP comiencen a tomar decisiones equivocadas y desencadenen una crisis todav¨ªa peor. El mayor riesgo que corremos todos es que, ante un escenario que se mueve tan velozmente (CiU y ERC pretenden nada menos que construir el Estado catal¨¢n en un a?o, 2104), el Partido Popular caiga en la terrible tentaci¨®n de ¡°aprovechar la ocasi¨®n¡± desde un punto de vista pol¨ªtico. Es decir, que en 2014, ante la evidencia de que su modelo econ¨®mico no funciona y que la cat¨¢strofe social est¨¢ enquistada, pretenda cambiar el foco y ¡°salvarse¡± incitando a sus electores a ¡°defender Espa?a¡±. Algo as¨ª como ha hecho Artur Mas, pero con la fuerza y el dominio del Estado espa?ol.
Es triste que ante un riesgo semejante, los espa?oles y los catalanes no podamos contar con el poder constructor y negociador que exhibi¨® en otras ocasiones el socialismo. El PSC, al anunciar que se abstendr¨¢ en cuantas votaciones tengan relaci¨®n con el proceso soberanista, ha tomado una decisi¨®n extra?a, porque, en el fondo, est¨¢ renunciando a que se le oiga.
Si ya sabemos, por adelantado, que se van a abstener, ?qu¨¦ sentido tiene que hable en el Parlamento? El PSC se condena voluntariamente a la m¨¢s absoluta irrelevancia en un momento pol¨ªtico dif¨ªcil. Eso es algo que los ciudadanos perdonan dif¨ªcilmente. Falta todav¨ªa por saber cu¨¢l ser¨¢ la posici¨®n del PSOE, pero probablemente no se alejar¨¢ mucho de la del PSC. ?O hablar¨¢n los socialistas en Madrid y se callar¨¢n en Catalu?a?
solg@elpais.
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