Un tufo de viejo r¨¦gimen
El 'caso Baltar' se suma a las numerosas manchas de corrupci¨®n que lastran la democracia
Los ¨²ltimos a?os han sido pr¨®digos en el descubrimiento de personajes que, muchas veces sin pretensiones de saltar a la pol¨ªtica estatal, han controlado f¨¦rreamente un feudo territorial. Caso evidente es el del exjefe del PP en Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, que durante casi 25 a?os mand¨® en la Diputaci¨®n provincial y, mediante personas de su confianza, en numerosos Ayuntamientos. La fiscal¨ªa ha reunido datos suficientes como para acusarle de haber cargado al presupuesto p¨²blico los contratos de 115 personas, la mayor¨ªa con voto en el congreso del PP de 2010 en que se retir¨® como presidente provincial e hizo elegir a su hijo, Jos¨¦ Manuel Baltar. El escrito presentado por el fiscal trae al siglo XXI aires de la ¨¦poca de la Restauraci¨®n, cuando acusa a Jos¨¦ Luis Baltar de haber utilizado la Diputaci¨®n de Ourense para mantener una pol¨ªtica ¡°clientelar¡±.
Baltar es un personaje inc¨®modo para el actual presidente de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que en 2005 intent¨® encabezar la lista del PP a las elecciones auton¨®micas por Ourense y se vio rechazado por aquel, y que en 2010 tampoco consigui¨® que cuajara una candidatura distinta a la del clan Baltar en el congreso del PP. El cacique llenaba de tal modo la saca de votos de su partido, con porcentajes de hasta el 70%, que los dem¨¢s jefes nunca se atrevieron contra ¨¦l.
Pero el caso de Baltar cobra nueva dimensi¨®n al a?adirse a la lista de 300 pol¨ªticos sometidos a investigaci¨®n judicial por presuntos delitos de prevaricaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, apropiaci¨®n de caudales p¨²blicos u otras conductas reprochables. La crisis que tan duramente golpea a amplias capas de la poblaci¨®n est¨¢ provocando un cambio muy r¨¢pido entre la ciudadan¨ªa y es significativo que la corrupci¨®n, el fraude y la inquietud por la clase pol¨ªtica superen a la sanidad entre las mayores preocupaciones de los ciudadanos, seg¨²n el ¨²ltimo Bar¨®metro del CIS. Hasta el punto de que este centro se?ala la lucha contra la corrupci¨®n como el segundo de los objetivos de la sociedad espa?ola para los pr¨®ximos a?os, despu¨¦s de la lucha contra el paro.
La ciudadan¨ªa se ha hartado de mordidas, financiaciones irregulares y manejos arbitrarios de una bolsa com¨²n dram¨¢ticamente agujereada. En Espa?a ya se est¨¢ instalando el efecto devastador sobre la confianza ciudadana que la corrupci¨®n tiene en otros pa¨ªses avanzados, y que aqu¨ª tardaba en expresarse. La justicia tiene que aplicar la mayor diligencia al esclarecimiento de los casos denunciados, pero, adem¨¢s, atajar la corrupci¨®n resulta esencial en cualquier proyecto de regeneraci¨®n pol¨ªtica. La reforma de la Administraci¨®n que negocian las c¨²pulas de las principales fuerzas pol¨ªticas es una buena oportunidad para reforzar el fuerte control profesionalizado que necesitan las cuentas p¨²blicas, como paso para restablecer la confianza resquebrajada en la democracia misma.
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