Alimentaci¨®n en crisis
La devaluaci¨®n interna en Espa?a se debe aplicar a precios y no solo a renta disponible
Cuando la crisis econ¨®mica toca la cantidad y la calidad de la alimentaci¨®n en un pa¨ªs como Espa?a se puede decir que esta ha llegado a las entra?as m¨¢s profundas de la sociedad. Dos meses consecutivos -septiembre y octubre- de reducci¨®n de la compra de comida, tanto en valor como en volumen (2,3% en septiembre y 1,8% en octubre), deber¨ªan hacer sonar algunas alarmas. La causa evidente de este cambio hay que buscarla en el hecho de que las familias disponen de menos dinero para estos fines debido al paro, la reducci¨®n de los sueldos para los que trabajan y el encarecimiento de la vida derivado no tanto de una subida de precios cuanto de una subida de tasas e impuestos.
Las partidas que las familias dedican a la alimentaci¨®n se hab¨ªan reducido espor¨¢dicamente en diversos meses sueltos a lo largo de esta ya larga crisis. Los ¨²ltimos datos del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente podr¨ªan marcar una preocupante pauta si se agrava en los pr¨®ximos meses, dadas las perspectivas de que el poder adquisitivo de los hogares se hunda a¨²n m¨¢s en 2013. Estamos ante lo que puede convertirse no en un problema comercial -los sectores agr¨ªcola y pesquero han aumentando de forma extraordinaria sus exportaciones, lo que puede compensar en parte su reducci¨®n en consumo interno-, sino social. La gravedad de la situaci¨®n se aprecia en c¨®mo una organizaci¨®n como C¨¢ritas no solo supera el mill¨®n de personas atendidas por diversos conceptos, sino que gasta casi un 40% de su presupuesto en alimentaci¨®n. La situaci¨®n la evidencian las largas colas que se producen en sus comedores.
Es de esperar que la merma en consumo alimentario ahora detectada sea temporal, pues el empobrecimiento en este terreno tiene un efecto directo en la salud de los espa?oles.
Los descensos m¨¢s acusados de compra se dejan sentir en el aceite de oliva, el vino, las conservas de pescado y los derivados l¨¢cteos. Han sido las superficies llamadas de descuento las que han sabido aprovechar mejor la situaci¨®n, al saber contener mejor los precios. Estos habr¨ªan de bajar tambi¨¦n en una Espa?a que es ahora muy cara, lo que no responde al poder adquisitivo menguante de su poblaci¨®n. Ocurre lo mismo con la vivienda. La devaluaci¨®n interna a que se ve sometido este pa¨ªs debe ser tambi¨¦n de precios, no solo de ingresos y consumo de las familias.
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