Uni¨® asume su culpa
El partido reconoce al fin el delito de desv¨ªo de fondos para formar parados y paga por ¨¦l
Por vez primera en la historia de la democracia espa?ola un partido pol¨ªtico, Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya, y sus dirigentes directamente afectados reconocen en sede judicial haber cometido un delito de corrupci¨®n (ellos) y haberse beneficiado (el partido) en el caso Pallerols. Y por primera vez abonan, en concepto de responsabilidad civil por su financiaci¨®n ilegal, una cuantiosa reparaci¨®n, que alcanza los 388.483 euros.
A cambio, los delincuentes, antiguos altos cargos de la Generalitat encabezada por Jordi Pujol y del partido democristiano de Josep Antoni Duran i Lleida, no ingresan en prisi¨®n. El fiscal ha accedido a rebajarles la petici¨®n de pena carcelaria. Se trata de un tipo de acuerdo muy en boga en otras jurisdicciones, como las anglosajonas, o frecuente en otro tipo de delitos, como aquellos en los que media violencia f¨ªsica.
Las figuras penales en las que los afectados incurrieron y que han asumido sin posibilidad de recurso (las sentencias de conformidad alcanzan firmeza en el momento de dictarse) son malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, fraude en las subvenciones y falsedad documental. Y Uni¨® viene a aceptar su doble culpa, como responsable civil subsidiaria de sus dirigentes y como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo de su mal quehacer, al haberse embolsado ilegalmente un buen pellizco de la cantidad defraudada.
Pero la tipificaci¨®n jur¨ªdica de los delitos no da suficiente cuenta, en este caso, de hasta qu¨¦ punto resultan moralmente rechazables y socialmente repugnantes. La cantidad defraudada, en parte para pagar gastos burocr¨¢ticos y salarios del partido, se detrajo nada menos que de los fondos para la formaci¨®n de parados, y en detrimento de los mismos. Adem¨¢s de reconocer y asumir el relato judicial de las pr¨¢cticas delictivas, la c¨²pula del partido har¨ªa bien en mostrar arrepentimiento ante la ciudadan¨ªa por la conducta ilegal activa de cuatro de sus militantes y pasiva de la propia Uni¨®. La responsabilidad pol¨ªtica no se agota en la sala y en los pasillos de la Audiencia.
Algunos expresar¨¢n su insatisfacci¨®n porque estos delincuentes de cuello blanco pol¨ªtico se libren de las rejas. Es un lamento comprensible, pero que no tiene en cuenta la dificultad de la prueba (en este caso, muy calibrada por la fiscal¨ªa) antes de llegar al acuerdo. Adicionalmente, el derecho penal moderno pretende restaurar el orden material (la devoluci¨®n del dinero desviado) y fijar la responsabilidad (individual y corporativa) para evitar su repetici¨®n, m¨¢s que articular desquites o venganzas.
La larga duraci¨®n del proceso, que ha consumido 14 a?os, ha provocado la queja de la presidenta democristiana del Parlament, N¨²ria de Gispert, ¡°porque esto quema a las personas y a las instituciones¡±. Correcto. Pero mucho m¨¢s queman las personas de su partido que metieron mano en la caja de la instituci¨®n del autogobierno catal¨¢n, la Generalitat.
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