DSK, el ocaso del s¨¢tiro
El Supremo franc¨¦s debe decidir si se procesa al ex director general del FMI como proxeneta Si hay juicio, Dominique Strauss-Kahn puede ser condenado a siete a?os de c¨¢rcel Se refugia con su novia de vacaciones mientras se airean sus episodios ¨ªntimos m¨¢s s¨®rdidos
Siempre con una hembra en el equipaje de mano, el cr¨¢pula Dominique Strauss-Kahn despidi¨® 2012 en Rep¨²blica Mauricio, un refugio insular situado entre Madagascar e India, lejos del enjambre de juzgados y paparazis al acecho. El ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) y su ¨²ltima novia, Myriam Aouffir, se alojaron en las habitaciones de lujo del hotel Pr¨ªncipe Mauricio, guarecidos por la distancia oce¨¢nica y la langosta termidor. Crey¨¦ndose a salvo en su escondite del ?ndico, la pareja baj¨® a cenar una noche en uno de los restaurantes del complejo tur¨ªstico, pero fueron tan descaradas las miradas del resto de los comensales, tanta la incomodidad de los amantes, que optaron por desayunar, comer y cenar en su cuarto. ¡°Desde entonces mantuvieron un perfil bajo¡±, seg¨²n revel¨® un testigo al Daily Mail.
Supuestamente endeudado por la millonaria indemnizaci¨®n acordada con la camarera neoyorquina que le acus¨® de haberla violado el 14 de mayo de 2011, el s¨¢tiro franc¨¦s arranc¨® el nuevo a?o apoquinando cerca de 1.700 euros diarios por una caba?a con techo de paja y escalera de acceso al azul turquesa del mar. Nada del otro mundo. Todav¨ªa rico, y seductor a su manera, Dominique, de 63 a?os, parece acostumbrado a tirar de talonario desde que lleg¨® a la conclusi¨®n de que el enamoramiento de mujeres es una cosa, y el apareamiento en cadena que tanto le gusta, otra, y m¨¢s cara. Legajos judiciales le citan como animador de org¨ªas presupuestadas en 10.000 euros por viejo verde. DSK admite su condici¨®n de libertino, pero invoca consentimiento durante el fornicio, a solas, en grupo, en despachos, suites o lupanares de cinco estrellas.
Lejos de haber concluido sus padecimientos con el arreglo extrajudicial del pasado noviembre en EE UU, 2013 volver¨¢ a crucificarle en Francia, pues un tribunal de apelaci¨®n rechaz¨® el archivo de la causa abierta contra ¨¦l y otras ocho personas, seis de ellos masones, por proxenetismo agravado en el caso Hotel Carlton: epicentro de las 15 bacanales con prostitutas desarrolladas en Lille, Par¨ªs, Bruselas y Washington entre 2008 y 2011. A la espera del recurso ante el Supremo, los tres jueces instructores preparan el eventual procesamiento de un hombre programado para ser presidente de Francia, pero sumido ahora en la amargura y el abandono de quienes, desde la pol¨ªtica o la empresa, re¨ªan sus excesos, o los financiaban. Imaginaban que, una vez en el El¨ªseo, el ex director general del FMI y exministro de Econom¨ªa hab¨ªa de recompensar los favores recibidos. Su tercera mujer, la periodista Anne Sinclair, millonaria, fue solidaria casi hasta el final, pero tambi¨¦n termin¨® dej¨¢ndole.
¡°Ha mentido a sus pr¨®ximos, fue incapaz de someterse a la disciplina de alguien que quer¨ªa ser candidato a la presidencia, y tiene m¨¢s de sesenta a?os. Su tiempo ha pasado¡±
Las golfer¨ªas de Dominique eran un secreto a voces, seg¨²n el goteo de revelaciones sobre la impudicia de un hombre que fue esposado y sometido a prisi¨®n domiciliaria en Nueva York, escarnecido en Francia, fichado en comisar¨ªa y obligado a declarar una y otra vez ante polic¨ªas y magistrados. Todav¨ªa en la picota, deber¨¢ carearse con las meretrices implicadas en la trama y continuar la convalecencia de una perturbaci¨®n dif¨ªcilmente curable: su inveterada lujuria. ¡°Parec¨ªa un mono en celo cuando se abalanz¨® sobre m¨ª¡±, denuncio una de sus supuestas v¨ªctimas, la periodista Tristane Banon. El expresidente Nicolas Sarkozy sab¨ªa de las pulsiones de su rival pol¨ªtico y hab¨ªa comentado que la adicci¨®n al sexo de DSK y los problemas asociados a esa patolog¨ªa le descalificaban como candidato socialista a la jefatura del Estado: ¡°Sabes muy bien que Dominique no puede ser presidente¡±, confi¨® a un asesor, seg¨²n el libro Los Strauss-Khan, escrito por Rapha?lle Bacqu¨¦ y Ariane Chemin, periodistas de Le Monde. El presidente Hollande tambi¨¦n estaba al tanto del temerario estilo de vida de su compa?ero de partido, de su presencia en clubes parisienses de intercambio de parejas y de su inmersi¨®n en los placeres terrenales, muy distanciado de las prioridades socialistas.
Las autoras del libro descartan un escenario en el que el reo de lascivia pueda regresar a la pol¨ªtica. ?C¨®mo podr¨ªa hacerlo? Incluso si fuera definitivamente absuelto por la justicia estadounidense, incluso si el caso instruido en Lille se desvaneciera, su imagen est¨¢ destrozada. ¡°Ha mentido a sus pr¨®ximos, fue incapaz de someterse a la disciplina de alguien que quer¨ªa ser candidato a la presidencia, y tiene m¨¢s de sesenta a?os. Su tiempo ha pasado¡±. DSK, que enfila otro a?o duro, no desconoc¨ªa que las investigaciones de bragueta durante la precampa?a hacia la presidencia pod¨ªan alcanzarle. Probablemente por eso, dos semanas antes de su detenci¨®n en Estados Unidos, el entonces rutilante jefe del FMI coment¨® a periodistas del diario Lib¨¦ration que los principales frenos en su ascenso a la c¨²spide del poder eran tres: ¡°Mi dinero, ser jud¨ªo y las mujeres¡±. Farruco, abund¨® sobre el tercer obst¨¢culo: ¡°Me gustan las mujeres. ?Y qu¨¦?¡±.
Si el Tribunal Supremo autoriza un juicio por proxenetismo, el mundo sabr¨¢ hasta qu¨¦ punto le arrebatan las mujeres, hasta qu¨¦ punto acertaron quienes advirtieron sobre el peligro de que optara a la jefatura del Estado un cr¨¢pula siempre en el filo de la navaja, susceptible de ser chantajeado por los c¨®mplices de sus saturnales fiestas. ¡°Durante a?os, se ha hablado acerca de fotos de org¨ªas en las que yo he participado. ?Por qu¨¦ no las ense?an?¡±. Las filtraciones period¨ªsticas del sumario nada dicen sobre la existencia de documentaci¨®n gr¨¢fica al respecto, pero le describen salido de madre en desenfrenos sufragados por una camarilla de interesados aduladores, embrutecido, copulando hasta la extinci¨®n del efecto viagra. En ocasiones intent¨® mantener relaciones con tres y cuatro chicas, seg¨²n The New York Times. Los testimonios del sumario refieren episodios s¨®rdidos, avasalladores, en los que las prostitutas eran tratadas por DSK y el resto de cuatreros, entre ellos un jefe policial y varios prebostes de LiIle, con la delicadeza de un estibador de Marsella descargando fardos.
La osad¨ªa de Dominique Strauss-Khan en la degluci¨®n de mujeres se prolong¨® durante decenios y no fue discreta. No pocos le recuerdan persiguiendo secretarias y compa?eras de trabajo, agobiando con mensajes a las m¨¢s rebeldes y aprovechando la er¨®tica del poder para rendir a las subordinadas m¨¢s atractivas. Siempre defendi¨® su derecho a vivir libremente, desde el consentimiento entre adultos. La reportera en pr¨¢cticas Tristane Banon ten¨ªa 22 a?os en 2003 cuando, asegura, no consinti¨® ser violentada por el s¨¢tiro durante una entrevista en el picadero donde fue citada. Tras cerrar la puerta con llave, seg¨²n la denuncia de la chica, el pol¨ªtico y economista le agarr¨® de la mano, apag¨® la grabadora y empez¨® a toquetearla. A tenor del relato, terminaron a zarpazos en el suelo: DSK le desabroch¨® el sujetador y los pantalones, se aventur¨® por las zonas liberadas y no fue m¨¢s all¨¢ porque la aterrorizada becaria forz¨® la salida del cadalso. Anne Ansouret, madre de la agredida, confesar¨ªa a?os despu¨¦s que tuvo en su d¨ªa una relaci¨®n con el fauno ¡°consentida, pero brutal¡±.
¡°Durante a?os, se ha hablado acerca de fotos de org¨ªas en las que yo he participado. ?Por qu¨¦ no las ense?an?¡±, ha alegado en su defensa Dominique Strauss-Khan
El chismorreo sobre la doble vida del demolido socialista de caviar, cuyo origen atribuy¨® a los alcahuetes de Sarkozy, le alarm¨® tanto en 2008 que, durante un descanso de una cumbre del G-20 en Pittsburgh, abord¨® al entonces presidente de Francia en los lavabos de la sede de la reuni¨®n internacional. ¡°Dile a tu gente que paren [de hacer correr rumores sobre su libertinaje] o ir¨¦ a los tribunales¡±, le habr¨ªa dicho a Sarkozy, seg¨²n revel¨® a la prensa el propio exdirector del FMI. Cur¨¢ndose en salud, dijo no excluir que sus enemigos urdieran el pago de un mill¨®n de euros a alguna mujer dispuesta a acusarle en falso de violaci¨®n.
La fiscal¨ªa del caso Carlton considera probado el activismo de DSK en la organizaci¨®n de aquelarres carnales incursos en el delito de proxenetismo agravado, castigado con penas de hasta siete a?os de c¨¢rcel y 150.000 euros de multa. Sus abogados conf¨ªan en la definitiva absoluci¨®n del ¨ªdolo ca¨ªdo, humillado en libros, vi?etas, protagonista a su pesar de una obra de teatro, Suite 22806, y personaje central de la pel¨ªcula que dirigir¨¢ Abel Ferrara, y que cuenta con Gerard Depardieu encarnando al ex director actor general del FMI. La traca final corri¨® a cargo de dos avispados emprendedores galos que comercializan un brebaje de soda supuestamente afrodisiaco llamado DSK. El lote de seis botellas de 27 centilitros le cuesta al comprador 16 euros, y al desventurado franc¨¦s que le da nombre, otro escupitajo en su penitente recorrido hacia la expiaci¨®n de culpas.
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