?Por qu¨¦ la (in)seguridad ciudadana en Latinoam¨¦rica?
La complejidad del problema, en cuya base est¨¢ la impunidad, exige respuestas pol¨ªticas integrales
Am¨¦rica Latina ha tenido un destacado desempe?o econ¨®mico en la ¨²ltima d¨¦cada, acompa?ado por una reducci¨®n significativa en los niveles de pobreza y, en algunos pa¨ªses, tambi¨¦n en los niveles de desigualdad. Si comparamos la situaci¨®n actual con lo que suced¨ªa hace dos d¨¦cadas, la regi¨®n tiene hoy en d¨ªa econom¨ªas m¨¢s fuertes e integradas, democracias m¨¢s consolidadas, as¨ª como Estados que han asumido mayores responsabilidades en la protecci¨®n social. Pero el flanco d¨¦bil de la regi¨®n es la violencia, el crimen y la inseguridad.
Con intensidades diferenciadas entre pa¨ªses, la regi¨®n sufre de una epidemia de violencia, acompa?ada por el crecimiento y difusi¨®n de los delitos, as¨ª como por el aumento del temor entre los ciudadanos. Entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la regi¨®n creci¨® 11%, mientras que en la mayor¨ªa de las regiones del mundo descendi¨®. Si consideramos los pa¨ªses que tienen informaci¨®n entre 1980 y principios de 1990, en comparaci¨®n al momento actual, encontraremos que los robos se han casi triplicado en los ¨²ltimos 25 a?os. M¨¢s a¨²n, 1 de cada 10 robos se producen con violencia, en su gran mayor¨ªa a trav¨¦s del uso de armas de fuego y 1 de cada 10 latinoamericanos han sido v¨ªctimas de violencia intrafamiliar. En un d¨ªa t¨ªpico en Am¨¦rica Latina 460 personas sufren las consecuencias de la violencia sexual; la mayor¨ªa son mujeres.
El deterioro de la seguridad no se ha dado de manera homog¨¦nea. Cuando desagregamos los delitos por pa¨ªses encontramos dos Am¨¦ricas Latinas: una en la cual la violencia letal es la que m¨¢s aqueja a la poblaci¨®n, con pa¨ªses que sufren verdaderas espirales de violencia, y otra en la que los niveles de homicidio son relativamente bajos, pero en la que el aumento repentino y considerable de los delitos patrimoniales ha disparado la percepci¨®n de inseguridad en la ciudadan¨ªa. Al mismo tiempo, al interior de los pa¨ªses la situaci¨®n es heterog¨¦nea, con municipios y estados que tienen indicadores comparables a los pa¨ªses de Europa y lugares en los que la violencia letal es incluso mayor a la de pa¨ªses en guerra.
Los latinoamericanos tenemos menos pobreza, menos desigualdad y democracias relativamente estables en la regi¨®n, pero mayores niveles de inseguridad. ?Qu¨¦ ocurri¨®?
En un d¨ªa en Am¨¦rica Latina 460 personas sufren las consecuencias de la violencia sexual; la mayor¨ªa mujeres
Esta es una de las preguntas centrales que ha asumido el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a trav¨¦s de la elaboraci¨®n en curso de un Informe de Desarrollo Humano para Am¨¦rica Latina, el cual tiene como tema central la seguridad ciudadana. El informe se?ala cuatro claves para responder a esta pregunta. Primero, los Estados de la regi¨®n siguen teniendo d¨¦ficits de capacidades en materia de justicia y seguridad. Esto se refleja en ¨ªndices de impunidad alarmantes, la crisis que atraviesan sus sistemas carcelarios y en la desconfianza de la ciudadan¨ªa hacia las instituciones de justicia y polic¨ªa. Es justamente a la luz de estos d¨¦ficits que la privatizaci¨®n de la seguridad ha ido ganando fuerza, lo cual tiende a profundizar la desigualdad en el acceso a la seguridad y deja sin resolver los retos que atraviesa el Estado como principal garante de la seguridad ciudadana.
Segundo, el informe constata que la regi¨®n ha crecido m¨¢s en cantidad que en calidad: contin¨²a teniendo fragilidades en el empleo, rezagos en la inclusi¨®n de las poblaciones m¨¢s j¨®venes, crecimientos urbanos acelerados acompa?ados de fracturas en el tejido social y de clases medias vulnerables.
Tercero, los v¨ªnculos comunitarios como la familia, la escuela y la comunidad han perdido su fuerza en algunos contextos como tensores sociales que permiten desarrollar formas positivas de convivencia. La inseguridad ha reconfigurado el tejido social en las sociedades latinoamericanas reduciendo los espacios de cooperaci¨®n, confianza y participaci¨®n ciudadana y propiciando, en algunos casos, formas de organizaci¨®n distorsionadas por el temor y la desconfianza como la llamada ¡°justicia por mano propia.¡±
La agudizaci¨®n de las amenazas limitan gravemente las capacidades y libertades de los latinoamericanos
Cuarto, la multiplicaci¨®n y agudizaci¨®n de las amenazas a la seguridad tanto en espacios privados como p¨²blicos limitan gravemente las capacidades y libertades de los latinoamericanos. Si bien el crimen organizado ha ganado notoriedad como dinamizador de la violencia y el crimen a nivel local y transnacional, la afectaci¨®n cotidiana de los ciudadanos revela que est¨¢n expuestos a muchas otras amenazas como el delito callejero, la violencia de g¨¦nero y la violencia ejercida por y en contra de los j¨®venes, y que dichas amenazas se entrecruzan y retroalimentan en la pr¨¢ctica.
Estas cuatro claves revelan la complejidad y multiplicidad de los problemas que subyacen a la inseguridad ciudadana. M¨¢s a¨²n, exigen pensar en respuestas integrales de pol¨ªtica p¨²blica, incluyendo el papel de los actores no estatales y de la comunidad internacional. Sabemos bien que hay que pasar de la reflexi¨®n a la acci¨®n, con respuestas creativas e innovadoras, aprendiendo de los aciertos y las fallas. De ah¨ª que el objetivo m¨¢s importante del Informe de Desarrollo Humano para Am¨¦rica Latina 2013 --que cuenta con la colaboraci¨®n de distinguidos especialistas, representantes del quehacer p¨²blico y la sociedad civil--, sea contribuir a la creaci¨®n de mejores y m¨¢s efectivas pol¨ªticas p¨²blicas en aras de proteger a las y los ciudadanos de Am¨¦rica Latina.
Heraldo Mu?oz es subsecretario general de Naciones Unidas y director regional para Am¨¦rica Latina y el Caribe del PNUD.
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