La otra globalizaci¨®n
A pesar de las crisis locales, la construcci¨®n es un mercado global en expansi¨®n
Afirmar que la arquitectura solo existe por la necesidad de construir es un truismo. Mi filosof¨ªa personal es que somos constructores, incluso aunque nos acerquemos al tema desde el punto de vista del dise?o. A pesar de las crisis locales, formamos parte de un mercado global en expansi¨®n. Se espera que la construcci¨®n mundial crezca en torno a un 67%, desde los actuales 7,2 billones de d¨®lares hasta los 12 en 2020, en un plazo de tiempo tras el cual las econom¨ªas de los pa¨ªses emergentes supondr¨¢n el 55% de la cuota total de mercado, frente al 46% de hoy. Hace dos a?os, China super¨® a Estados Unidos como el mayor mercado de construcci¨®n, y se prev¨¦ que esta tendencia a crecer contin¨²e al menos durante una d¨¦cada.
Los desaf¨ªos de la econom¨ªa global son formidables. Muchos temen que la globalizaci¨®n d¨¦ lugar a una sociedad homog¨¦nea en la que todo acabar¨¢ pareciendo lo mismo. En el contexto de la arquitectura, resulta vital que todos los edificios o espacios p¨²blicos que creemos respondan al sentido del lugar, a las tradiciones de la cultura local y al clima. Sin embargo, la conectividad de la que disfrutamos hoy d¨ªa puede aprovecharse para combatir algunos de los desequilibrios que lastran nuestro mundo; la globalizaci¨®n podr¨ªa ser entonces una fuerza ben¨¦fica.
A pesar del ascenso de las econom¨ªas de los pa¨ªses emergentes, casi 900 millones de personas de todo el mundo siguen careciendo de agua potable. La disparidad en el acceso a los recursos es extremo: ducharse durante cinco minutos ¨Cpongamos por caso en Espa?a¨C supone gastar m¨¢s agua que la que utiliza a lo largo de todo un d¨ªa el habitante de una barriada pobre de un pa¨ªs en desarrollo. Casi el 40% de la poblaci¨®n mundial no tiene acceso a redes de saneamiento adecuadas. Hay m¨¢s personas en el mundo con tel¨¦fonos m¨®viles que con posibilidad de usar un inodoro limpio. Mil millones de personas no tienen una vivienda digna, y cien millones de ellas carecen de cobijo de cualquier tipo. En una coyuntura de disminuci¨®n de recursos naturales y de incertidumbre respecto al futuro energ¨¦tico, el 25% de la poblaci¨®n mundial carece de electricidad.
Las ciudades europeas est¨¢n siendo superadas por una serie de megal¨®polis surgidas a lo largo y ancho de todo el mundo, cuya poblaci¨®n supera los 15 millones de habitantes. Las implicaciones de tal desarrollo en relaci¨®n con las cuestiones de consumo de energ¨ªa y el uso de los recursos son evidentes, pero complejas. La esperanza de vida, la mortalidad infantil, la educaci¨®n, la emancipaci¨®n y, de hecho, tambi¨¦n la libertad pol¨ªtica de una sociedad ¨Ctodos ellos factores que influyen en su ¨ªndice de desarrollo humano¨C est¨¢n relacionadas con su acceso a la electricidad y a otros recursos. De manera significativa, todas aquellas sociedades que son ricas en t¨¦rminos de consumo energ¨¦tico tienden tambi¨¦n a estar constituidas por familias m¨¢s peque?as, lo que significa, en otras palabras, que han puesto freno al crecimiento de su poblaci¨®n, uno de los problemas fundamentales a los que tiene que enfrentarse el mundo actual. De ello se deduce que existe un fuerte incentivo moral para que la distribuci¨®n y la disponibilidad de energ¨ªa sean globalmente equitativas.
Podr¨ªa argumentarse que atender estas necesidades es una cuesti¨®n que tiene m¨¢s que ver con los derechos humanos que con la arquitectura. Pero creo que los arquitectos, en cuanto comunidad global, deber¨ªan preocuparse por este tema, e incluso ir m¨¢s all¨¢, abordando los aspectos sociales y espirituales del hecho de construir. Una dimensi¨®n espiritual que estar¨ªa pr¨®xima al modo en que se constru¨ªan las catedrales de la Edad Media, que depend¨ªan de los viajes que los alba?iles cualificados y artesanos emprend¨ªan de un pa¨ªs a otro, rebasando fronteras en una forma temprana de globalizaci¨®n.
La noci¨®n de arquitecto global no es nueva; tal fue, por ejemplo, la condici¨®n de Andrea Palladio, el gran arquitecto del Renacimiento. A trav¨¦s de un peque?o n¨²mero de edificios construidos y de sus relevantes escritos, dio lugar, en palabras de un experto, a ¡°una arquitectura conceptualmente prefabricada¡±. La influencia de Palladio es evidente, por ejemplo, en la obra de ??igo Jones o Thomas Jefferson, y en cualquier ayuntamiento o edificio p¨²blico neocl¨¢sico, desde el Museo del Prado en Madrid hasta la Main Street de Disneylandia. Tampoco es novedoso el concepto de huella o estilo global. Exportado desde Francia e Italia, el estilo barroco dio forma, por ejemplo, a San Petersburgo tal y como lo conocemos hoy d¨ªa y, a trav¨¦s de la colonizaci¨®n, pas¨® tambi¨¦n a ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina.
La Revoluci¨®n Industrial sigui¨® el mismo patr¨®n, con estilos diversos adaptados a las necesidades, gustos y climas locales. Londres, por ejemplo, fabricaba mobiliario que se enviaba a las Am¨¦ricas; en Filipinas se hac¨ªa artesan¨ªa que se exportaba a M¨¦xico y Espa?a; los fabricantes italianos de muebles se trasladaban a Francia, y los plateros franceses, a Suecia. Todav¨ªa en la d¨¦cada de 1930, la sede central del Banco de Hong Kong y Shangh¨¢i fue prefabricada en Reino Unido y enviada en barco para su montaje en la colonia. Hace unas semanas, estuve en el solar donde va a construirse nuestro campus para Apple en Silicon Valley, revisando maquetas y prototipos: mi propio equipo estaba formado por alemanes, italianos, estadounidenses y brit¨¢nicos, analizando productos de California, Europa y China. Una empresa global, en definitiva.
La globalizaci¨®n no es, as¨ª, algo nuevo; de una manera u otra, siempre ha estado con nosotros. La diferencia es que hoy, gracias a los avances en las comunicaciones y la tecnolog¨ªa, estamos mejor conectados que nunca. El reto actual consiste, por tanto, en aprovechar el poder de esta comunidad internacional cada d¨ªa m¨¢s pr¨®spera para mejorar la vida de los m¨¢s necesitados. Esto requiere una globalizaci¨®n concebida en otro sentido: la combinaci¨®n de la voluntad pol¨ªtica, el uso de los recursos, el dise?o y la t¨¦cnica con el fin de abordar estas cuestiones en todo el mundo a la vez.
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