La insoportable levedad de los datos econ¨®micos
La mala calidad de la informaci¨®n oficial dificulta el debate de la pol¨ªtica econ¨®mica
Mucho tiene que cambiar la informaci¨®n econ¨®mica oficial para que llegue a tener una m¨ªnima utilidad social y permita ofrecer soluciones de cara a afrontar la profunda crisis actual. La transparencia econ¨®mica es una regla esencial del funcionamiento democr¨¢tico y los ciudadanos tienen derecho a estar m¨¢s y mejor informados en el terreno econ¨®mico. Se hace urgente, en definitiva, una democratizaci¨®n de la informaci¨®n econ¨®mica en sus diferentes niveles.
Conocer y cambiar para remediar la crisis. Una raz¨®n esencial de lo inamovible de la actual crisis econ¨®mica (y no solo en Espa?a) es el insuficiente nivel de comprensi¨®n de la misma, de sus causas, de sus mecanismos y sus lastres, y por tanto de las posibles soluciones para salir de ella. De cara a poder vislumbrar algunas soluciones para atajarla, o al menos debatir socialmente c¨®mo salir de la misma, habr¨ªa que cambiar en buena medida la informaci¨®n econ¨®mica que se elabora y difunde desde las instancias p¨²blicas, y ello con el apoyo e incluso el impulso del Parlamento.
Tanto la informaci¨®n macroecon¨®mica como la informaci¨®n microecon¨®mica relativa al sector p¨²blico son claramente insuficientes, y en la mayor¨ªa de los casos ininteligibles por el ciudadano medio, incluso por los propios economistas; se hace por ello urgente conseguir dos objetivos: a) Nuevos patrones de elaboraci¨®n y presentaci¨®n de los datos econ¨®micos, y b) Un mayor nivel de intensidad y transparencia en la divulgaci¨®n social de esta informaci¨®n.
La informaci¨®n econ¨®mica relativa al sector p¨²blico es claramente insuficiente y en la mayor¨ªa de los casos ininteligible para el ciudadano medio?
Estructuras informativas socialmente inoperantes. Un buen n¨²mero de las macromagnitudes que sirven como referencia a nivel oficial, comenzando por el producto interior bruto y la medici¨®n del crecimiento econ¨®mico en base al mismo, son realmente obsoletas; la propia contabilidad nacional es un sistema de informaci¨®n tan complejo como inoperativo y en absoluto ajustado a los problemas y necesidades de la econom¨ªa y la sociedad (consecuente en buena parte con la inutilidad social de sistemas como el SEC 95 y dem¨¢s reglas contables emanadas de Bruselas).
Tampoco cumplen esa funci¨®n las numerosas y a menudo frondosas series de datos estad¨ªstico-contables del INE. Y qu¨¦ decir de la informaci¨®n del sector p¨²blico, que parece que con la asunci¨®n (incompleta) del principio de devengo ya ha alcanzado su quintaesencia informativa, cuando en la pr¨¢ctica no deja de ser un conjunto de datos agregados y alineados por cap¨ªtulos y subcap¨ªtulos, cuyas ¨²nicas aspiraciones parece que son el simple cumplimiento del principio de legalidad y las correspondientes normas contables y presupuestarias. En resumen, la informaci¨®n econ¨®mica p¨²blica, tanto macro como micro, ha de ir mucho m¨¢s all¨¢, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo.
Diferenciaci¨®n y nuevas formas de informaci¨®n. Para mejorar esta situaci¨®n se deber¨ªan asumir nuevos modos de diferenciaci¨®n en la informaci¨®n econ¨®mica, y ello en funci¨®n de distintos fines, e incluso valores sociales, siguiendo por ejemplo la filosof¨ªa del an¨¢lisis discriminante. Habr¨ªa as¨ª que considerar que no todos los euros son iguales en el gasto p¨²blico, y distinguir claramente en su presentaci¨®n los gastos corrientes operativos de los no operativos, as¨ª como los euros invertidos respecto a los gastados (los primeros generan m¨¢s confianza que los segundos, aunque todos sean gastos en la contabilidad p¨²blica).
Deber¨ªa crearse un portal p¨²blico que ofrezca a los ciudadanos indicadores y datos econ¨®micos de inter¨¦s general
Tambi¨¦n podr¨ªan diferenciarse los distintos segmentos del d¨¦ficit p¨²blico: operativo, at¨ªpico, por prestaciones sociales, as¨ª como el sangrantemente alto d¨¦ficit financiero; o tambi¨¦n distinguirse el d¨¦ficit coyuntural (con proyecci¨®n a corto plazo) y el estructural (a largo plazo). Ser¨ªa igualmente importante, por ejemplo, publicar el retorno econ¨®mico y social de los distintos gastos p¨²blicos (aunque a veces nadie lo vea), los datos de las balanzas fiscales territoriales, el patrimonio que poseen cada una de las entidades p¨²blicas, as¨ª como exigir y publicar una memoria justificativa de sus gastos a cada una de las instituciones p¨²blicas de este pa¨ªs. Y puestos a pedir, se podr¨ªan diferenciar claramente los datos de la econom¨ªa productiva y de la econom¨ªa especulativa, de cara a intensificar en lo posible la pol¨ªtica fiscal y los grav¨¢menes hacia esta ¨²ltima.
Necesidad de un portal p¨²blico de informaci¨®n econ¨®mica. Por otra parte, y de cara al segundo objetivo de mayor transparencia social y democratizaci¨®n de la informaci¨®n econ¨®mica, ser¨ªa importante crear un portal p¨²blico que se ocupase de ofrecer a los ciudadanos aquellos indicadores y datos econ¨®micos m¨¢s importantes, b¨¢sicos y de inter¨¦s general, para que, asom¨¢ndose a la web de dicho portal, pudiesen disponer de una radiograf¨ªa simple, integral y permanente de la econom¨ªa espa?ola; ello servir¨ªa, adem¨¢s, para aumentar la cultura econ¨®mica de la ciudadan¨ªa, para fomentar la participaci¨®n social y como catalizador de ideas y propuestas de los propios ciudadanos.
Un pacto por la transparencia informativa permitir¨ªa a los miles de economistas que hay en el pa¨ªs? despertar de ese supuesto y criticado letargo que padecemos
Deber¨ªan ser datos e indicadores que la mayor¨ªa de los ciudadanos pudieran entender f¨¢cilmente, pertenecientes a los distintos ¨¢mbitos y sectores de la econom¨ªa: p¨²blico, empresarial, social, financiero, laboral, etc¨¦tera, comenzando, por ejemplo, con no m¨¢s de cien indicadores, debidamente actualizados; deber¨ªa ser adem¨¢s un cuadro de datos desgranables, de forma que cada uno de ellos se pudiera desagregar online, accedi¨¦ndose al origen, las fuentes y los distintos niveles de detalle de sus cifras.
La importancia de un consenso pol¨ªtico. En tanto los partidos pol¨ªticos se deciden alg¨²n d¨ªa a hacer pol¨ªtica con may¨²sculas a trav¨¦s de un amplio pacto de estado en materia econ¨®mica, podr¨ªan ir mientras abriendo boca y llegar al menos a un acuerdo sobre aquella informaci¨®n econ¨®mica que pueda resultar de inter¨¦s general para los ciudadanos, y que se debiera publicar en ese portal p¨²blico; informaci¨®n que deber¨ªa ser propiciada y/o tutelada por el Parlamento, como garante de la adecuaci¨®n y objetividad de los datos publicados y ofrecidos a los ciudadanos. El citado acuerdo ser¨ªa un logro pol¨ªtico colectivo, un juego de suma positiva, en el que todos los partidos pol¨ªticos, y sobre todo los ciudadanos, saldr¨ªan ganando.
Y ah¨ª estamos los economistas... Esta informaci¨®n econ¨®mica de inter¨¦s com¨²n no deber¨ªa ser ¨²nicamente responsabilidad de los pol¨ªticos y parlamentarios, sino que ser¨ªa una buena ocasi¨®n para movilizar las fuerzas pensantes de los ciudadanos en general y de los economistas en particular. Al menos una parte de las decenas de miles de economistas de distintas generaciones que hay en este pa¨ªs, tanto en el sector p¨²blico, como en las empresas y en las universidades, podr¨ªamos as¨ª despertar de ese supuesto y criticado letargo que padecemos, y poner en valor nuestros conocimientos y experiencia para compartir desinteresadamente esa importante empresa com¨²n de aportar ideas y propuestas para una mejor y m¨¢s asequible informaci¨®n econ¨®mica en este pa¨ªs. No estar¨ªa mal intentarlo, y a ver qu¨¦ ocurre.
Jes¨²s Lizcano ?lvarez es catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidente de Transparencia Internacional Espa?a.
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