Argelia se precipita
El ataque contra los secuestradores de la planta gas¨ªstica enfada a los Gobiernos afectados
Siguiendo una l¨ªnea que ha marcado a sangre y fuego su pol¨ªtica antiterrorista de los ¨²ltimos lustros, los militares argelinos decidieron asaltar ayer la planta gas¨ªstica de Tigeuntourine, cerca de In Amenas, en el sureste del pa¨ªs, donde un grupo pr¨®ximo a Al Qaeda hab¨ªa secuestrado la v¨ªspera a m¨¢s de 40 trabajores extranjeros y varios centenares de argelinos. Hay confusi¨®n sobre el n¨²mero de muertos entre los rehenes y los secuestradores. Pese a la diversidad de nacionalidades entre los primeros, y quiz¨¢s incluso de los segundos, Argelia actu¨® a su manera, para irritaci¨®n manifiesta de varios Gobiernos.
Es dif¨ªcil precisar si el ataque, por aire y por tierra, se produjo antes de plantear siquiera una negociaci¨®n, o cuando los secuestradores intentaban salir del recinto hacia el desierto. En todo caso, parece una reacci¨®n precipitada por parte de las autoridades argelinas y que se ha saldado, seg¨²n diveras fuentes, con una ba?o de sangre. La guerra de comunicados entre el Gobierno argelino y los secuestradores, estos a trav¨¦s de medios mauritanos, indica la creciente dificultad de controlar la informaci¨®n en estas situaciones.
La brigada Al Muthalimin (¡°los que firman con su sangre¡±) hab¨ªa reinvidicado este secuestro masivo. El que aparentemente plane¨® la operaci¨®n, Mojtar Belmojtar, antiguo jefe de Al Qaeda en el Magreb y desde hace tiempo relacionado con el terrorismo islamista argelino, podr¨ªa haber fallecido. Este grupo vincul¨® el secuestro de la planta a la intervenci¨®n francesa en el vecino Mal¨ª, lo que demuestra que lo que est¨¢ ocurriendo en el pa¨ªs subsahariano es problema de todos, y no solo de la antigua potencia colonial, Francia, que est¨¢ actuando sin un apoyo claro ni de Argelia ni de sus socios europeos.
Estos se comprometieron ayer en Bruselas poco m¨¢s que a acelerar la misi¨®n en ciernes: 450 militares para formar y entrenar a las fuerzas malienses. La UE no est¨¢ a la altura de las circunstancias y algunos pa¨ªses, entre ellos Espa?a, parecen demasiado reticentes a implicarse con mayor profundidad. La tragedia de In Amenas recuerda que estamos todos en el mismo barco, y que ahora, tras lo sucedido en Argelia, la intervenci¨®n en Mal¨ª ¡ªque deber¨ªa africanizarse en unas pocas semanas con la formaci¨®n de un contingente de la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental¡ª ha cobrado a¨²n mayor importancia.
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