Una actriz revelaci¨®n de 59 a?os

Carmina Barrios ten¨ªa siete a?os cuando empez¨® a fumar. Iba por las calles de Sevilla en busca de colillas ¡°grandes¡±, las deshac¨ªa y formaba un montoncito de tabaco para regal¨¢rselo a su abuelo, ¡°que se pon¨ªa triste cuando no pod¨ªa echarse un piti¡±. Juntos hac¨ªan los cigarrillos, y ella se adjudicaba una recompensa: ¡°Este para m¨ª, ?vale?¡±. El abuelo aprobaba sin poner mucha atenci¨®n, y la nieta se esmeraba en expulsar el humo ¡°con estilo¡±. Despu¨¦s, para impactar, lograr¨ªa echarlo por la nariz. Hoy, el vicio lo tiene bien arraigado, como demostr¨® en el falso documental Carmina o revienta. Por eso el pasado mi¨¦rcoles, ?lex O¡¯Dogherty, presentador de los Premios Forqu¨¦ 2013, la ruboriz¨® desde el escenario: ¡°Carmina, ?c¨®mo lo llevas? Un cuarto de hora sin fumar, ?eh?¡±. ¡°Bien¡±, dijo ella, y sonri¨®.

Esa fr¨ªa noche, La Carmina (como la conocen) se deshizo en un instante del abrigo y pos¨® en la alfombra roja de los madrile?os Teatros del Canal junto a sus hijos Paco y Mar¨ªa Le¨®n. Cuando, sentada en segunda fila, vio c¨®mo Juan Diego Botto y Ver¨®nica Echegui anunciaban el premio a la mejor actriz, dese¨® con todas sus fuerzas tener un cigarrillo a su alcance para darle una calada y apaciguar as¨ª una fugaz descarga de ansiedad. Porque nunca se imagin¨® aspirar a este tipo de premios.

Carmina Barrios naci¨® hace 59 a?os en el barrio de Triana. Su padre era un militar autoritario y conservador. No le perdonaba a su hija que no fuera a misa (¡°me preguntaba hasta por el color de la casulla del cura¡±). Quiz¨¢ para huir de ese ambiente tan estricto se cas¨® a los 20 a?os con un ¡°guapo tabernero¡± llamado Antonio Le¨®n. No tard¨®, sin embargo, en tener otro tipo de ¡°ataduras¡±. Ser ama de casa en el pol¨ªgono sevillano de Alcosa y madre de tres hijos no era tarea f¨¢cil. Lo sab¨ªa, pero se esforzaba por no repetir ¡°las formas¡± con las que ella hab¨ªa sido educada. As¨ª que les daba m¨¢s libertad y comodidad a los cr¨ªos. Si notaba que por la ma?ana ten¨ªan mucho sue?o, les dec¨ªa que pod¨ªan faltar al colegio. Si la temperatura era asfixiante, tambi¨¦n: ¡°?Con la cal¨® que hace, mejor quedaros en casa!¡±. Y si tardaban mucho en hacer los deberes: ¡°?Os vais a volver locos de tanto estudiar!¡±.

Carmina se define como ¡°una t¨ªa muy valiente, ech¨¢ pa¡¯lante, aunque a veces tambi¨¦n muy cagona¡±. Es cari?osa y an¨¢rquica. Disparatada y espont¨¢nea. No le gustan las entrevistas, lo dice una y otra vez. Casi no va al cine (¡°?qu¨¦ verg¨¹enza!¡±). Tiene las manos tersas, los ojos radiantes, el ce?o fruncido, la frente levemente surcada, la boca llena de signos de exclamaci¨®n y las entra?as desbordadas de sentencias. ¡°Yo no estoy gorda¡±, dijo en su aclamada pel¨ªcula. ¡°Estoy bien. Cuando me meto en los probadores de ropa y me miro en los espejos, digo: ¡®A estos espejos les ponen aumento¡¯. Pero me entran ganas de tirar los trapos al carajo e irme a un tapicero y que me haga algo como pa un sof¨¢ de tres plazas con cojines incorporados, ?co?o!¡±.

Hace dos a?os, su hijo Paco Le¨®n, el famoso Luisma de la serie A¨ªda, le propuso protagonizar su debut como director. Ella nunca hab¨ªa actuado, pero el reto no parec¨ªa tan dif¨ªcil: se interpretar¨ªa a s¨ª misma. Por momentos seguir¨ªa el gui¨®n y por momentos improvisar¨ªa. El argumento de la pel¨ªcula, una madre aguerrida dispuesta a todo por sacar a su familia adelante, mezclar¨ªa ficci¨®n y realidad. Acept¨® y sorprendi¨® a sus hijos actores, a la cr¨ªtica y al p¨²blico. ¡°Me divert¨ª mucho. Para m¨ª era como un juego. Tal vez no era consciente de lo que est¨¢bamos haciendo. Luego, cuando me vi en la pantalla, me quise morir. Pero, bueno¡­, me lo pas¨¦ bien¡±, recuerda. El rodaje le sirvi¨® adem¨¢s para conocer un poco m¨¢s a su primog¨¦nito. ¡°Vi que Paco puede llegar a ser muy pesa¨ªllo, eso es verdad. Dec¨ªa que la escena hab¨ªa salido bien, pero que hab¨ªa que hacer otra toma. Si hab¨ªa salido bien, ?pa qu¨¦?¡±.

Carmina o revienta se estren¨® hace casi un a?o en el Festival de Cine de M¨¢laga. Carmina vio la proyecci¨®n en uno de los palcos del Teatro Cervantes de la ciudad coste?a, y cuando acab¨®, las manos del p¨²blico herv¨ªan de aplausos. Se emocion¨®, se cubri¨® los ojos con la mano derecha y empez¨® a llorar. La cinta obtuvo el Premio Especial del Jurado, el Premio del P¨²blico y la Biznaga de Plata a la mejor actriz. Carmina la recibi¨® sonrojada y dijo: ¡°Estaba pensando en dar las gracias a mi hijo Paco. Pero estoy pensando que mejor no. Porque me las debe dar ¨¦l a m¨ª¡±. Luego dio una rueda de prensa en la que los periodistas le preguntaron si estaba dispuesta a seguir en el mundo del cine. ¡°Si me contratan otros directores y me pagan, ?estupendo! Porque mi hijo no me ha pagado¡±, contest¨®.

La noche del pasado mi¨¦rcoles asisti¨® a los Premios Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦ como candidata a mejor int¨¦rprete de 2012. Al final lo gan¨® Maribel Verd¨², la madrastra de Blancanieves, pero Carmina todav¨ªa tiene la posibilidad de obtener otro premio: nada menos que el Goya a actriz revelaci¨®n, lo cual la tiene ¡°acojonada¡± y, al mismo tiempo, ¡°muy alegre, sobre todo por los ni?os¡±. ¡°Pero hay momentos¡±, a?ade, ¡°en los que parece que se est¨¢n cachondeando de m¨ª, porque, ?yo qu¨¦ he hecho? ?Si yo no he hecho n¨¢! Desde luego que no me veo ganando el Goya. Ni siquiera s¨¦ qu¨¦ ponerme para ese d¨ªa, apenas estoy viendo¡±.

Carmina dice que la fama no la ha cambiado. ¡°Me dicen: ¡®?Te habr¨¢ cambiado la vida!¡¯. ?En qu¨¦? Me duelen el mismo pie y la misma espalda¡±. Pero ya tiene otra misi¨®n cinematogr¨¢fica: ¡°Un peque?o personaje¡± en ?Qui¨¦n mat¨® a Bambi?, la nueva pel¨ªcula del director Santiago Amodeo (Cabeza de perro, 2006). Y Paco Le¨®n ya ha dejado entrever que puede haber una segunda parte de Carmina o revienta. Mientras tanto, seguir¨¢ siendo ¡°una madre com¨²n y corriente, como las hay en todo el mundo¡±. Con su cigarrillo en la mano. Batalladora y gritona. ¡°?Como la tuya!¡±.