Sinsabores de la comida con sexo
?Es realmente apetecible comer un trozo de pescado con arroz que ha estado en contacto con el ombligo o el prepubis de una se?ora o un se?or que no conoces de nada?
Hace ahora un a?o recib¨ª un pene de chocolate en mi oficina, y fue entonces cuando comenc¨¦ a pensar sobre las dif¨ªciles relaciones entre la comida y el sexo. El miembro en cuesti¨®n, enviado como muestra promocional por la marca United Indecent Pleasures, era bastante bonito, y aunque no me lo com¨ª entero ¡ªmed¨ªa 20 cent¨ªmetros¡ª, lo que prob¨¦ estaba bueno. Pero, no s¨¦ c¨®mo explicarles, me pareci¨® raro. No acab¨¦ de verle la gracia a unir dos actividades que, fuera por mi carencia t¨ªpicamente vasca de sensualidad o por el poso de mi educaci¨®n jesu¨ªtica, en mi cerebro estaban radicalmente separadas.
El conflicto ha vuelto a surgir en mi interior tras leer sobre el caso Body Sushi, que la semana pasada conmocion¨® la provincia de Castell¨®n m¨¢s que los coches que hacen carreras por las pistas de su aeropuerto. El Bodeg¨®n de Carlos, un restaurante de Vila-real con papeletas para aparecer en Pesadilla en la cocina, decidi¨® estimular a su alica¨ªda clientela con sesiones de ¡°sushi corporal¡±, pr¨¢ctica relativamente popular en Jap¨®n consistente en servir makis y nigiris sobre la piel de un ser humano desnudo. La aparici¨®n en prensa del asunto, con las consiguientes acusaciones de explotaci¨®n carnal, llev¨® a la Generalitat valenciana a dar un toque al propietario, que tuvo que dejar la fiestecita para otro momento.
No es que comparta las monjiles cr¨ªticas de alguna diputada auton¨®mica de izquierdas, que se rasg¨® el refajo proclamando que el acto ¡°reduc¨ªa a la mujer a una mercanc¨ªa para disfrute de los hombres¡±. Por esa regla de tres, habr¨ªa que prohibir las pel¨ªculas porno, los peep-shows y, si me apuras, hasta las clases de pintura con modelos desnudas. Adem¨¢s, tambi¨¦n se ofrec¨ªa body sushi con cuerpo masculino.
Mi escepticismo hacia esta clase de ceremonias va por otro lado. ?Es realmente apetecible comer un trozo de pescado con arroz que ha estado en contacto con el ombligo o el prepubis de una se?ora o un se?or que no conoces de nada, y a los que no has podido hacer antes la prueba del algod¨®n? ?Resulta agradable mantener una conversaci¨®n durante la cena mediando unos pechos desnudos o un pene entre tu interlocutor y t¨²? Para m¨ª, no. Por desgracia, me falta el vicio necesario para la comida con sexo. O para el sexo con comida. Al fin y al cabo, cuando vi la famosa escena de Kim Basinger toda chorreada de fresas con nata en Nueve semanas y media, no pens¨¦ en otra cosa que en el marr¨®n de limpiarlo todo despu¨¦s.
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