Dirigirse a la ra¨ªz

Que apenas haya le¨ªdo un par de libros de los que ocupan espacio en la secci¨®n de autoayuda no significa que los considere est¨¦riles e innecesarios, pero hasta el momento han sido otra clase de p¨¢ginas las consultadas para tratar de navegar y mantenerse a flote en las movidas aguas de la vida. ?ltimamente, parece ser ¨¦poca propicia para obras y mensajes cargados de positivismo, equilibrio y optimismo con los que afrontar la tempestad y zozobra reinante. Sin embargo, aun siendo la disposici¨®n y actitud personal factores de gran peso espec¨ªfico a la hora de caminar, salvar obst¨¢culos y levantarse de las ca¨ªdas cuando la nevera y la despensa est¨¢n vac¨ªas, o se presenta en la noche el amenazante fantasma del desahucio, no es sencillo mantener el ¨¢nimo y la sonrisa.

Resulta curioso que, existiendo una abundante cantidad de personajes empe?ados en vivir del cuento y a costa del padecimiento ajeno, no haya en las librer¨ªas vol¨²menes de autoayuda dirigidos a concienciar, encauzar y mejorar tales comportamientos. Ser¨ªa innovador e interesante ver t¨ªtulos como, por ejemplo, Tu corrupci¨®n da?a al vecino o Div¨®rciate de la especulaci¨®n y la usura, no causes m¨¢s v¨ªctimas.

Si una cosa es curar y otra aliviar los s¨ªntomas, lo adecuado ?no es dirigirse a la ra¨ªz del problema?¡ª Alejandro Prieto Orviz.