Reciclaje radical de un edificio industrial
Si tienen 7 minutos para ver este espl¨¦ndido v¨ªdeo del arquitecto Miguel de Guzm¨¢n sobre el trabajo de Carlos Arroyo en el ayuntamiento y centro c¨ªvico de Oostkamp, en B¨¦lgica, poco m¨¢s tendr¨¦ que a?adir.
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Su proyecto gan¨® el concurso y, con la arquitecta Vanessa Cerezo, ide¨® una estructura de c¨¢scaras (capas de GRC ) leves ¨Cque apenas pesan 7 kg por metro cuadrado- para hacer habitable el descomunal espacio de la antigua gran nave industrial. La nueva cubierta funciona, casi, como un falso techo. Protegida por la cubierta original, sirve para controlar la luminosidad y la ac¨²stica, pero tambi¨¦n las condiciones clim¨¢ticas. De hecho, la sostenibilidad de la propuesta de Arroyo no radica solo en el reciclaje. Al establecer varios niveles de control clim¨¢tico (menos caldeado por los pasillos, m¨¢s en los espacios de trabajo) el arquitecto rebaj¨® el consumo energ¨¦tico atendiendo a la l¨®gica de los desplazamientos: entramos en el hall con abrigo, nos lo quitamos al llegar a un despacho.
La cubierta fue construida con encofrados inflables que tambi¨¦n minimizaron el consumo energ¨¦tico y los desechos. Tal vez por eso, los arquitectos explican que esa cubierta funciona como una nube. Y est¨¢ llena de sorpresas. Tiene, por ejemplo, un ¡°sol artificial¡± que aprovecha el fuerte viento exterior para alimentar los leds que lo iluminan.
Aunque Arroyo cuenta que por fuera el inmueble es un ¡°no edificio¡± que simplemente cubre de vegetaci¨®n los paneles rojos de la f¨¢brica de Coca-Cola y poco m¨¢s que un tel¨®n de fondo ¨Ceso s¨ª, pintado de turquesa-, el edificio es algo m¨¢s: se inscribe en el paisaje como un intercambiador de usos, caminos y espacios. A ¨¦l puede llegarse en bicicleta y, en el interior, la rugosidad de una l¨ªnea dibujada en el suelo permite que los ciegos se orienten. El edificio se deja atravesar para acortar la distancia con el centro urbano. Y por todo eso, se inscribe en el contexto de la ciudad como, efectivamente, un paisaje productivo, un tema que Arroyo lleva a?os investigando. Y que en la rehabilitaci¨®n de esta antigua f¨¢brica y en su recuperaci¨®n como espacio ciudadano alcanza a explicarse, casi sin palabras.
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