Narrar con trajes
Oscar, Goya, Bafta¡ no hay premio al que este a?o no sea candidato Paco Delgado Es el dise?ador del?vestuario de?las pel¨ªculas ¡®Los?Miserables¡¯ y?¡®Blancanieves¡¯. Descubrimos al hombre del que todos hablan
Eran dos hombres y cuatro mujeres los que estaban sentados alrededor de una mesa en aquella gran sala de Los ?ngeles. Paco Delgado, dise?ador de vestuario de la pel¨ªcula Los miserables, ten¨ªa a su derecha a Colleen Atwood. Una compa?era de oficio con tres Premios Oscar que en 1990 visti¨® para la historia a Johnny Depp en Eduardo Manostijeras. Aquella fue una de las pel¨ªculas que a Delgado, entonces estudiante de escenograf¨ªa, le abrieron los ojos sobre las posibilidades del cine. Por eso, aquella ma?ana de diciembre, el canario pensaba lo que cualquiera en esa situaci¨®n: ¡°?Qu¨¦ hago yo aqu¨ª? Yo, que vengo de un sitio tan remoto como Arrecife, en las islas Canarias¡ ?Qu¨¦ hago yo aqu¨ª?¡±.
Un mes despu¨¦s de aquel encuentro entre dise?adores de vestuario organizado por la revista The Hollywood Reporter, cuatro de ellos estaban entre los cinco nominados al Oscar en esa categor¨ªa: Atwood, con su d¨¦cima candidatura por Blancanieves y la leyenda del cazador; Johanna Johnston, colaboradora habitual de Steven Spielberg desde Salvar al soldado Ryan, que firma Lincoln; Jacqueline Durran, finalista por tercera vez gracias a Anna Karenina, y, claro, Paco Delgado. ¡°Que te nominen para los Oscar es muy fuerte. Yo crec¨ª viendo en las revistas que eso le pasaba a gente como Jack Nicholson. Es algo que pertenece a un mundo que parece completamente lejano, y de repente llega un d¨ªa y te toca ti¡±.
Estamos en el estudio que Delgado tiene en el s¨®tano de su tienda de ropa vintage y complementos en el barrio de Malasa?a en Madrid. Es el d¨ªa despu¨¦s de que se anuncie esa candidatura y el final de una semana intensa. El lunes supo que era candidato a los Premios Gaud¨ª (por Blancanieves, de Pablo Berger); el martes, a los Bafta (por Los miserables); el mi¨¦rcoles, a los Goya, y el jueves, a los Oscar. Los dos perros yorkshire de Delgado corretean a nuestros pies. Sobre la mesa, los primeros bocetos que dibuj¨® para Los miserables. Forrando las paredes del angosto espacio, cajas de pl¨¢stico llenas de accesorios y burros cargados de ropa. En primer t¨¦rmino, un traje de Blancanieves. ¡°El vestuario es fundamental para m¨ª, porque mi madre era modista. Pero no solo visualmente. Tambi¨¦n de una manera m¨¢s profunda¡±, asegura el director de la cinta, Pablo Berger. ¡°Paco Delgado es un figurinista escritor. Sus vestidos hablan. Terciopelos, bordados, mantillas, sat¨¦n, peinetas, sedas, oro y plata, tafet¨¢n, alamares y tocados es su vocabulario. Sus dise?os describen a los personajes que los visten no solo por fuera, sino tambi¨¦n por dentro¡±.
Cuando Delgado lleg¨® a Madrid, en 1982, este escenario no entraba en sus planes. Dej¨® Lanzarote para estudiar f¨ªsica en la Universidad Aut¨®noma y durante tres a?os se entreg¨® a la carrera con af¨¢n de buen estudiante. En su fami??lia, las matem¨¢ticas eran una ocupaci¨®n frecuente y se consideraba que las ciencias eran las profesiones con mejor futuro. Un d¨ªa de verano fue a la universidad para recibir las notas de final de curso y de pronto decidi¨® que no iba a volver para terminar la especialidad. En cambio, se present¨® a unas pruebas en el Institut del Teatre de Barcelona para estudiar escenograf¨ªa y vestuario. No hab¨ªa tenido relaci¨®n alguna con el teatro, pero siempre hab¨ªa dibujado. ¡°A veces, las decisiones se toman por instinto¡±, ofrece como toda explicaci¨®n.
El buen gusto est¨¢ bien para tu vida, pero para el arte es una castraci¨®n"
Se instal¨® en un piso compartido y sin agua caliente en la calle de Tallers y qued¨® fascinado por El Raval preol¨ªmpico. Le interesar¨ªan mucho m¨¢s sus calles decadentes que el inmaculado decorado que se dibuj¨® para el 92. ¡°Barcelona ha perdido toda su autenticidad y su alma¡±, dice ahora. ¡°Se presta menos atenci¨®n a la esencia que a la apariencia. Yo odio la apariencia y me gusta la esencia. Espero que eso sea lo que se ve en mi trabajo. Por ejemplo, detesto que digan de un dise?ador que tiene buen gusto. El buen gusto est¨¢ bien para tu vida, pero para el arte es una convenci¨®n, una castraci¨®n, una limitaci¨®n¡±.
Termin¨® los estudios, y la oportunidad de trabajar con el director teatral Miguel Narros y el escen¨®grafo Andrea D¡¯Odorico le trajo de nuevo a Madrid a los 24 a?os. Pas¨® alg¨²n tiempo con ellos hasta que su inquietud volvi¨® a cambiarle el rumbo. Quer¨ªa salir al extranjero. Pidi¨® una beca y solicit¨® plaza en el Motley Theatre Design Course de Londres, que en ese momento estaba adscrito al National Theatre. Pasar¨ªa en Londres los siguientes 12 a?os.
En Reino Unido, Delgado trabajaba sobre todo en funciones alternativas del circuito teatral. Al principio, el vestuario no era la parte que m¨¢s le interesaba. Le parec¨ªa algo ¡°f¨¢cil¡± que hac¨ªa en paralelo a sus decorados. Hab¨ªa conocido a Sonia Grande en su etapa con Miguel Narros. Cuando ella recibi¨® el encargo del vestuario de La Celestina, de Gerardo Vera, le llam¨® para que fuera su ayudante. Esa pel¨ªcula marc¨® un cambio en dos sentidos: hizo que Delgado volviera ocasionalmente a Espa?a para trabajar y, sobre todo, le hizo morder la manzana del cine. ¡°El teatro es un laboratorio de ideas y sirve para conocerte a ti mismo. Tiene una parte muy reflexiva que el cine no tiene porque no hay tiempo. Pero el cine es adictivo. O te gusta o lo detestas. Al principio no entiendes que haya que correr tanto y te maltraten tanto, pero te engancha¡±.
La comunidad, dirigida por Alex de la Iglesia, fue su primera pel¨ªcula como dise?ador de vestuario. Pero hasta que en 2004 termin¨® La mala educaci¨®n no volvi¨® definitivamente a Espa?a. Mientras la rodaba, en Valencia, se enamor¨®. Con su pareja abri¨® su tienda de ropa antigua y complementos en Madrid a la que llamaron Corach¨¢n y Delgado. Continu¨® colaborando con De la Iglesia (800 balas, Crimen ferpecto, Los cr¨ªmenes de Oxford, Balada triste de trompeta¡) y con Almod¨®var (La piel que habito), pero fue su tra??bajo en Biutiful, de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, el que capt¨® el inter¨¦s de Tom Hooper.
El director de 'Los Miserables' quer¨ªa trabajar con alguien con esp¨ªritu latino"
El director de El discurso del rey le ofreci¨® la adaptaci¨®n de Los miserables un a?o y medio antes de que llegara la llamada definitiva mientras trabajaban en un anuncio. Delgado, sin embargo, pens¨® que lo mencionaba por cortes¨ªa. ¡°S¨¦ que los estudios hubieran preferido un nombre con Oscar, pero Tom Hooper quer¨ªa una per??sona diferente. Ten¨ªa mu??chas ganas de trabajar en este proyecto con alguien que no fuera anglosaj¨®n, que tuviera un esp¨ªritu latino. Esa ha sido una de las razones m¨¢s importantes de que yo est¨¦ ah¨ª¡±. Cuando lleg¨® la llamada definitiva, Delgado estaba en la tienda. Sentado en uno de los sof¨¢s que miran a la calle. Los mismos en los que sus amigos se arremolinan esta tarde de viernes excepcional.
Aquel d¨ªa en la pantalla de su m¨®vil aparec¨ªa un n¨²mero con prefijo de Los ?ngeles. No descolg¨®. Le dio miedo. Esper¨® a que dejaran el mensaje. Lo escuch¨® de inmediato. Su cara era tal, que alguien a su lado le pregunt¨®, asustado, si hab¨ªa recibido una mala noticia. No era mala, no. ¡°Era una aventura. Me dio miedo al principio. Pero tengo mucho morro¡±, concluye. Con un presupuesto ins¨®lito en sus trabajos en Espa?a y un equipo de 40 personas, Delgado se embarc¨® en la aventura. Hab¨ªa que vestir a un elenco amplio y a m¨¢s de 2.200 figurantes, y un equipo se instal¨® en los talleres Cornejo de Madrid para elaborar casi la mitad de las 1.500 piezas. El resto, sobre todo los vestidos de los protagonistas, se fabricaron en Londres. Por Cornejo pasaron tambi¨¦n Colleen Atwood y Jaqueline Durran. Sin embargo, Mar¨ªa Ortega Cornejo tiene claro qui¨¦n prefiere que se lleve el Oscar. ¡°Paco es un amigo¡±, explica. ¡°Adem¨¢s, no es un figurinista al uso. Tiene mucho talento y es atrevido. Ha trabajado con directores muy especiales que le han permitido correr riesgos¡±.
Durante dos meses, casi la mitad de los 50 empleados de la compa?¨ªa madrile?a se dedicaron casi en exclusiva a Los miserables. Los m¨¢s de 500 trajes creados volvieron a sus naves tras el rodaje y ahora forman parte del incontable ¨Cno pueden precisar cu¨¢ntos trajes atesoran¨C archivo de la empresa. Mientras Mar¨ªa habla conmigo, su t¨ªo atiende a otro periodista. Estos d¨ªas, el foco informativo est¨¢ en el vestuario, gracias al cuarto espa?ol en la historia de los Oscar que logra ser finalista en esa categor¨ªa. Sus predecesores fueron Antoni Clav¨¦ (1952), Antonio del Castillo (1971) e Yvonne Blake (1971 y 1975). ¡°Esta no es una profesi¨®n reconocida¡±, sostiene Ortega Cornejo. ¡°Nosotros hemos participado en much¨ªsimas pel¨ªculas nominadas. De vez en cuando se habla del oficio por una pel¨ªcula concreta. Dura dos o tres meses y luego se olvida otra vez¡±.
¡°Paco Delgado simboliza perfectamente lo que es el t¨¦cnico espa?ol¡±, analiza Alex de la Iglesia. ¡°Un gran profesional que se ha formado trabajando en las condiciones m¨¢s duras y que ha aprendido a sacar brillo de algo imposible. Es miserable que tenga que llegar una pel¨ªcula masiva y un Oscar para que sea reconocido¡±. El cineasta vasco ha trabajado con Delgado en seis pel¨ªculas despu¨¦s de La comunidad. Del canario dice que le conoce ¡°mejor que su cu?ado¡± y destaca su paciencia y su capacidad para entender y exprimir el guion. ¡°Hay muchos Pacos entre los t¨¦cnicos espa?oles: en maquillaje, iluminaci¨®n¡ Estoy seguro de que ¨¦l se reir¨¢ por recibir toda esta atenci¨®n, precisamente, por una pel¨ªcula en la que ha tenido todas las facilidades¡±.
Hasta el 28 de febrero, en la tienda de Loewe de la Gran V¨ªa de Madrid se expondr¨¢n algunos de los trajes que Delgado ide¨® para Blancanieves, junto a las fotograf¨ªas que Yuko Arami tom¨® durante el rodaje. La pel¨ªcula de Pablo Berger, por la que est¨¢ nominado para los Premios Goya, recupera elementos del Hollywood cl¨¢sico, entre ellos, el vestuario. La ma?ana de domingo en que se conocieron, Berger le habl¨® de Madeleine Vionnet y Mariano Fortuny. Delgado, apasionado coleccionista de ropa antigua, tard¨® poco en convencerse de que quer¨ªa participar en esta otra aventura: una versi¨®n del cuento muda, ib¨¦rica y en blanco y negro. ¡°Paco hizo en esta pel¨ªcula el mismo tipo de trabajo que Adri¨¢n hac¨ªa para las estrellas de Hollywood. Dise?ar grandes cambios de vestuario para el lucimiento de las actrices¡±, dice Berger.
La menci¨®n de Adrian, jefe de vestuario de los estudios MGM entre 1928 y 1941, es significativa. Una reflexi¨®n recurrente entre los figurinistas actuales es que el vestuario ha perdido la significaci¨®n, atenci¨®n e importancia que tuvo en el cine entre los a?os treinta y cincuenta. La ¨¦poca en la que el estadounidense convirti¨® a mujeres como Joan Crawford o Greta Garbo en diosas gracias a sus dise?os, o en la que Edith Head cincel¨® la imagen de Kim Novak para la eternidad en V¨¦rtigo. ¡°La gente cree que un vestuario es algo sencillo, ya que todo el mundo se viste por la ma?ana¡±, opinaba Johana Johnston en la reuni¨®n de The Hollywood Reporter. ¡°Pero es algo profundo y complejo. En los a?os cuarenta era una profesi¨®n mucho m¨¢s respetada y todo estaba mucho m¨¢s elaborado y construido¡±.
Si te planteas que el vestuario tiene que explicar cosas, hacerlo con ropa contempor¨¢nea es muy dif¨ªcil"
Los vientos realistas y naturalistas que soplaron en el cine a partir de los a?os sesenta se llevaron con ellos los grandes vestuarios y decorados. La b¨²squeda de realismo, sin embargo, no est¨¢ re?ida con la construcci¨®n narrativa a trav¨¦s de la ropa. Se suele reparar en la partida de vestuario sobre todo en las pel¨ªculas de ¨¦poca, pero los filmes con ropa tan poco teatral como la de Biutiful son tambi¨¦n laboriosos. ¡°Ah¨ª, el vestuario ni se nota ni se debe notar. Pero las pel¨ªculas contempor¨¢neas son muy dif¨ªciles¡±, reflexiona Delgado. ¡°La gente no se da cuenta de lo complicadas que son. Se cree que vas a una tienda y compras cuatro cosas. Si te planteas que el vestuario tiene que explicar cosas y definir a un personaje, hacerlo con ropa contempor¨¢nea es dificil¨ªsimo. Las claves psicol¨®gicas de la ropa contempor¨¢nea son m¨¢s sutiles que las de la de ¨¦poca. En una producci¨®n hist¨®rica haces un agujero y tienes un pobre. Pero hoy, un pobre no necesariamente lleva un roto. Hay una sutileza inexistente en la ropa de ¨¦poca, donde el trazo es m¨¢s grueso¡±.
En todo caso, las pel¨ªculas que copan este a?o los premios de vestuario demuestran que son las obras de fantas¨ªa e historia las que acaparan los reconocimientos. Eso y las adaptaciones de un cierto cuento¡ La quinta candidatura este a?o para el Oscar es la de Eiko Ishioka, fallecida en enero de 2012, por Blancanieves (Mirror, mirror). ¡°Para ser un dise?ador de vestuario tienes que estar interesado en muchas cosas diferentes¡±, analiza Julie Weiss, figurinista de Hitchcock. ¡°La historia, la moda, la calle¡ Los que nos dedicamos a esto no lo hacemos porque se lo pidi¨¦ramos a Santa Claus, sino porque somos contadores de historias¡±.
Entre algunos de sus vestidos, Paco Delgado posa para el fot¨®grafo con uno de sus perros. No le convence la idea, pero acepta. Despu¨¦s habla con su madre por tel¨¦fono. ¡°Est¨¢ flipando. El otro d¨ªa me dijo: ¡®?Estoy tan orgullosa de ti! Nunca me lo hab¨ªa dicho¡¡±. Que uno de sus cuatro hijos dejara los estudios de f¨ªsica para probar suerte con el teatro fue inicialmente un golpe. Seg¨²n Delgado, el disgusto dur¨® un par de a?os. ¡°Este es un trabajo duro, pero con una gran ventaja: se ve lo que haces. Cuando se estren¨® La comunidad, en Arrecife se proyect¨® la pel¨ªcula, y, claro, esa es la clase de cosas que hacen que las madres se relajen con el futuro de sus hijos¡±. Adem¨¢s de visibilidad, Delgado goza ahora de un reconocimiento generalizado. En casa y fuera. El pasado domingo compiti¨® en los premios de la Academia Brit¨¢nica de Cine (Bafta); este domingo, en los de la espa?ola (Goya), y el siguiente, en los de la estadounidense (Oscar). Un calendario de fiestas para enmarcar.
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