Incomunicaci¨®n
Es esencial superar el bloqueo entre Gobierno y oposici¨®n para acordar ciertas reformas b¨¢sicas
Pese a la gravedad de la crisis pol¨ªtica y econ¨®mica que vive Espa?a, la primera parte del debate parlamentario sobre el estado de la naci¨®n permiti¨® ayer identificar pocos terrenos de entendimiento entre las corrientes centrales de la pol¨ªtica espa?ola, el PP y el PSOE, y por tanto arroja muy pocas esperanzas de que sea posible reconstruir consensos b¨¢sicos. Rajoy ¡ªcon altura parlamentaria en su primer debate como presidente, ¨¢gil en la forma y coherente en la argumentaci¨®n¡ª est¨¢ convencido de que su partido dispone de legitimidad para seguir en la misma l¨ªnea otros tres a?os, basado en el pron¨®stico de que, gracias a la gesti¨®n desarrollada en sus primeros 14 meses, el pa¨ªs ha recobrado la confianza de los socios europeos y de los inversores, y que los espa?oles ¡°hoy tenemos un futuro; hace un a?o, no lo ten¨ªamos¡±.
Uno de los pocos terrenos que quedan abiertos al di¨¢logo es la posibilidad de reformar la Constituci¨®n. El presidente ya no se opone a ello: solo subraya la necesidad de seguir los procedimientos legales. El l¨ªder de la oposici¨®n, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, fue bastante m¨¢s lejos al pedir la reapertura del debate constitucional para recoger los platos rotos del Estatuto de Catalu?a y favorecer la evoluci¨®n del Estado auton¨®mico hacia otro de corte federal. Esa es una de las pocas propuestas de la oposici¨®n que no recibi¨® un portazo por parte de Rajoy. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, advirti¨® por su parte que no habr¨¢ soluci¨®n para Espa?a sin resolver ¡°la cuesti¨®n catalana¡± y que para ello hay que reformar cuantas leyes sean precisas, Constituci¨®n incluida.
El otro terreno de di¨¢logo posible es el de las medidas contra la corrupci¨®n. Rajoy lanz¨® una bater¨ªa de ideas y Rubalcaba se las acept¨® de entrada, incluso ¡°con car¨¢cter retroactivo¡±; pero le ech¨® en cara que no mencionara el grav¨ªsimo problema de corrupci¨®n que afecta al PP y que el jefe del Gobierno ni siquiera pronunciara el nombre de Luis B¨¢rcenas, el extesorero por cuya inocencia apost¨® el propio Rajoy en 2009. Es evidente que la corrupci¨®n preocupa a Rajoy tambi¨¦n por su repercusi¨®n internacional ¡ª¡°no podemos permitir que se escriba de Espa?a una leyenda negra¡±¡ª, pero su credibilidad como campe¨®n de la lucha contra esa lacra es forzosamente limitada.
Anular a la oposici¨®n
Por lo dem¨¢s, si hay que guiarse por lo escuchado ayer, el bloqueo pol¨ªtico entre el Gobierno y el principal partido de la oposici¨®n est¨¢ servido. El PSOE denuncia que los prop¨®sitos del Ejecutivo suponen la ruptura de consensos b¨¢sicos respecto a derechos sociales y al modelo en que se basan los servicios p¨²blicos, que se ofrece a rectificar tan pronto como vuelva al Gobierno: un enfrentamiento cl¨¢sico entre poder y oposici¨®n, que vuelve a escenificarse en el Congreso como si el grado de emergencia nacional permitiera continuar exhibiendo un partidismo de otros tiempos. La intervenci¨®n de Rajoy estuvo dirigida claramente a levantar la moral de los populares y convencerles de que su Gobierno tiene raz¨®n en todo, aunque los frutos no se vean en lo inmediato.
Hay aspectos pol¨ªticos preocupantes sobre las relaciones entre el Gobierno y la oposici¨®n. Rubalcaba se declara a la espera de que Rajoy decida sobre su solicitud de dimisi¨®n, y el jefe del Gobierno responde con intentos de anular a la oposici¨®n a base de invectivas hacia su portavoz ¡ªque ¡°hace demagogia¡±, lanza ¡°esl¨®ganes¡± o es ¡°un desordenado¡±¡ª, adem¨¢s de negar toda credibilidad a cualquiera de sus propuestas, porque ni ¨¦l ni su partido hicieron nada desde el poder (o lo que hicieron result¨® equivocado) en materias para las que el l¨ªder socialista exige ahora ¡°programas de m¨¢ximos¡±, ya sean la reforma fiscal o la regulaci¨®n de los desahucios. Rubalcaba acus¨® estos golpes con algunos elementos de autocr¨ªtica, y a partir de ah¨ª intent¨® crear las condiciones para rectificar decisiones (o falta de decisiones) de los Gobiernos de Zapatero. Rajoy insisti¨®: ¡°Hay temas en los que es muy dif¨ªcil que vayamos a coincidir¡±.
El dato del d¨¦ficit
El debate econ¨®mico parti¨® del anuncio de un control del d¨¦ficit en 2012 hasta situarlo por debajo del 7% del PIB, a pesar de la recesi¨®n sufrida. Si finalmente se confirma, habr¨¢ que convenir que estamos ante uno de los resultados m¨¢s sorprendentes en mucho tiempo. La cifra rebasa las exigencias europeas (6,3%), pero Bruselas ya ha emitido se?ales suficientes de que cualquier guarismo por debajo del 7% ser¨¢ considerado aceptable por las extraordinariamente dif¨ªciles circunstancias que han complicado su consecuci¨®n.
El debate mostr¨® adem¨¢s un amago de viraje en la pol¨ªtica econ¨®mica. Rajoy, aparte de subrayar que las reformas van a continuar ¡°sin perder un minuto de tiempo¡±, se declar¨® expresamente a favor de pol¨ªticas de est¨ªmulo del crecimiento, cuando hasta el momento casi todo el empe?o estaba situado en el ajuste, el control del d¨¦ficit y la reducci¨®n de los costes de la financiaci¨®n de la deuda. El problema es que la anunciada ¡°segunda generaci¨®n de reformas¡± apenas va a tener efectos decisivos a corto plazo sobre el crecimiento y el empleo. Las reformas de las pensiones y de la energ¨ªa solo se enunciaron, sin detalles ni plazos. Las medidas un poco m¨¢s detalladas para favorecer el empleo juvenil (contratos temporales para j¨®venes, minijobs, bonificaciones para contratar j¨®venes), no son disparatadas, pero ser¨¢n eficaces cuando se inicie la recuperaci¨®n econ¨®mica. La supresi¨®n del pago adelantado del IVA para las peque?as y medianas empresas hasta que hayan cobrado sus facturas se hab¨ªa anunciado antes; y ampliar las l¨ªneas del ICO para financiar empresas hasta 45.000 millones poco aportar¨¢ para inyectarles cr¨¦dito.
La cuesti¨®n de fondo es si est¨¢n sentadas las bases de una recuperaci¨®n. Es un pron¨®stico incierto; con las medidas anunciadas ayer, probablemente necesarias pero no suficientes, no es f¨¢cil que el crecimiento de la econom¨ªa capaz de crear puestos de trabajo se adelante de manera significativa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.