Roma es mucha ciudad

Suscribo punto por punto todo lo dicho por Maruja Torres acerca de Roma. Tan solo estuve tres d¨ªas, tres d¨ªas maravillado admirando tanta grandiosidad. Mi hotel tambi¨¦n era peque?ito, y mi habitaci¨®n daba a una pared terrosa con una preciosa ventana g¨®tica de estuco. Todas las ma?anas sonaban las campanas de una iglesia cercana que a m¨ª me parec¨ªan m¨²sica celestial. La gente hablaba y gesticulaba como en las pel¨ªcu?las de Sof¨ªa Loren y Marcello Mastroianni, y en una trattoria del Trast¨¦vere el due?o se parec¨ªa a Alberto Sordi. Yo tambi¨¦n me deten¨ªa ante los escaparates, daba igual que fuesen de moda o libros, era un mundo por descubrir. Roma no es una ciudad cualquiera; es eterna, pero se renueva d¨ªa a d¨ªa. Transitar por sus calles transmite vitalidad. Sinceramente, me estimula sobremanera que alguien ajeno a m¨ª haya tenido la misma percepci¨®n que tuve yo.

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