El tama?o importa
El excesivo peso de las microempresas y la ausencia de una potente red de empresas de medianas dimensiones constituyen un fuerte lastre para el desarrollo de un nuevo modelo de crecimiento
Desde hace bastante tiempo, incluso acentuado en los ¨²ltimos a?os a resultas del intenso proceso de destrucci¨®n de empleo, desde muy diversos ¨¢mbitos se invita con insistencia a los j¨®venes a emprender un nuevo negocio a trav¨¦s de f¨®rmulas de autoempleo. M¨¢s a¨²n, algunos incluso valoran positivamente que las pol¨ªticas activas de empleo se dirijan a fomentar el autoempleo, de modo que se considera que desde el poder p¨²blico deber¨ªa apoyarse la extensi¨®n de la red de microempresas en nuestra econom¨ªa. Ejemplo t¨ªpico de esto lo podemos encontrar en recientes medidas del Gobierno dirigidas a incentivar el empleo por la v¨ªa de apoyar f¨®rmulas de autoempleo o de creaci¨®n de micro empresas. Desde luego, la medida tiene un alto valor simb¨®lico en clave pol¨ªtica, en el sentido de que por primera vez se anuncia una actuaci¨®n dirigida a impulsar el crecimiento empresarial y no simplemente medidas de recortes y ajuste del gasto p¨²blico.
Sin embargo, la pregunta clave que debemos formularnos es cu¨¢l puede ser el impacto real de este tipo de pol¨ªticas y, especialmente, si las mismas van en la buena direcci¨®n a efectos de asentar un nuevo modelo de crecimiento sostenido en el tiempo y con las necesarias dosis de competitividad en el escenario de una econom¨ªa ya plenamente globalizada. La respuesta negativa, a mi juicio, no puede ser m¨¢s evidente. Uno de los d¨¦ficits centrales de nuestra estructura empresarial consiste precisamente en que el tama?o medio de nuestras empresas resulta excesivamente reducido, bastando para ello recordar que el tama?o medio de las empresas alemanas triplica a las espa?olas. El excesivo peso de las microempresas en la econom¨ªa y, sobre todo, la ausencia de una potente red de empresas de medianas dimensiones constituyen un fuerte lastre para el desarrollo de un nuevo modelo de crecimiento basado en la productividad y la innovaci¨®n; factor que incide tanto en la vertiente estrictamente econ¨®mica como, por extensi¨®n, en todo el dise?o de nuestro mercado de trabajo y de nuestras relaciones laborales. No se trata s¨®lo de que los ¨ªndices de productividad y competitividad resulten mucho m¨¢s elevados en las empresas grandes y medianas frente a las peque?as y microempresas, algo plenamente constatado estad¨ªsticamente, sino que, por a?adidura, el mayor tama?o incide igualmente de forma positiva sobre el empleo y su calidad.
A tal efecto, viene siendo un lugar com¨²n la afirmaci¨®n de que, puesto que el empleo se concentra en las micro y peque?as empresas, cuando se recupere la senda de crecimiento econ¨®mico, ¨¦stas son las que tendr¨ªan capacidad de crear empleo en cantidad suficiente como para absorber las altas tasas de desempleo, considerando que no es esperable que, en t¨¦rminos cuantitativos, su evoluci¨®n tenga importancia entre las medianas y grandes empresas. Sin embargo, la anterior realidad tiene necesariamente que venir completada por la constataci¨®n de que el empleo en las peque?as empresas en todo caso es inducido por el tir¨®n de arrastre que proviene de las medianas y grandes empresas. Sin fortaleza de ¨¦stas ¨²ltimas, todo lo que se fuerce desde el autoempleo o el minifundismo empresarial resultar¨¢ ficticio y sin expectativa alguna de asentamiento en el tiempo.
M¨¢s a¨²n, lo que se comprueba es que la tasa de mortalidad de los proyectos empresariales de autoempleo y de microempresas es elevad¨ªsima, en multitud de ocasiones abocados al fracaso, de modo que la inestabilidad en el empleo de ese sector resulta patente. A estos efectos, resulta de todo punto irrelevante cu¨¢les sean las tasas de contrataci¨®n laboral temporal o indefinida en este tipo de microempresa, pues si la misma empresa tiene una alta tasas de mortalidad, la rotaci¨®n en el empleo ser¨¢ la clave a la hora de su valoraci¨®n negativa.
Para progresar en la organizaci¨®n del trabajo son necesarias plantillas de tama?o medio-grande
Por lo dem¨¢s, multitud de otros factores que hoy en d¨ªa se consideran que pueden constituir las se?as de identidad de un modelo id¨®neo de relaciones laborales conectan necesariamente con el afianzamiento en el crecimiento del tama?o medio de las empresas.
Si cada vez m¨¢s se viene apostando por un modelo dual de formaci¨®n profesional, que garantice la empleabilidad y en el que se conjugue la formaci¨®n en las aulas con una presencia activa a trav¨¦s de f¨®rmulas eficaces de pr¨¢cticas de empresa, ello s¨®lo puede realmente materializarse all¨ª donde las empresas tengan un tama?o razonable que as¨ª lo permita; desde luego es inviable en un escenario generalizado de microempresas. Por ello, resulta ilusorio pretender copiar aqu¨ª el modelo dual de formaci¨®n profesional alem¨¢n sin tener presente los fuertes impedimentos derivados del tama?o de nuestras empresas.
Si se desea progresar en formas de organizaci¨®n del trabajo que permitan conciliar las responsabilidades familiares con la actividad profesional, que permitan afianzar un modelo de corresponsabilidad y con ello un avance hacia una sociedad m¨¢s igualitaria entre hombres y mujeres, ello s¨®lo es materializable en la pr¨¢ctica all¨ª donde exista un tama?o medio-grande de las plantillas empresariales que haga posible f¨®rmulas de adaptaci¨®n de los tiempos de trabajo a las responsabilidades familiares y, en general, el conjunto de mecanismos que propician la corresponsabilidad.
Si se pretende que los diferentes instrumentos de flexibilidad interna constituyan una alternativa real frente a la flexibilidad externa, frente a los ajustes de empleo en situaciones de crisis empresarial, ello resulta impensable en una microempresa; las microempresas frente a peque?os embates de dificultad econ¨®mica s¨®lo pueden responder con despidos, o bien directamente est¨¢n abocadas a su cierre definitivo. Por tanto, la virtualidad de las f¨®rmulas de movilidad funcional, geogr¨¢fica, temporal y de modificaci¨®n del resto de las condiciones de trabajo, s¨®lo es concebible en el marco de empresas de medianas y grandes dimensiones.
Solo con inversi¨®n en innovaci¨®n y desarrollo se puede ser locomotora del crecimiento econ¨®mico
Si se quiere que, como herramienta de adaptaci¨®n de las condiciones de trabajo a las peculiaridades de cada organizaci¨®n productiva, el convenio colectivo de empresa se convierta en el referente central de nuestra estructura negocial, la solidez de un aut¨¦ntico convenio de empresa s¨®lo es posible all¨ª donde la propia empresa tenga un m¨ªnimo tama?o. Cualquier otra situaci¨®n nos aboca a la pervivencia de un modelo sectorializado y de dimensiones territoriales reducidas de nuestra negociaci¨®n colectiva, con altas dosis, por tanto, de atomizaci¨®n de la misma.
Si se defiende que los procedimientos de flexibilidad se articulen por la v¨ªa del consenso y de procedimientos aut¨¦nticos de informaci¨®n y consulta con los representantes de los trabajadores, la existencia y continuidad de estos ¨²ltimos solo es viable con un tama?o suficiente de las dimensiones empresariales que propicie un retorno del sindicato a la empresa y a los centros de trabajo.
En definitiva, tenemos que romper con los estereotipos generalizados de poner nuestra confianza en el fomento de experiencias dudosas de autoempleo o creaci¨®n de microempresas sin inversi¨®n fuerte que las sustente. La respuesta real s¨®lo se puede encontrar apostando por el crecimiento de las dimensiones medias de nuestras empresas, porque son quienes pueden emerger como las locomotoras de la actividad econ¨®mica, empresas con capacidad real de invertir en innovaci¨®n y desarrollo y que, a la postre, pueden en el medio y largo plazo garantizar un modelo de m¨¢s y mejor empleo en nuestro mercado de trabajo. Si eso se consigue, ya florecer¨¢ una rica variedad de experiencias micro, que incluso podr¨¢n tener expectativas de crecimiento en un medio mucho m¨¢s favorable.
Jes¨²s Cruz Villal¨®n es catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Sevilla.
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