Como dioses al volante
Atender a v¨ªctimas de accidentes de tr¨¢fico ser¨ªa muy apropiado para los infractores de la velocidad
Comerse el mundo a los mandos de un buen coche es tan seductor como peligroso. Ciertos deportistas de ¨¦xito se sienten demasiado seguros frente al riesgo, como dioses al volante. Eso es lo que le ha ocurrido a Karim Benzema, de 25 a?os, sorprendido a 216 kil¨®metros por hora en la M-40, m¨¢s del doble de la velocidad permitida en la autopista que circunvala Madrid.
Un aspecto colateral del caso Benzema es que el juzgado aplaz¨® la vista el martes pasado, aceptando el argumento de que el futbolista del Real Madrid estaba citado para el partido contra el Bar?a. Siempre es una suerte encontrar comprensi¨®n en la justicia con las necesidades laborales del convocado. En todo caso, habr¨¢ juicio.
No es la primera vez que Benzema se ve envuelto en incidentes de tr¨¢fico, ni el primer deportista en esas circunstancias: sigue los pasos de sus colegas Michael Ballack, controlado a 211 en una autov¨ªa a su paso por C¨¢ceres, o de Royston Drenthe, cazado a m¨¢s de 160 en las calles de Alicante; de Lewis Hamilton, piloto de f¨®rmula 1, controlado a 196 en Francia ¡ªy no era en un circuito de competici¨®n¡ª, o del golfista Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, sorprendido a 150 en Estados Unidos.
Los esfuerzos para reducir los riesgos del tr¨¢fico se ven cuestionados cuando un famoso se salta las normas. Es cierto que nos enteramos precisamente por tratarse de celebridades, aunque en realidad solo suponen una minor¨ªa de los infractores. Pero son ¨ªdolos populares y por eso les es m¨¢s exigible, a ellos y a sus clubes, el m¨¢ximo cuidado para hacer posible la continuidad de la lucha contra los accidentes de tr¨¢fico, que en el caso de Espa?a es una de las escasas pol¨ªticas con buenos resultados, capaz de generar un cambio cultural evidente entre los conductores durante los ¨²ltimos a?os.
Si es declarado culpable, Benzema podr¨ªa ser condenado a una multa o varios meses de prisi¨®n, adem¨¢s de la retirada del carn¨¦. Pero quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s interesante imponer una tarea social a los infractores: por ejemplo, atender a v¨ªctimas de accidentes. Para que sean conscientes de los riesgos que corren y de los que hacen correr a los dem¨¢s gratuitamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.