Corinna de la O
Ah¨ª la tienes, a toda portada de '?Hola!', de riguroso luto aliviado por un pulser¨®n de tres kilos, dos p¨®mulos como bolas de billar a sus 48 tacos, y un morro que se lo pisa.
Voy a confesar motu proprio antes de que venga Montoro y me acuse con ese ¨ªndice con el que se?ala a todos menos a B¨¢rcenas: yo tambi¨¦n defraudo. Al fisco no, m¨¢s quisiera, los que tenemos n¨®mina estamos m¨¢s vendidos que Urdangarin con los correos de Torres. Expectativas, es lo que frustro, a porrillo. Es lo que tiene ir forradita de gomaespuma. Vestida das el pego, pero si la cosa llega a mayores, a ti se te caen las turgencias y al otro el mito, no necesariamente por este orden. Me apuesto una lipo chez Monereo a que eso no le pasa a Corinna, que tiene los vol¨²menes bien puestos por la naturaleza, el cirujano, o por ambos, yo no soy Ruz para juzgar a nadie. ?Que qu¨¦ Corinna? Alma de dios, t¨² en qu¨¦ mundo vives. La amiga del Rey, la princesa Zu Sayn-Etc¨¦tera, la nueva reina del cotarro rosa. Simplemente Corinna, que hay que explic¨¢rtelo todo.
Yo ser¨¦ feminista vieja escuela, a mucha honra, pero ni en mis sue?os m¨¢s paritarios imagino una portada de ?Hola! con un rubio alem¨¢n amigo de la soberana contando su verdad de la buena
Lo siento por las otras primas donas, pero ni Michelle Obama cantando el Oscar desde la Casa Blanca, ni Jennifer Lawrence dando con sus huesos en el m¨¢rmol abducida por su Dior Alta Costura, ni Su Exsantidad Benedicto ascendiendo a los cielos en su papac¨®ptero. La ni?a en el bautizo, la novia en la boda, la viuda en el entierro, la aut¨¦ntica diva de la semana ha sido la tal Corinna. Ah¨ª la tienes, a toda portada de ?Hola!, de riguroso luto aliviado por un pulser¨®n de tres kilos, dos p¨®mulos como bolas de billar a sus 48 tacos, y un morro que se lo pisa. Y no exagero un ¨¢pice. C¨®mo ser¨¢ la cosa que hasta el rapsoda que perpetra el texto no ha tenido m¨¢s remedio que aludir a los ¡°llamativos labios¡± de la interfecta para describir semejantes belfos. Ahora que, para lo que dice, calladita est¨¢ m¨¢s mona.
Que vive sin vivir en ella desde lo de Botsuana. Que se sinti¨® supermolesta con tanta especulaci¨®n superinjusta. Que su life es una pesadilla desde que trascendieron los correos de Torres poni¨¦ndola de conseguidora para arriba. Que tiene la desgracia de ser mujer, rubia y alemana en la vida. Que es una chica de campo aunque solo haya fotos suyas pisando alfombras rojas. Y, lo mejor, que no desea ser una celebridad en absoluto. Eso, despu¨¦s de darle dos entrevistas a El Mundo, una a ?Hola! y otra a Paris Match en menos de una semana. Que digo yo, que para pasar desapercibida, casi mejor ir al reality ese del trampol¨ªn al estrellato, como la concejal Hormigos.
La culpa no la tiene ella. Corinna, digo. Yo, por mi parte, entono un mea-idem. Un a?o llev¨¢bamos algunas sin poder siquiera nombrarla para ahora tener que verla en las portadas sin necesidad de m¨¢s presentaci¨®n que su nombre de pila, el curr¨ªculo ya lo lleva incorporado vox p¨®puli. Que siente profundo respeto por el Rey y el Pr¨ªncipe, concluye la princesa Zu-Etc. De la Reina, sin embargo, ni papa. Y yo ser¨¦ feminista vieja escuela, a mucha honra, pero ni en mis sue?os m¨¢s paritarios imagino una portada de ?Hola! con un rubio alem¨¢n amigo de la soberana contando su verdad de la buena. Ay, Corinna, con el debido respeto: porque eres teutona y rubia como la cerveza, pero podr¨ªas ser la morena de la copla ¡ª¡°Ser¨¢s m¨¢s que reina me dijo a m¨ª el payo, y yo le cre¨ª¡±¡ª sin mover una ceja. T¨² lo has dicho: Qu¨¦ desgracia¨ªta t¨² eres, germana, teni¨¦ndolo t¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.