El terror
Antes nos angustiaba saber que ven¨ªamos del mono; ahora nos alarma la convicci¨®n de que nuestra decadencia nos devuelve de nuevo al mundo de los simios
Antes sent¨ªamos terror frente a las cosas que ignor¨¢bamos; ahora sentimos terror por las cosas que conocemos. Antes ador¨¢bamos al Sol para que nos fuera propicio y fi¨¢bamos nuestro destino a las estrellas; ahora la astronom¨ªa nos amenaza con millones de aerolitos y puede que cualquier d¨ªa uno de ellos acabe con la vida en la Tierra. A los antiguos les causaban p¨¢nico la veleidad y tormentoso car¨¢cter de Yahv¨¦ y de los dioses del Olimpo, los due?os del rayo de la muerte; ahora vivimos a merced de los misiles o del coche bomba de un fan¨¢tico, porque el Olimpo est¨¢ en el Pent¨¢gono o en el s¨®tano de cualquier grupo terrorista. Ayer ignor¨¢bamos el misterio del feto en el vientre de la madre y sent¨ªamos terror ante la posibilidad de engendrar a un monstruo; hoy sabemos que ese monstruo se puede fabricar en un laboratorio cruzando genes humanos y de animales. Ayer bendec¨ªamos la mesa para agradecer los alimentos que nos hab¨ªa regalado el Se?or; hoy esta oraci¨®n es m¨¢s necesaria que nunca porque tememos que la comida basura nos vaya a envenenar. Ayer reinaba la Inquisici¨®n o la voluntad desp¨®tica de un tirano, a la que est¨¢bamos sometidos; hoy sentimos la misma indefensi¨®n ante la incompetencia y la corrupci¨®n de los pol¨ªticos dem¨®cratas que hemos elegido. Antes nos sobrecog¨ªa el origen desconocido de las tempestades, inundaciones, incendios y se¨ªsmos de la naturaleza; ahora el p¨¢nico se genera ante el poder que la ciencia y la t¨¦cnica han concedido a la humanidad para destruir el planeta con la lluvia nuclear. Antes nos angustiaba saber que ven¨ªamos del mono; ahora nos alarma la convicci¨®n de que nuestra decadencia nos devuelve de nuevo al mundo de los simios. Cuando ¨¦ramos ni?os, en medio de la dicha solar, ten¨ªamos miedo a los espectros de la oscuridad y durante las turbulencias de la pubertad nos sentimos acongojados por los tormentos del sexo y del infierno, por las pesadillas ante un futuro incierto. Pasados los a?os, al saber qu¨¦ bromas macabras se gasta la naturaleza y en qu¨¦ pozos negros abreva la psicolog¨ªa humana, se llega a esta conclusi¨®n: el terror que expele la inteligencia solo se atempera con la moral y la moral alcanza su cima con la est¨¦tica. Esta es la ¨²nica forma de superar con cierta dignidad las desventuras de este perro mundo.
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