Rebaja aplazada
El paro y la recesi¨®n aconsejan un recorte de tipos y orientar a la inversi¨®n las facilidades monetarias
El consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) tiene sus razones para no bajar los tipos de inter¨¦s, pero es dif¨ªcil que pueda mantener sus argumentos si la recesi¨®n de la eurozona se acent¨²a (no es descartable), la inflaci¨®n se sit¨²a de forma persistente por debajo del 2% y la tasa de paro de la eurozona sigue creciendo.
Ayer, el BCE mantuvo los tipos de inter¨¦s en el 0,75%. El razonamiento es que una rebaja de tipos se trasladar¨ªa de forma muy desigual a los pa¨ªses del ¨¢rea monetaria, debido a las distintas condiciones financieras de cada uno de ellos, mientras que el respaldo ilimitado del Banco a los pa¨ªses que soliciten un rescate mediante compras de bonos act¨²a de forma eficaz para reducir los costes financieros. El problema es que esta explicaci¨®n, coherente con el grado de fragmentaci¨®n financiera en la eurozona, no transmite la preocupaci¨®n por el principal asunto europeo hoy, que es el de una pol¨ªtica econ¨®mica de espaldas al crecimiento y al empleo.
Sobre el BCE ha pesado adem¨¢s el problema pol¨ªtico y econ¨®mico de Italia. Cualquier decisi¨®n monetaria est¨¢ condicionada sin duda a la soluci¨®n de la crisis pol¨ªtica del pa¨ªs y a la orientaci¨®n de su pol¨ªtica econ¨®mica. Es probable que Mario Draghi y su Consejo prefieran guardarse el recurso de una rebaja de tipos, equivalente a situarlos en torno al 0,25%, hasta el momento en que se confirme que Italia sigue por la senda del ajuste del d¨¦ficit.
La decisi¨®n continuista del Banco mantiene la estrategia de la instituci¨®n en los estrechos l¨ªmites marcados por la ortodoxia monetaria deudora de la visi¨®n del Bundesbank. Draghi ha insinuado en varias ocasiones una cierta flexibilidad en la interpretaci¨®n del papel del BCE. De ah¨ª que una rebaja de tipos sea m¨¢s que probable a corto plazo, porque, adem¨¢s, la coyuntura as¨ª lo aconseja. Ayer la sugiri¨® cuando vino a reconocer que en el Consejo hubo debate sobre la conveniencia de bajar los tipos. La cuesti¨®n es si la autoridad monetaria est¨¢ dispuesta a emitir un mensaje contundente, en forma de rebaja de tipos, en beneficio de una relajaci¨®n monetaria que acompa?e pol¨ªticas de est¨ªmulo o recuperaci¨®n. Ayer no se atrevi¨® a hacerlo.
Y sigue sin resolverse, por desgracia, un problema bien presente y decisivo para explicar el pertinaz estancamiento europeo. Las pol¨ªticas monetarias decididas por el BCE han tenido notables efectos en los diferenciales de deuda (la espa?ola sobrevive con primas de riesgo por debajo de los 400 puntos gracias a ellas), pero no han conseguido convertir las facilidades monetarias en una corriente de cr¨¦dito para las empresas grandes y peque?as. Sin duda el BCE tiene preocupaciones estrat¨¦gicas de gran alcance, pero la tarea crucial es imponer una finalidad a las facilidades crediticias que instrumenta. Puede y debe hacerlo si quiere contribuir a combatir la recesi¨®n en la medida que se lo permiten sus funciones, incluso interpretadas al modo restrictivo merkeliano.
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