El efecto Adelson
El multimillonario americano Sheldon Adelson ha seducido a los gobernantes espa?oles con Eurovegas, su ¡®Tierra Prometida¡¯ del ocio. Seguimos los pasos previos a la ¨²ltima jugada del magnate hasta la casa de Esperanza Aguirre
Amurallado por un s¨¦quito de asesores que le hacen inaccesible, el magnate Sheldon Adelson (Boston, 1933) representa a la perfecci¨®n el sue?o americano: empez¨® comprando esquinas para repartir peri¨®dicos con 12 a?os y ahora se mueve en aviones privados. Compite con el dorsal n¨²mero 15 en la carrera de los m¨¢s ricos del planeta seg¨²n la revista Forbes. Y con una mochila de 25.000 millones de d¨®lares ¡ª20.000 millones de euros¡ª est¨¢ dispuesto a acometer la que ser¨¢ la ¨²ltima gran obra de su vida: un ¡°complejo de ocio integral¡± ¡ªcomo prefiere llamarlo¡ª, con rascacielos para alojar casinos, hoteles, restaurantes, espacios de congresos, campos de golf¡ Calculan 15 o 20 a?os para ver terminado semejante oasis del entretenimiento en los antiguos campos de cereales de Alcorc¨®n, en Madrid. A sus achacosos 79 a?os, despu¨¦s de levantar The Venetian en Las Vegas, el Venetian Macao en China y el Marina Bay Sands en Singapur, esta es la ¨²ltima jugada de Adelson.
Les preocupaba el tabaco. Quer¨ªan un estado de excepci¨®n para fumar, recuerda Miguel Sebasti¨¢n
La cuesti¨®n es c¨®mo lleg¨® este hombre, que camina con bast¨®n, a tomarse un gazpacho en la casa de la expresidenta madrile?a Esperanza Aguirre, un agua con el presidente del Gobierno Mariano Rajoy en la Moncloa o un caf¨¦ en el despacho de Miguel Sebasti¨¢n, cuando era ministro de Industria, entre otros encuentros con pol¨ªticos y t¨¦cnicos espa?oles.
Se ha paseado casi una decena de veces por Madrid en los ¨²ltimos cuatro a?os. A pie, calzado con unos zapatos Geox que se compr¨® en la calle Serrano, o en su moto plegable, que le salva de unos dolorosos problemas de pies y con la que recorri¨® el complejo ferial de Ifema en mayo de 2012. En las cortas estancias madrile?as ¡ªsuele ir y volver en el d¨ªa, aunque alguna vez se ha hospedado en el Palace o en el Ritz¡ª ha persuadido a todos con los que ha mantenido un trato personal de que su macroproyecto y su inversi¨®n de 17.000 millones de euros ¡ªel equivalente al presupuesto de la Comunidad de Madrid para 2013¡ª revolucionar¨¢n la econom¨ªa de la capital de Espa?a. Las estimaciones internas hablan de un incremento de cuatro puntos en el PIB madrile?o.
Es listo y r¨¢pido. Cuando te explica lo que quiere hacer ?Es la leche!, dice el presidente de la Comunidad de Madrid
En la ma?ana del 17 de junio de 2011, Adelson se esforzaba por certificar en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol que hab¨ªa superado sus problemas financieros, sobrevenidos tras la quiebra de Lehman Brothers. ¡°Los primeros contactos con la presidenta [Esperanza Aguirre] fueron en 2007, pero la crisis de 2008 dej¨® en el aire las negociaciones¡±, recuerda un antiguo miembro del gobierno regional. Pero Adelson convenci¨®.
¡°Visionario¡± es la palabra m¨¢s repetida por los que le han conocido en la distancia corta. Se refieren a ¨¦l como ¡°una persona afable¡±, ¡°abierto y f¨¢cil¡±, aparte de ¡°un extraordinario conocedor y defensor de la historia de Israel¡±.
El efecto Adelson en Espa?a se parece al de las tres cirsas en las tragaperras. Tantos ceros han chisporroteado en los ojos de t¨¦cnicos y pol¨ªticos, de uno y otro signo, madrile?os y catalanes, que se han mirado de reojo en vuelos a Las Vegas y que buscaban llevarse al magnate a su terreno. Todos, atenazados por la crisis, han querido abrazar la Tierra Prometida del multimillonario con sus decenas de miles de nuevos puestos de trabajo.
Primero lleg¨® el enviado ¡ªMichael Levens, consejero delegado de Las Vegas Sands¡ª a preparar el terreno. Y pronto esos campos de secano de Alcorc¨®n eran un lugar hecho a imagen y semejanza (fiscal) del empresario.
En octubre Mariano Rajoy dijo que no pondr¨ªa trabas a Eurovegas. Estuvo con Adelson media hora en la Moncloa. ¡°Estamos trabajando muy confortablemente¡±, dijo el embajador de Las Vegas.
Solo unos meses antes, una ma?ana de mediados de agosto, el multimillonario ascend¨ªa por la escalerilla de uno de sus 747 en un aeropuerto de la costa francesa. Tiene una flota entera. ¡°Son los juguetes que no tuve de ni?o¡±, dicen que justifica quienes le han preguntado al respecto. En menos de tres horas se dejaba caer por la casa de Esperanza Aguirre a la hora de comer, junto a su segunda esposa (y socia mayoritaria), Miriam, una rub¨ªsima psiquiatra de Tel Aviv que le asesora y le acompa?a a todas partes, le recuerda cu¨¢ndo debe tomarse las pastillas y con la que tiene dos hijos peque?os, aparte de los dos de su primer matrimonio.
Entre cucharada y cucharada de gazpacho, la todav¨ªa entonces presidenta de la Comunidad de Madrid terminaba de cerrar lo que a?os antes hab¨ªa empezado con amistosas conversaciones en ingl¨¦s, seg¨²n recuerda un testigo presidencial. A la hora del caf¨¦, y tras una lecci¨®n de historia sobre los jud¨ªos espa?oles ¡ªen diciembre de 2011 la comunidad jud¨ªa de Madrid le hab¨ªa concedido a Aguirre el premio Or Januc¨¢¡ª, ya se ultimaban los detalles.
Despu¨¦s de la dimisi¨®n de la lideresa el pasado septiembre, ella volvi¨® a ejercer de anfitriona e invit¨® a otra cena en casa al pr¨®cer americano. ¡°Hubo feeling desde el principio, esa ha sido la clave del ¨¦xito de esta operaci¨®n¡±, es la impresi¨®n de hasta cuatro testigos distintos de la relaci¨®n entre Aguirre y Adelson. Ella ha preferido guardar silencio al respecto. Pero en aquella cena le pas¨® el relevo de la negociaci¨®n al nuevo presidente de la comunidad, Ignacio Gonz¨¢lez, que hasta entonces segu¨ªa los pormenores como vicepresidente y portavoz regional.
¡°Lo primero que te llama la atenci¨®n es que es un hombre hecho a s¨ª mismo. El padre empez¨® de barrendero. Lo ¨²nico que ha hecho es trabajar hasta levantar un imperio. Es listo, r¨¢pido y defiende con pasi¨®n su sue?o. Cuando te explica lo que quiere hacer ?es la leche!¡±, cuenta el presidente de la Comunidad de Madrid.
Fue precisamente Gonz¨¢lez, siendo a¨²n vicepresidente, quien puso en contacto al empresario con Miguel Sebasti¨¢n, por entonces ministro de Industria. ¡°Nos encontramos en un acto del Real Madrid y me dijo que si yo le recibir¨ªa¡±, recuerda el exministro desde su facultad de Econ¨®micas. ¡°Le pregunt¨¦ si aquella historia iba en serio, me dijo que s¨ª, y acept¨¦¡±, cuenta. ¡°Me vendieron como el principal escollo en la negociaci¨®n y me sorprendi¨® que Adelson, bastante simp¨¢tico, pusiera como condici¨®n que viniera su mujer, m¨¢s seca; luego me di cuenta de que casi manda m¨¢s ella que ¨¦l¡±, a?ade. ¡°Lo que m¨¢s les preocupaba era lo del tabaco, quer¨ªan un estado de excepci¨®n para fumar. Les dije que era imposible¡±.
Su poder de persuasi¨®n ha quedado contrastado en Espa?a, aunque en su propio pa¨ªs le pisan los talones los federales por supuestos sobornos a intermediarios de Macao. El hombre que puso a hacer cola a Steve Jobs y Bill Gates en la feria de cacharritos electr¨®nicos Comdex que mont¨® en Las Vegas en los ochenta ¡ªel brote verde de su fortuna¡ª negaba esta semana, desde la delegaci¨®n espa?ola de Las Vegas Sands, haber empleado ¡°pr¨¢cticas corruptas¡±. Y, al mismo tiempo, fomalizaba los papeles de su macroproyecto en una ventanilla de la Comunidad de Madrid.
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