Descr¨¦dito y deserci¨®n
Al lado de todo lo dem¨¢s que est¨¢ pasando, puede parecer secundario, anecd¨®tico, poca cosa. Y sin embargo no lo es: la televisi¨®n sigue siendo el principal medio por el que la gente se informa, pese a Internet y sus redes sociales, y aqu¨ª est¨¢ muy arraigada la costumbre de mirar los telediarios de la 1 de TVE. Herencia lejana, supongo, de los tiempos de la dictadura en los que s¨®lo hab¨ªa una cadena. Pero tambi¨¦n hay otro factor: los ciudadanos son conscientes de que dicho ¡°ente¡±, como se lo llamaba anta?o con comicidad involuntaria, es de todos, es el ¡°nuestro¡±. No en balde est¨¢ y siempre estuvo sufragado por dinero p¨²blico, procedente de los impuestos que pagamos. En sus informativos hay una figura de continuidad que da cuerpo a esa sensaci¨®n y a esa idea: no s¨¦ cu¨¢ntos a?os lleva la excelente Ana Blanco d¨¢ndonos las noticias de las tres, pero sin duda son much¨ªsimos. Es el rostro de ellas, hasta el punto de que ning¨²n Gobierno ha osado descabalgarla de su puesto, como s¨ª han hecho unos u otros con los dem¨¢s presentadores. Su grata y continuada presencia nos transmite estabilidad, y aun inmutabilidad, y estamos acostumbrados a que lo dicho por ella parezca de fiar. No siempre ha sido as¨ª, claro (Urdaci, Urdaci); al fin y al cabo sus palabras no son suyas, ni ella ha sido nunca jefa de informativos. Desde hace un a?o, quienes llevamos lustros vi¨¦ndola y escuch¨¢ndola creemos percibir que est¨¢ levemente a disgusto, y si digo ¡°levemente¡± y ¡°creemos¡± es porque ella, profesional impecable, no se permite dejar traslucir sus sentimientos. Pero hay tantos fallos hoy en d¨ªa que resulta imposible no notarle cierto m¨ªnimo sonrojo, cierto bochorno, cierto apuro, ante las im¨¢genes que no coinciden con lo explicado, los r¨®tulos equivocados o llenos de faltas de ortograf¨ªa, las entradas en falso de los corresponsales, lo mal que hablan y se explican muchos de ¨¦stos. Los telediarios de la 1 de TVE se han convertido en una muestra constante de incompetencia, y eso debe de herir su orgullo.
Los telediarios de la 1 de TVE se han convertido en una muestra constante de incompetencia"
No es esto lo peor, no obstante. Los del equipo anterior llegaron a ser bastante buenos y objetivos. Al menos daban todas las noticias que lo eran de veras, y en consecuencia fueron profusamente premiados, tanto aqu¨ª como en el extranjero, donde se lleg¨® a considerarlos mejores y m¨¢s completos que los muy afamados de la BBC. Por eso clama al cielo lo que han logrado, en tiempo r¨¦cord, los actuales presidente de RTVE, Gonz¨¢lez Echenique, y director de informativos, Somoano, el cual proced¨ªa de un canal tan ¡°clandestino¡± y ruinoso como la TeleMadrid de Esperanza Aguirre, cuyos noticiarios fueron nulos porque casi nadie se fiaba de ellos ni se molestaba en verlos. Estos dos individuos ¨Cy el PP, que los ha nombrado¨C no parecen estar enterados de que la censura es anticonstitucional en Espa?a desde hace m¨¢s de tres decenios, as¨ª que ocultan y escamotean o minimizan, de manera escandalosa, cuanto no conviene o agrada al Gobierno. Manifestaciones, protestas, brutales cargas policiales ante el Parlamento, declaraciones contrarias a su pol¨ªtica, datos econ¨®micos negativos para su gesti¨®n, meteduras de pata o palabras inconexas ¨Ctan frecuent¨ªsimas¨C de sus dirigentes ¡ Su parcialidad resulta grotesca, y el descr¨¦dito de los telediarios aumenta de d¨ªa en d¨ªa, como la masiva deserci¨®n de espectadores. Su audiencia registr¨® un m¨ªnimo hist¨®rico en la ¨²ltima semana de febrero.
Justo en esa semana vi algunos de ellos: pese a los recortes presupuestarios, TVE desplaz¨® un equipo de por lo menos cuatro personas (incluida la sufrida Ana Blanco) a Roma, durante dos jornadas, para cubrir in situ algo que no ten¨ªa mucha historia ni misterio: el adi¨®s ya anunciado de Benedicto XVI. Los informativos de esos d¨ªas fueron monogr¨¢ficos, publirreportajes del Vaticano, del que se ocuparon durante cerca de media hora en cada ocasi¨®n, con conexiones varias. Como era eso, propaganda, se nos relat¨® no s¨®lo lo poqu¨ªsimo que estaba ocurriendo, sino la historia apasionante de los zapatitos rojos de Ratzinger y de los futuros marrones, la de sus cocineros y guardias suizos, se hizo un largo repaso de sus visitas a Espa?a (¡°momentos placenteros de su pontificado¡±), contaron intrascendentes an¨¦cdotas un mont¨®n de prelados, hablaron sus j¨®venes groupies, por supuesto no hubo una sola palabra cr¨ªtica ¨Cni siquiera interesante¨C de nadie. Parec¨ªan los tiempos de la cadena ¨²nica franquista, cuando la televisi¨®n se pon¨ªa a los pies de la Iglesia (franquista) cada vez que a ¨¦sta se le antojaba. Mientras tanto, de la noticia que abr¨ªa todos los peri¨®dicos de una de esas jornadas (el ex-tesorero del PP B¨¢rcenas hab¨ªa demandado a su partido por ¡°despido improcedente¡±), ni rastro, o tal vez uno muy tenue y breve, ni me acuerdo ni importa: el efecto fue de que lo ¨²nico que suced¨ªa en el mundo durante dos d¨ªas enteros era la marcha del Papa, la cual de incierto ten¨ªa ya poco.
Echenique y Somoano no ser¨¢n recordados por nadie, pero deber¨ªan serlo como los m¨¢s veloces destructores de los telediarios tradicionalmente m¨¢s vistos por los espa?oles. No se sabe si les trae sin cuidado que la gente huya de ellos como de la peste o si es lo que buscan, para luego poder decir su Gobierno que la televisi¨®n p¨²blica no es rentable ni ¡°viable¡±, y as¨ª fabricarse una coartada para privatizarla. En todo caso est¨¢n llevando a cabo un monumental hurto a los ciudadanos, que son quienes han edificado, posibilitado y financiado ese ¡°ente¡± desde hace m¨¢s de medio siglo. No es aceptable que nos lo secuestren dos tipos desconocidos, ni ning¨²n Gobierno conocido y temeroso de las verdades.
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