Reino de barbarie
Arabia Saud¨ª vuele a horrorizar al mundo con la ejecuci¨®n de siete j¨®venes
Arabia Saud¨ª acaba de brindar otro espeluznante episodio de violaci¨®n de derechos fundamentales. Siete j¨®venes fueron ejecutados ayer en Abha, al sur del pa¨ªs. Estaban condenados por atracar unas joyer¨ªas. Con ellos ya son 24 los ajusticiados en lo que va de a?o. Este caso, sin embargo, reviste particular gravedad. Varios de los condenados eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos, en 2006. Y, seg¨²n diversas organizaciones humanitarias, fueron sometidos a torturas y juzgados sin garant¨ªas.
De nada han servido las peticiones de clemencia llegadas de todo el mundo. Tampoco la intervenci¨®n de varios expertos de la ONU, que han denunciado la violaci¨®n de la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o.
La ejecuci¨®n, prevista para el 5 de marzo, hab¨ªa sido aplazada por las autoridades saud¨ªes. En teor¨ªa, iban a revisar el caso. En realidad, el Gobierno deseaba evitar que el ajusticiamiento coincidiera con la visita, justo en esa fecha, del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. El episodio hubiera sido un bochorno diplom¨¢tico para Washington, que tiene en Riad a un aliado estrat¨¦gico en la regi¨®n.
Y as¨ª, sin testigos inc¨®modos y con el silencio c¨®mplice de los Gobiernos occidentales, que no quieren desairar a una satrap¨ªa que proporciona petr¨®leo y contratos millonarios, los j¨®venes fueron fusilados en una plaza p¨²blica. Se les ahorr¨® la decapitaci¨®n, y no por magnanimidad. La escasez de verdugos ha llevado a las autoridades a recurrir al pelot¨®n de fusilamiento como alternativa.
Es cierto que el rey Abdal¨¢ ha intentado reformar el sistema judicial saud¨ª, que carece de c¨®digo penal escrito.
Pero el alcance de los deseos reformistas de la dinast¨ªa wahab¨ª es m¨¢s que dudoso. Hace apenas cinco d¨ªas, dos prominentes activistas fueron condenados a 10 a?os de c¨¢rcel por exigir mayores libertades. Por primera vez, el juicio fue p¨²blico y seguido en las redes sociales. Todo un signo de modernidad que parece m¨¢s bien un sarcasmo.
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