La sencillez
Si ese rasgo se subraya tanto significa que quiz¨¢ resulte excepcional
Ahora que los cardenales han elegido Papa al argentino Bergoglio se ha repetido con una insistencia llamativa que quien ya se llama papa Francisco ha sido hasta ahora un hombre sencillo. Como Francisco de As¨ªs.
Ese valor se supone en cualquiera, sea laico o sea santo. Sencillo se tiene que ser, es lo b¨¢sico del ser humano. Luego vienen las capas de solemnidad y autosuficiencia, y muchos se muestran como dice la canci¨®n, antes muertos que sencillos.
Si ese rasgo se subraya tanto significa que quiz¨¢ resulte excepcional. Y, en efecto, tanto en la curia como en la vida civil, y en la vida militar, por hablar de este sistema medieval que subsiste, si la sencillez brilla es porque demasiadas veces no existe.
Es cierto que, en el ¨¢mbito de la Iglesia cat¨®lica, el rasgo que hasta ahora parece haber adornado a Bergoglio no es com¨²n. No lo es, aunque la historia de sus fundadores invoque un ejercicio de humildad que fue, por otra parte, el que subyug¨® en principio a millones y millones de adeptos. De hecho, la jerarqu¨ªa ha perseguido, entre los suyos, a aquellos que m¨¢s han pregonado la obligaci¨®n de la humildad, y por ah¨ª hay, en la cuneta de la historia, muchos expulsados de su seno por haber predicado, entre otros compromisos, la teolog¨ªa de la liberaci¨®n¡
?Qu¨¦ pas¨® para que la Iglesia perdiera ese rasgo que distingui¨® a Jes¨²s y a un n¨²mero formidable de sus seguidores? Pues que toc¨® poder. Se hizo poderosa y perdi¨® la sencillez; se hizo poderosa y dej¨® a un lado la humildad. Se hizo poderosa y, ay, se ali¨® con los poderosos¡ En su historia alienta ese fantasma como una losa. Abraz¨® el boato y se alej¨® del centro en el que se hab¨ªa sentido fuerte: expulsando del templo a los aprovechados.
Se dice que el nuevo Papa es sencillo y humilde. ?C¨®mo? ?No tendr¨ªa que serlo? ?No se lo elige por eso? ?Es que no lo han sido los otros? ?Es que no lo fue Juan XXIII, no tendr¨ªa que haberlo sido el Papa polaco, y no lo fue el alem¨¢n que dimiti¨®? ?No deber¨ªa ser la humildad un rasgo caracter¨ªstico del Papa y de cualquier sacerdote?
No debe serlo, puesto que se recuerda tanto que este Papa es sencillo, que viaja en metro y en autob¨²s, que ha vivido en lugares sencillos, a pesar de su rango. ?A pesar de su rango? Pero, ?no es su rango el que tendr¨ªa que haberlo convocado a situaciones en las que su humildad fuera equivalente a los valores que predica?
Ser¨ªa injusto con la Iglesia y con el Papa (con el nuevo, con el que sigue vivo y dimitido y con todos los que han sido papas, y con los curas, en general) hablar de la sencillez ahora predicada y no insistir en que no es solo un asunto que tenga que ver con los religiosos. Los pol¨ªticos, los intelectuales, los escritores, los periodistas, los jueces, los banqueros¡, todo el mundo que se acerca al poder, que lo toca o que lo ejerce est¨¢ tentado para que corrompa la humildad hasta convertirla en un ropaje que se pone para pregonarla y que se quita porque le incomoda el peso de la sencillez.
Se dice que a Juan Pablo I lo aturdi¨® hasta la desesperaci¨®n la complejidad del cargo, frente a su ansia de humildad. Y en las alocuciones ¨²ltimas de Ratzinger se advierte el reflejo de una perplejidad similar, de modo que se fue por el camino monacal. Jorge Mario iba en metro. A ver c¨®mo le sienta el papam¨®vil a Francisco.
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