De Hollywood al Capitolio pasando por Kentucky

Si un actor mediocre al que le daba la r¨¦plica en una pel¨ªcula un mono pudo llegar a la presidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo, ?por qu¨¦ no Ashley Judd para representar a Kentucky en el Senado de Estados Unidos?

Cierto es que Kentucky es un Estado tradicionalmente republicano ¡ªcasi la cuna del Tea Party, si este movimiento tuviera una¡ª y que all¨ª no ven con buenos ojos a los liberales de Hollywood. Pero no es menos cierto que Mitch McConnell, 71 a?os, el senador con el que la actriz competir¨ªa en noviembre de 2014, excepto en una ocasi¨®n, nunca ha ganado sus otras cuatro reelecciones con m¨¢s del 55% de los votos, porcentaje que le ha garantizado 30 a?os en el Capitolio de Washington.

Sin haber anunciado todav¨ªa de forma oficial su intenci¨®n de luchar por ese esca?o, la prensa lleva semanas especulando con que la actriz dar¨¢ el salto a la pol¨ªtica en la que ahora solo estaba involurada con su activismo. Aunque esas campanas ya sonaron durante la convenci¨®n dem¨®crata del pasado a?o en septiembre en Charlotte (Carolina del Norte), cuando Judd anunci¨® que el honorable Estado de Kentucky daba su bendici¨®n a que Barack Obama fuera el candidato a la Casa Blanca.

HE SIDO VIOLADA DOS VECES, AS? QUE CREO QUE PUEDO MANEJAR A MITCH MCCONELL, HA DICHO LA ACTRIZ

A sus 44 a?os, Judd, que alcanz¨® el ¨¦xito en los noventa con t¨ªtulos como Heat y El coleccionista de amantes, ha entrado en esa peligrosa edad para las actrices en la que las productoras dejan de llamar y hay que dar un nuevo sentido a la vida. A pesar de que la actriz estrena este mes pel¨ªcula, Olympus Has Fallen, con ataque terrorista sobre la Casa Blanca ¡ªella hace de primera dama¡ª, Judd ha estado m¨¢s dedicada ¨²ltimamente a su activismo humanitario que al celuloide. Su ¨²ltimo gran titular lo dio el mes pasado, cuando anunciaba su divorcio del corredor escoc¨¦s de coches Dario Franchitti, 39 a?os, tras m¨¢s de 10 a?os juntos.

Desde la igualdad de salario para las mujeres hasta la planificaci¨®n familiar, pasando por el sida, la explotaci¨®n sexual de las mujeres o el estr¨¦s postraum¨¢tico que sufren las tropas al regresar de la guerra a casa, Judd es un alma comprometida con el sufrimiento humano, del que algo sabe. Judd ha declarado que, de competir por el senado, lo anunciar¨¢ ¡°sobre la fecha del Derby¡±, en referencia a la carrera de caballos que se celebra en Kentucky a principios de mayo, cuando ese Estado atrae atenci¨®n nacional.

Durante una cena privada el pasado mes en casa de quien le est¨¢ abriendo las puertas de un Kentucky muy distinto al que ella vivi¨® de ni?a ¡ªChristy Brown, cuya familia controla una fortuna nacida de la destilaci¨®n de bourbon¡ª, la actriz fue cuestionada sobre si cre¨ªa que tendr¨ªa fortaleza suficiente para resistir el ataque al que le va a someter McConnell y la maquinaria del Partido Republicano. El pol¨ªtico suele ganar resaltando los fallos de sus adversarios, no sus porpias cualidades. La respuesta de Judd dej¨® callada a la sala: ¡°He sido violada dos veces, as¨ª que creo que puedo manejar a Mitch McConnell¡±.

Nacida en Granada Hills (California), Judd vivi¨® una amarga infancia en la que sufri¨® abusos sexuales. Tras el divorcio de sus padres, una joven Ashley pasaba largas temporadas con el novio de su madre, un adicto a la hero¨ªna, con quien la mujer dejaba a su hija cuando ella se iba de gira musical. Naomi Judd es una mitad del duo The Judds; la otra mitad es la hermanastra de Ashley, mayor que ella y nacida Christina pero renombrada para la fama como Wynonna. La familia de Judd escondi¨® largo tiempo un secreto. Christina-Wynonna supo que su padre no era su padre en la edad adulta, tras descubrir que su madre, embarazada a los 17 a?os, hizo creer a Michael Ciminella que el beb¨¦ que iba a traer al mundo era suyo.

A?os despu¨¦s y tras largas ¨¦pocas sumida en la depresi¨®n, la enfermedad lleg¨® a tal punto en 2006 que la actriz decidi¨® ingresarse durante 47 d¨ªas en una cl¨ªnica de Texas con el fin de lograr ayuda y romper las relaciones de dependencia que generaba con la gente. En un libro de memorias publicado en 2011 (Todo lo que es dulce y amargo), la actriz expon¨ªa de forma sincera y abierta el sentimiento de soledad que le ha acompa?ado la mayor parte de su vida.

En el volumen, Judd deja su vida en los escenarios fuera de las p¨¢ginas y no relata el viaje que hizo desde Kentucky ¡ªlugar de nacimiento de su madre y donde se la llevo de ni?a¡ª hasta las colinas de Hollywood. El libro se sumerge en otro trayecto, el doloroso proceso de crecer en una familia disfuncional que le hizo pasar por casi 15 colegios antes de llegar a la universidad. ¡°Fui llevada de pueblo en pueblo, de casa en casa, de Los ?ngeles a Kentucky pasando por Carolina del Norte y vuelta a empezar, mientras que mam¨¢ intentaba realizar sus sue?os de grandeza¡±.

Judd todav¨ªa no ha anunciado su candidatura y los republicanos ya han emitido v¨ªdeos atac¨¢ndola. Su vida no es perfecta y eso ser¨¢ un fil¨®n para el veterano McConnell, curtido en los afilados pasillos del poder de Washington. De momento han criticado a Judd porque no vive en Kentucky ¡ªsu residencia est¨¢ en Nashville (Tennessee)¡ª, donde deber¨¢ de establecerse antes de noviembre de este a?o para poder competir en las elecciones.

Quiz¨¢ ayude en su campa?a y en su apego al Estado del bluegrass, la reflexi¨®n que Judd hace en sus memorias sobre su infancia y los veranos pasados en casa de sus abuelos paternos en Kentucky: ¡°Esos d¨ªas son la ¨²nica raz¨®n por la que yo sigo viva hoy¡±. Nada mal como lema de campa?a.