Sufrir lo peor y devolver lo mejor
Esta entrada ha sido escrita porAmaia Celorrio, responsable de Relaciones P¨²blicas y Contenido del Comit¨¦ Espa?ol de ACNUR.
Foto: ACNUR/L.Michaelson
Hay personas que a pesar de sufrir la violencia del ser humano y vivir situaciones l¨ªmite, siguen luchando e intentando mejorar el mundo que les rodea. Cueste lo que cueste. Personas que nos inspiran en nuestro d¨ªa a d¨ªa como Jacob Atem, que tras casi dos d¨¦cadas de exilio a causa de una guerra que le oblig¨® a huir y a embarcarse en un duro viaje, ha vuelto a su pa¨ªs, Sud¨¢n del Sur, y ha abierto una cl¨ªnica que ofrece atenci¨®n m¨¦dica a decenas de miles de personas en el estado de Jonglei.
¡°?ste es el hogar que un d¨ªa fue destruido y ahora soy parte de su reconstrucci¨®n¡± dice Atem, uno de los 3.600 ni?os a los que se llam¨® ¡°Los ni?os perdidos de Sud¨¢n¡± y que fueron reasentados en Estados Unidos en 2001. Para ¨¦l este trabajo es tambi¨¦n un modo de dar las gracias a aquellos que han ¡°invertido¡± en ¨¦l en el pasado, en referencia a la ayuda que obtuvo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Cerca de 20.000 ni?os sudaneses quedaron hu¨¦rfanos o separados de sus familias durante la guerra entre el norte y el sur de Sud¨¢n entre 1983 y 2005. A muchos de los que fueron reasentados en los Estados Unidos les ha ido bien y, como Atem, han intentado contribuir al desarrollo de Sud¨¢n del Sur, que consigui¨® la independencia en julio de 2011.
Las infraestructuras de Sud¨¢n del Sur quedaron destruidas durante la larga guerra civil y cientos de miles de personas fueron desplazadas por la violencia. La atenci¨®n m¨¦dica y las instalaciones educativas son una prioridad, as¨ª que la cl¨ªnica abierta por Atem y otro ¡°ex ni?o perdido¡±, Lual Deng, a trav¨¦s de su ONG, la Organizaci¨®n de Sud¨¢n del Sur para la Salud, juega un papel crucial.
El personal de esta cl¨ªnica (un doctor, dos oficiales de cl¨ªnica, una enfermera, un t¨¦cnico de laboratorio y dos farmac¨¦uticos), atiende a unas 100 personas al d¨ªa, muchas de ellas procedentes de los campos de refugiados en Uganda y Kenia.
Aunque Atem se enfrenta a retos de financiaci¨®n, ¨¦l siempre ha sido un trabajador y un superviviente y est¨¢ decidido a seguir ayudando a sus compatriotas sudaneses. Este ex refugiado ha atravesado retos mucho m¨¢s duros desde que era ni?o.
Ten¨ªa seis o siete a?os cuando los milicianos del norte llegaron a su casa y cambiaron su vida para siempre. En la confusi¨®n del ataque se separ¨® de su familia y acab¨® huyendo con su primo Michael. ¡°?l me llev¨®, gracias a Dios, porque yo no pod¨ªa caminar por m¨ª mismo¡± recuerda Atem.
Durante los a?os siguientes los dos ni?os lucharon por sobrevivir en los bosques y luego estuvieron en campos de refugiados en Etiop¨ªa y en el campo de Kakuma, al noroeste de Kenia. Estuvieron all¨ª nueve a?os, donde recibieron una educaci¨®n b¨¢sica antes de ser reasentados en 2001 en Michigan, Estados Unidos.
Atem dice que siempre confi¨® en recibir buenas noticias de su tierra natal. ¡°Era frustrante, pero no perd¨ªa la esperanza de que el problema en mi pa¨ªs se resolviera¡±. Hoy, el conflicto sigue afectando algunas zonas y decenas de miles de sudaneses han huido de Sud¨¢n y buscado refugio en Sud¨¢n del Sur.
Actualmente est¨¢ trabajando en un posgraduado en pol¨ªtica y gesti¨®n de investigaciones en salud en la Universidad de Florida. Cuando termine sus estudios, Atem tiene previsto regresar a Sud¨¢n del Sur y convertir la cl¨ªnica en un hospital. ¡°Para ser sostenible con las cifras que estamos viendo, definitivamente tendr¨¢ que convertirse de forma temporal en un hospital¡± recalca, mientras a?ade que la cl¨ªnica actual fue todo un reto. ¡°Es nuestra aspiraci¨®n, devolver algo a la comunidad donde crecimos, a sus miembros que no han tenido tanta suerte como yo¡±.
Para m¨¢s informaci¨®n sobre la cl¨ªnica: http://www.sshco.org
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