Pirotecnia en M¨¦xico
Est¨¢ por ver si Pe?a Nieto aguanta el embate de sus rivales y cumple con sus promesas
Las luces m¨¢s cegadoras de la pirotecnia pol¨ªtica mexicana suelen encenderse sexenalmente, coincidiendo con las primeras medidas del nuevo presidente, que activa la traca con alguna detenci¨®n de manual, promete las reformas fiscal y energ¨¦tica, y abandona su residencia en Los Pinos sin conseguirlas. Acostumbra a despedirse con una miscel¨¢nea de remiendos tributarios y varias estad¨ªsticas enga?osas. Ocurre as¨ª desde hace decenios. El nuevo presidente, Enrique Pe?a Nieto, detuvo a la sindicalista corrupta Elba Esther Gordillo, ¡®La Maestra¡¯, y tambi¨¦n ha prometido acometer las dos grandes transformaciones estructurales pendientes, y alguna otra m¨¢s. Poco nuevo bajo el sol. ?Y el campanudo pacto por M¨¦xico? No fue dif¨ªcil. ?Qu¨¦ partido pod¨ªa negarse a firmar una bienintencionada declaraci¨®n sobre la educaci¨®n, los derechos humanos, los pueblos ind¨ªgenas, la libre competencia, el desarrollo sostenible, etc¨¦tera, etc¨¦tera, en un pa¨ªs con 50 millones de pobres?
Al igual que sus antecesores, Pe?a Nieto ha prometido emprender reformas profundas para que M¨¦xico logre instalarse en la prosperidad y en la justicia social, inexistente en un pa¨ªs con el norte, agringado y boyante, y el sur, subdesarrollado, ind¨ªgena y caciquil. La habilidad pol¨ªtica y mercadotecnia demostradas por el joven mandatario durante sus a?os de gobernador del estado de M¨¦xico, deber¨¢ aplicarlas para convencer a un Congreso federal dividido, marrullero, deficitario en sentido de estado y secularmente tomado por los prejuicios ideol¨®gicos y las luchas facciosas.
No ser¨ªa noticia que acabara tumbando las pretendidas reformas o, al menos, desfigur¨¢ndolas. El parlamento que deber¨¢ aprobar enmiendas legislativas y constitucionales para hacerlas posible alberga una oposici¨®n que se opondr¨¢ de oficio, y rivales de Pe?a Nieto en sus propias filas, en el partido m¨¢s avezado del planeta en el arte de la simulaci¨®n y la adaptaci¨®n al terreno: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que trat¨® de colar como democracia lo que fue una dictadura encubierta de 75 a?os.
No ser¨ªa noticia que Pe?a acabara tumbando sus reformas o, al menos, desfigur¨¢ndolas
El arranque presidencial contuvo el fatalismo sobre la posibilidad de una patria equitativa e integradora, pero cuando el estruendo de las primeras salvas se apague, el gobernante comprometido con la modernidad deber¨¢ llevar hasta el virtuosismo la magia en el regate y el trile de sus mayores para poder sacar adelante las dos reformas. En un pa¨ªs tan nacionalista como M¨¦xico, la energ¨¦tica est¨¢ muy acotada. La entrada de inversi¨®n privada con voz y voto en la industria petrolera, nacionalizada en 1938, obligar¨ªa a improbables acuerdos parlamentarios.
El debate socialmente m¨¢s trascendente ser¨¢ el relacionado con una reforma fiscal integral, acometida por primera vez entre los a?os 1959-1970 por Adolfo L¨®pez Mateos y Gustavo D¨ªaz Ordaz. Naci¨® entonces el Impuesto Sobre la Renta (ISR). La intentona de Luis Echeverr¨ªa (1971-1976) naufrag¨® cuando los cacicazgos empresariales la derrotaron. Jos¨¦ L¨®pez Portillo (1976-82) introdujo un IVA del 10%; Carlos Salinas de Gortari eximi¨® del ISR a los salarios m¨¢s bajos y Ernesto Zedillo bastante tuvo con administrar la crisis econ¨®mica desencadenada en 1994. Vicente Fox (2001-2006) fracas¨® al querer aplicar el IVA en alimentos y medicinas, y Felipe Calder¨®n (2006-2012), lo baj¨® del 15 a 10%.
Los expertos anticipan que Pe?a Nieto quiere eliminar exenciones y aumentar del IVA, incluyendo alimentos y medicinas, a lo que siempre se opuso al PRI, cuyos jefes territoriales no quieren arriesgar poder pol¨ªtico con medidas impopulares. La segunda econom¨ªa de Am¨¦rica latina tiene 112 millones de habitantes, y una de las recaudaciones fiscales m¨¢s baja del continente, no llega al l8% del PIB, (la media en la OCDE es del 33.8%) como consecuencia de la masiva informalidad laboral, cuyos titulares no figuran en Hacienda, y a la evasi¨®n de quienes cuentan con recursos para defraudar.
Una clase media cautiva paga lo establecido, los m¨¢s ricos no pagan lo que deben, y no hubo presidente capaz de meterlos en cintura. La recaudaci¨®n alcanza s¨®lo al 28 % del padr¨®n de contribuyentes, seg¨²n c¨¢lculos estimativos. El PRI deber¨¢ ampliar esa base tributaria, y precisar el alcance de la anunciada revoluci¨®n en telecomunicaciones, que afectar¨ªa a los empresarios m¨¢s poderosos de M¨¦xico, acostumbrados tambi¨¦n al toma y daca y al gatopardismo en sus relaciones con el ejecutivo. Las estimulantes salvas del arranque sexenal no despistaron a Standard and Poor's (S&P), la principal calificadora de inversiones del mundo, que duda de las prometidas reformas energ¨¦tica y fiscal: ¡°no est¨¢n aseguradas en absoluto¡±.
Se calcula que en M¨¦xico solo cotiza un 28% del padr¨®n de contribuyentes
No pueden estarlo porque la batalla hacia el bolsillo de los poderes facticos, y hacia la eliminaci¨®n de exenciones impositivas, subsidios populistas, reg¨ªmenes privilegiados y grav¨¢menes arbitrarios, ser¨¢ dura. Queda por ver si el presidente aguanta el previsible contraataque de los adversarios pol¨ªticos y empresariales, o por el contrario cede, y las promesas reformistas quedan reducidas, de nuevo, a fuegos de artificio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.