Pedagog¨ªa contempor¨¢nea

Con entusiasmo creciente he le¨ªdo el art¨ªculo de Enrique Moradiellos sobre la pedagog¨ªa contempor¨¢nea publicado el pasado viernes. Con entusiasmo porque encontraba casi con las mismas palabras lo que yo pienso y lo que a veces digo en conversaciones con mis compa?eros. Soy profesor de Filosof¨ªa. Tengo edad sobrada para haberme jubilado, pero no lo he hecho porque me sigue gustando mi profesi¨®n, y mi materia. Creo que tengo algo valioso que transmitir.

No a?oro la cruel pedagog¨ªa que yo sufr¨ª, ni la que yo mismo apliqu¨¦ en los comienzos de mi carrera docente, hace m¨¢s de 30 a?os. He cambiado mucho, he aprendido a dar mis clases de otra manera, soy, efectivamente, m¨¢s ¡°procedimental¡±, he incorporado la inform¨¢tica, he preguntado c¨®mo hacen las cosas en otros lugares y otros profesores. Pero me he resistido violentamente a la charlataner¨ªa de la pedagog¨ªa licenciada, a todos los gur¨²s que cada tres o cuatro a?os vienen a explicarnos un nuevo y definitivo descubrimiento ¡°cient¨ªfico¡±.

Lo que intento que pase en mis clases, cada a?o, con cada alumno, con mejor o peor fortuna, no es deconstruible en una programaci¨®n. Sin duda he de pararme de vez en cuando a reflexionar sobre lo que pienso hacer y sin duda es bueno intentar pon¨¦rmelo por escrito, pero el documento final es como la escalera de Witgenstein: luego hay que tirarlo.¡ª Ram¨®n S¨¢nchez Ram¨®n.