¡°?Jubilarme? No s¨¦ qu¨¦ significa esa palabra¡±
Al Pacino es uno de los grandes. A los 72 a?os, el actor no se plantea la retirada El tiempo, el teatro y los amigos han sido su ant¨ªdoto frente al peso de una fama que vivi¨® como una carga
?Bohemio o indigente? ?Estrella por encima del bien y del mal o simplemente descuidado? Tiene las u?as negruzcas, la chaqueta de cuero ra¨ªda y el aspecto algo desaseado. Pero ese que est¨¢ colgado de su m¨®vil en el hotel Four Seasons de Los ?ngeles, en pleno coraz¨®n de Beverly Hills, es Al Pacino. As¨ª que de indigente, nada. Estrella indiscutible, una de las mejores de su generaci¨®n, uno de los pocos actores con may¨²sculas que van quedando junto a Robert De Niro, Dustin Hoffman y, quiz¨¢, Robert Redford. Bohemio siempre, y m¨¢s ahora, con esos pelos que parecen no haber visto un peine en a?os y que con toda seguridad intentan encubrir la calvicie que conlleva el paso de toda una vida, un ¨²ltimo intento de conservar el aire de juventud desenfadada que sus 72 a?os dejaron atr¨¢s. Los dos libros que alberga en sus bolsillos, convertidos en alforjas de una cultura de la que no se separa, tambi¨¦n contribuyen a su aire desmadejado. Los dos vol¨²menes, el Otelo de Shakespeare en el bolsillo derecho y la biograf¨ªa de Edward G. Robinson en el izquierdo, est¨¢n bien le¨ªdos. Su charla resulta salpicada con citas de otros. Porque Pacino, este hijo del Bronx neoyorquino y de la posguerra mundial, sobre todo es actor escondiendo su timidez en las palabras de otros. All¨ª encuentra su refugio de una fama que le ha perseguido a su pesar toda la vida. Porque uno no puede interpretar El padrino, Tarde de perros, Serpico o Esencia de mujer y pasar desapercibido. Por eso, si exist¨ªa alg¨²n aire de frialdad y descuido, desaparece con el abrazo y el par de besos con que saluda.
A Pacino no le gustan las entrevistas y suele evitarlas todo lo posible, pero hoy est¨¢ juguet¨®n. Le divierte tanto su ¨²ltimo trabajo, una pel¨ªcula peque?a y casi independiente titulada Tipos legales (estreno en Espa?a el 12 de abril), que trae en su pecho el tatuaje grabado de su personaje, una cabeza de le¨®n que aflora bajo las cadenas con crucifijos. El actor tiene ganas de hablar, de confesar que ha vivido, y su ¨²ltimo trabajo es su mejor excusa para echar la vista atr¨¢s a toda una vida.
PREGUNTA: ?Por qu¨¦ rompe ahora su habitual silencio?
RESPUESTA: No me prodigo mucho en entrevistas, pero eso lo hace ahora m¨¢s entretenido. Me lo tomo como una novedad. Y por una vez no me importa. Me pareci¨® que ser¨ªa divertido, y en los tiempos que corren s¨¦ que Tipos legales es una pel¨ªcula peque?a que se perder¨ªa sin mi ayuda. As¨ª que aqu¨ª estoy. Adem¨¢s, me gusta hablar. Pero, como mi tatuaje, nada es permanente.
P: ?Qu¨¦ tiene Tipos legales para devol?verle al cine?
R: Dicen que algunos papeles son tu centro de gravedad, tu tim¨®n. A m¨ª me resulta dif¨ªcil de decir, porque se me ha olvidado todo lo que hice antes, pero estoy acostumbrado a leer guiones y la cadencia de esta historia de tipos que han vivido, su autenticidad, hace f¨¢cil para un actor como yo enamorarse del trabajo.
Los a?os setenta fueron un renacimiento. Tuve la suerte de estar all¨ª¡±
P: ?Qu¨¦ le mueve a aceptar un papel a estas alturas de su carrera?
R: La historia, el rodaje en Los ?ngeles, que me permit¨ªa estar cerca de mis hijos peque?os; mi amistad con Fisher [Stevens, su director], una persona muy especial que conoc¨ª como actor y sabe c¨®mo dirigir aunque esta sea su primera pel¨ªcula. Todo eso. Antes, mi ¨²nica motivaci¨®n era el guion. Ahora hay un mont¨®n de factores.
P: ?Qu¨¦ tuvo la d¨¦cada de los setenta que no exista ahora? ?Fue mejor o es pura nostalgia?
R: Yo tambi¨¦n lo pienso. ?Fueron obras maestras o somos unos sentimentales? Es f¨¢cil pensar que lo pasado fue mejor, pero tambi¨¦n es cierto que se dan momentos en los que confluyen factores que propician el nacimiento de algo nuevo. Pero s¨ª, el pasado siempre fue mejor, ?no? Los setenta fueron un renacimiento, ocurrieron cosas que han hecho correr r¨ªos de tinta. Yo tuve la suerte de estar all¨ª, de participar en un par de pel¨ªculas de esas que lo cambiaron todo. Lo que hac¨ªamos en cine, dar una visi¨®n sociopol¨ªtica de nuestro mundo o como lo quieras llamar, hoy se hace en la televisi¨®n. O en la prensa. Pero nosotros estuvimos en el centro de lo que pasaba.
P: ?Fue consciente del momento que viv¨ªa?
R: Probablemente. Recuerdo el rodaje de Tarde de perros. Todos sentimos que era el comienzo de algo. ?Recuerda la escena del repartidor de pizza, el circo medi¨¢tico que le rodea y c¨®mo sale diciendo eso de ¡°soy una estrella¡±? Recuerdo que en ese momento Sidney Lumet se me acerc¨® y me dijo al o¨ªdo: ¡°Se nos va de las manos. Esto se nos escapa¡±. S¨ª, lo ve¨ªamos mejor que nadie, la sed de fama, aunque fuera por un minuto, la invasi¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Lo vimos con claridad porque lo est¨¢bamos viviendo.
El triunfo de un chico de barrio
'El padrino' y su 'ahijado'. El papel de Michael Corleone en la cinta dirigida por Francis Ford Coppola en 1972 marc¨® la carrera de un actor considerado como uno de los grandes.
Alfredo James Pacino, Al Pacino, naci¨® en Nueva York el 25 de abril de 1940. Se crio en el barrio del Bronx, en un hogar roto. Fue mal estudiante y tuvo dificultades econ¨®micas. En 1966 puso los pies en el prestigioso Actors Studio de Lee Strasberg. El M¨¦todo le marc¨®, igual que a otros muchos actores de la d¨¦cada de los setenta del pasado siglo.
Teatro y cine, ida y vuelta. Al Pacino debut¨® en el teatro. Rod¨® su primer largometraje en?1969, Yo, Natalie. Ha alternado escenarios y plat¨®s. Entre sus pel¨ªculas figuran Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Esencia de mujer (1992), que le vali¨® el Oscar. Sobre las tablas ha representado piezas de Shakespeare como El mercader de Venecia.
Amigos, partidas de p¨®quer. Pacino asegura que su vacuna contra el ego han sido el teatro, el tiempo y los amigos, con los que disfruta y juega a las cartas. Durante mucho tiempo se sinti¨® superado por la fama, de la que huy¨® hasta que logr¨® aceptarla.
P: Lumet le consigui¨® su primera candidatura al Oscar con Serpico, pero antes lleg¨® El padrino. Le puso en el mapa pese a que los estudios no confiaban en su trabajo, al rev¨¦s que Francis Ford ?Coppola.
R: Como suelo decir, me gusta el riesgo, pero no el suicidio. Por eso arriesgo con directores primerizos como Fisher. Le adoro, y me gusta jug¨¢rmela con alguien nuevo. Pero lo ?har¨ªa todo por alguien como Francis [Coppola], el m¨¢s independiente de todos los directores. Siempre lo fue y su coraz¨®n estuvo siempre ah¨ª, a contracorriente. Lo malo es que a la vez que es independiente le gusta pintar grandes lienzos. Ese es su punto fuerte y su punto d¨¦bil. Siempre piensa a lo grande, y eso asusta. Es alguien por quien siento toda la admiraci¨®n y con quien me gustar¨ªa trabajar m¨¢s. Porque para m¨ª, quien hace cine es el director. Es la figura m¨¢s importante. Podr¨¢s contar con buenos actores, con un buen guion, pero al final las que cuentan son las manos del director. Y a m¨ª me gusta caer en las mejores.
P: Vuelve al teatro una y otra vez. ?Qu¨¦ le da un escenario que no acaba de encontrar en el cine?
R: Supongo que all¨ª empec¨¦. Me siento m¨¢s libre, m¨¢s cercano a ese ambiente, y al final me da un mayor placer a la hora de expresarme. Es un poco m¨¢s cansado. Bueno, un poco bastante, porque no es solo la sesi¨®n que interpretas. Est¨¢s en la cuerda floja y te tiene la mente ocupada, la obra est¨¢ contigo todo el d¨ªa. El mercader de Venecia fue agotador. Hab¨ªa rodado la pel¨ªcula, lo interpret¨¦ en el programa teatral de Shakespeare en el Parque, en Nueva York, luego en Broadway. Fue una experiencia muy larga que tuve que combinar con todas esas otras vidas que tengo como padre, director, actor [risas].
P: Recientemente estuvo en Broadway con otra obra siempre presente en su carrera, Glengarry Glen Ross.
R: Lo bueno de las grandes obras es que cada vez son diferentes, aunque yo tambi¨¦n me asombr¨¦ cuando dije que s¨ª. Hice la pel¨ªcula. Ahora la obra¡ personajes diferentes. Pero tampoco es tan raro, porque en los viejos tiempos los actores sol¨ªan interpretar dos o tres personajes y los repet¨ªan una y otra vez a lo largo de sus carreras. Se hac¨ªan famosos por su interpretaci¨®n de ese papel. Siempre me gust¨® la idea y es una de las grandes ventajas del teatro: cuanto m¨¢s interpretas un papel, m¨¢s interesante lo haces. En Hollywood, el reloj siempre est¨¢ en marcha. Nunca hay tiempo.
P: Hablamos de dramas, pero Tipos legales tiene un cierto tono de comedia m¨¢s cercano a ese filme que por fin le dio el Oscar llamado Esencia de mujer.
R: Es gracioso que cite esa cinta, porque la idea es similar, personajes que tienen poco que perder y se dejan llevar por el momento, que quieren vivir la vida como es. Yo creo que soy una persona divertida. Eso espero. Empec¨¦ como un c¨®mico. Pero luego me atraparon los dramas. El trabajo en El padrino se impuso sobre cualquier otro papel de mi carrera, sobre la forma en que me vio el p¨²blico o la industria desde entonces. Yo sigo pensando que soy alguien divertido. Mira a De Niro. En esta segunda etapa de su carrera se ha reinven?tado como un actor c¨®mico. Es algo incre¨ªble y que pasa con poca frecuencia, pero es muy interesante.
P: ?Y la jubilaci¨®n? ?Alguna vez se le pasa por la cabeza? Hace a?os, despu¨¦s de Revoluci¨®n, se distanci¨® una temporada de Hollywood.
R: Esa pel¨ªcula marc¨® un momento interesante en mi vida. Hab¨ªa roto con alguien que amaba y me atrajo un filme que hablaba de supervivencia y con un director en el que cre¨ª, Hugh Hudson. ?Y fue tal fracaso! No es que me retirara, pero s¨ª es cierto que me dej¨® sin hacer cine durante cuatro a?os. Me sent¨ª desilusionado con la industria. Pero era demasiado joven para la jubilaci¨®n.
Vengo de la calle, del bronx. Mi infancia fue siempre una aventura¡±
P: ?Y ahora? ?Qu¨¦ mantiene viva la llama de la interpretaci¨®n a los 72 a?os?
R: ?Yo tambi¨¦n me lo pregunto! Parafraseando a Oscar Wilde, cada vez que la idea se me pasa por la cabeza, me echo un rato hasta que se me pasa. Supongo que me encanta verme en el ambiente que hace posible una buena interpretaci¨®n. ?Jubilarme? No s¨¦ ni lo que significa esa palabra. ?Retirarme? ?A qu¨¦? Si un trabajo me interesa, ?por qu¨¦ no hacerlo? Aunque cada vez sean m¨¢s dif¨ªciles de encontrar.
Pacino es uno de los m¨¢s claros exponentes de los actores del M¨¦todo. Lo suyo no es ni una cara bonita ni un juego de ni?os. Sin embargo, su iniciaci¨®n fue esa, una gracia de ni?o para escapar de un hogar roto del que su padre se hab¨ªa marchado; para huir de una casa con demasiada gente, compartida con sus abuelos, su madre y alg¨²n otro familiar, y como salida a un car¨¢cter t¨ªmido y solitario. Fue la pel¨ªcu?la D¨ªas sin huella, de Billy Wilder, que vio un d¨ªa en el cine con su madre, la que gan¨® su atenci¨®n, y su imitaci¨®n de un Ray Milland borracho, la que le consigui¨® un p¨²blico y, a?os despu¨¦s, una carrera. Con el tiempo, la interpretaci¨®n tambi¨¦n le consigui¨® una nueva familia donde maestros como Lee Strasberg, productores como Joe Papp o Marty Bregman, directores como Lumet o ?Coppola y genios como Marlon Brando se convirtieron en sus nuevos padres, especialmente Charles Laughton, actor y mentor a quien dice deb¨¦rselo todo.
P: ?Qu¨¦ recuerda de su infancia, de Alfredo James antes de convertirse en Al Pacino?
R: Vengo de la calle, del Bronx, y mi infancia siempre fue una aventura. Una mezcla de Tom Sawyer, Huckleberry Finn y un estilo de vida salido de una novela de Dickens. Nos pas¨¢bamos el tiempo persigui¨¦ndonos por los tejados. En aquel entonces, el Bronx era el para¨ªso de los tejados, territorio virgen y una mezcolanza de idiomas y cultura. Deb¨ªa de sentirme muy seguro de m¨ª mismo porque salt¨¢bamos unas distancias considerables. Pero prefiero no hablar de mis recuerdos, porque esto parecer¨¢ el div¨¢n de mi psicoanalista.
P: ?El ego se pasa con los a?os?
R: Hay una gran diferencia entre tener ¨¦xito y ser famoso. Hasta lo dice la Biblia. En ella no se afirma que el dinero sea la ra¨ªz de todos los males. Lo que dice la Biblia es que el amor al dinero es la ra¨ªz de todos los males. Hay una diferencia. Yo nunca cre¨ª en la fama. Al rev¨¦s, hui de ella. Luego aprend¨ª a aceptarla, un proceso que te lleva a?os. O que me llev¨® a?os, porque ahora es diferente de cuando empec¨¦. Ahora la fama es algo aceptable. La gente quiere ser famosa aunque sea por nada, algo que para m¨ª es poner la carreta delante del caballo. Pero en mi caso la fama era una carga, una presi¨®n que no me dejaba sacar lo mejor de m¨ª, liberar mi interpretaci¨®n, porque ten¨ªa que responder a esa imagen creada de m¨ª que llevaba el nombre de Pacino.
P: Marlon Brando lleg¨® a hablar en los mismos t¨¦rminos de su carrera, pero ¨¦l nunca pareci¨® superar la sombra de su nombre. ?Cu¨¢l fue su remedio?
R: El tiempo, el teatro, los amigos. Brando nunca volvi¨® al teatro. Yo siempre he contado con gente a mi alrededor en la que puedo confiar. Siento esa cercan¨ªa. El teatro tambi¨¦n, porque cuando trabajas en un escenario se desarrolla un v¨ªnculo que es m¨¢s dif¨ªcil de lograr en un rodaje. Y gracias a mi infancia, algo que me gustar¨ªa que tuvieran mis hijos, ese c¨ªrculo de amistades de la calle que crecen contigo. Sin ellos hoy no estar¨ªa sentado en esta mesa. Ser¨ªa ese puro clich¨¦ de drogas y alcohol que es tristemente real.
P: ?Habla de alguien en particular?
R: De mi gran amigo Charlie Laughton, quien desgraciadamente se vio afectado de esclerosis m¨²ltiple y vivi¨® los ¨²ltimos a?os de su vida paralizado. Le escrib¨ª todos los d¨ªas y sigue en mi coraz¨®n. Francis [Coppola], a quien llamo siempre que estoy por su zona para vernos. Sidney [Lumet]. Le amo. Ten¨ªamos una relaci¨®n especial. Le vi poco antes de morir. Me sent¨¦ con ¨¦l y hablamos. Incluso mis compa?eros de partida. O gente con la que pod¨ªa haberme casado y con la que ahora tengo buena amistad. ¡°No es amor el amor que cambia cuando un cambio encuentra o que se adapta a la distancia al distanciarse¡± [cita a Shakespeare]. Disfruto de la compa?¨ªa de mis amigos. Uno tiende a sentirse atra¨ªdo por aquellos a los que ama, a disfrutar de la compa?¨ªa por su forma de ver las cosas. Son gente que te intriga, que te fascina por una u otra raz¨®n y que forman as¨ª parte de tu vida.
El ¨¦xito es genial. lo malo es que se junta con la fama y se confunden¡±
P: ?Ha le¨ªdo la biograf¨ªa de Diane Keaton, su expareja, Ahora y siempre?
R: Conozco el libro, pero no lo le¨ª, claro¡ Me da reparo. Pero he o¨ªdo buenas cosas y que me deja en buen lugar. Siempre pens¨¦ que era una chica estupenda y esto lo confirma, ?no? [se r¨ªe]. Me gustan las biograf¨ªas. Aqu¨ª llevo la de Edward G. Robinson, y tambi¨¦n me estoy leyendo la de Richard Burton. Tuve el placer de conocerle. Para m¨ª fue alguien a quien admir¨¦ tanto como a Marlon Brando. Le vi en Camelot, ya mayor, y me dijo eso de que le gustar¨ªa quedar conmigo un d¨ªa, que le diera mi tel¨¦fono. Y me puse tan nervioso que en lugar de mi n¨²mero le garabate¨¦ un aut¨®grafo: ¡°Con cari?o, Al Pacino¡±.
P: No ha dicho nada sobre el ¨¦xito.
R: El ¨¦xito es relativo, como todo. Bukowski dec¨ªa que el dinero es m¨¢gico, porque nunca lo ves, pero puedes pagar con ¨¦l. Un milagro. El ¨¦xito es genial. Lo malo es que se junta con la fama y se confunden. Pero, como dec¨ªa Lawrence Olivier, ?qu¨¦ es lo mejor de la interpretaci¨®n? La copa que me tomo cuando acaba la funci¨®n.
P: ?Se arrepiente de algo?
R: Me siento afortunado de c¨®mo me ha ido. Soy un tipo con suerte que tiene que dar mucho las gracias, as¨ª que si volviera a nacer, lo volver¨ªa a hacer todo de nuevo.
P: ?Los a?os pesan?
R: Hombre, claro que pesan. Pero despu¨¦s del shock inicial, hace unos 20 a?os, te empiezas a acostumbrar, y ahora ya no significan nada. No le doy importancia. No me veo diferente por la manera en que hablo. ?Tengo la energ¨ªa? La tengo, y mientras la tenga todo est¨¢ bien. Quiz¨¢ me enga?e. Es un tema complicado, y m¨¢s en este negocio. Hace siete a?os cargaba con mis hijos en los hombros. Ahora no podr¨ªa hacerlo aunque tuvieran dos o tres a?os. Con mi hija mayor sol¨ªa jugar a la pelota y lo que m¨¢s me gustaba era correr a por ella. Ahora, cuando vamos al parque y juego con mis hijos, no dejo de preguntarme por qu¨¦ los ¨¢rboles van m¨¢s lentos. ?Qu¨¦ les pasa a los ¨¢rboles?
P: ?Qu¨¦ relaci¨®n mantiene con Julie ahora que ella tambi¨¦n se dedica al cine?
R: Mi hija hace sus pel¨ªculas y est¨¢ muy bien. A veces me manda un guion para que le eche un vistazo o quiere o¨ªr mi opini¨®n, pero por lo general vive su propia vida, y yo lo prefiero as¨ª. La apoyo en lo que quiera, y lo sabe, pero ella tambi¨¦n lo prefiere as¨ª y tiene su propio c¨ªrculo de amigos.
P: ?Y esa otra hija que descubri¨®, hablando en sentido figurado, en la figura de Jessica Chastain?
R: Hubiera estado ciego de no haberla contratado. Lo hice en el mismo instante en que la vi para Wilde Salome. No hice m¨¢s que lo obvio, y cualquiera en mi posici¨®n habr¨ªa pensado lo mismo, que es un prodigio. Se lo dije a todo el que me quiso escuchar. Le di el papel en la obra y lo siguiente fue empezar a pasar im¨¢genes suyas a un par de personas, dejar ver el filme a Terence Malick, y ah¨ª est¨¢. Este es mi mundo y lo ¨²ltimo que quiero evitar es ser un diletante. A veces quiz¨¢ no estoy tan al d¨ªa como me gustar¨ªa, pero para bien o para mal yo miro el mundo con ojos de actor. As¨ª es como encuentro la forma de expresarme.
P: ?Ha pensado en escribir su biograf¨ªa?
R: Mientras me pueda seguir expresando con mi trabajo, ?para qu¨¦? Prefiero seguir contando as¨ª mis historias. Soy un tipo afortunado y no quiero estropear mi baile.
La pel¨ªcula 'Tipos legales' se estrena en Espa?a el 12 de abril.
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