La suculenta dieta navarra

A menudo, los pol¨ªticos espa?oles se quejan de que sus sueldos son bajos y, desde luego, mucho menores que los de sus pares europeos. No suelen contar muchos de ellos que redondean con creces sus salarios oficiales con dietas diversas. Y as¨ª, durante a?os, Yolanda Barcina, presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, se lamentaba p¨²blicamente de perder dinero por abandonar su actividad privada, silenciando que hasta pod¨ªa duplicar sus ingresos gracias al bien engrasado sistema de las dietas.

Pero el caso navarro merece un cap¨ªtulo aparte. Muchos de sus pol¨ªticos, tanto de UPN (Uni¨®n del Pueblo Navarro, hermano del Partido Popular), como del PSN (socialistas), elevaban de manera importante sus ingresos gracias a su pertenencia al Consejo de Administraci¨®n de la Caja de Ahorros de Navarra (CAN). El problema lleg¨® cuando se decidi¨® poner orden en el sector y prescindir de los pol¨ªticos en los ¨®rganos de gobierno de las cajas. Pero los pol¨ªticos navarros, en evidente coordinaci¨®n con la CAN, hallaron de forma sencilla la soluci¨®n para sus bolsillos: crear la comisi¨®n permanente de la Junta de Entidades Fundadoras.

Esa junta no existi¨® oficialmente durante meses. Ni siquiera aparec¨ªa en los estatutos de la entidad financiera, pero pagaba religiosamente las suculentas dietas a sus miembros, entre los que estaban la propia Barcina, su antecesor Miguel Sanz, el exconsejero de Econom¨ªa ?lvaro Miranda y el alcalde de Pamplona Enrique Maya. El sistema era casi perfecto: una hora de reuni¨®n en la que se limitaban a escuchar la situaci¨®n de la entidad se pagaba a 2.680 euros brutos o 1.717, seg¨²n el nivel del pol¨ªtico en cuesti¨®n. Casi siempre, para mayor comodidad de los junteros, se celebraban dos reuniones seguidas, o sea, dos horas por las que Sanz se llevaba 5.700 euros.

Pero el sistema no era tan perfecto. Una juez cree incluso que es de dudosa legalidad y ha imputado a Sanz, a Miranda y a Maya, cuyas actuaciones ayudan a entender la debacle de la CAN, ahora integrada en Caixabank. Su m¨¢ximo gestor, por cierto, Enrique Go?i, ganaba 900.000 euros anuales y ten¨ªa una prima por fidelizaci¨®n.