Egipto: de la risa al llanto
La reforma del mundo isl¨¢mico echar¨¢ ra¨ªces cuando se consolide el derecho al disenso
En el a?o 3200 antes de Cristo, el fara¨®n Menes adopt¨® el t¨ªtulo de Unificador de los dos reinos tras fundir en uno solo el Alto y el Bajo Egipto. Hoy, Bassem Yusef, periodista, c¨®mico y estrella televisiva acosada por los islamistas, llama al presidente Morsi unificador de los poderes,en cuanto que ha puesto a su servicio pr¨¢cticamente todo lo que la Constituci¨®n consagra.
El presidente egipcio argumenta que no ha tenido m¨¢s remedio que hacerlo debido al ¡°obstruccionismo¡± de otros actores pol¨ªticos. No parece dispuesto a aceptar que el hecho de haber ganado democr¨¢ticamente unas elecciones, como es su caso, no le legitima para la concentraci¨®n de poderes. Sin duda, el hecho de que en el islam las l¨ªneas que deber¨ªan separar cultura, religi¨®n y pol¨ªtica no est¨¢n definidas es parte del problema. De ah¨ª la ventaja de que disfrutan y el riesgo que suponen los fundamentalismos isl¨¢micos. Hace un par de d¨¦cadas se sosten¨ªa que no constitu¨ªan alternativa alguna, que eran m¨¢s bien un signo de crisis. Por entonces, el arabista Fran?ois Burgat dec¨ªa que el fundamentalismo isl¨¢mico es el ruido que hace la garganta ¨¢rabe cuando traga la modernidad, no cuando la rechaza. Sin embargo, desde entonces ha habido suficientes se?ales y hechos para deducir que en algunos pa¨ªses, Egipto incluido, la garganta ¨¢rabe se est¨¢ atragantando. Desde luego la del presidente Morsi, quien ha atentado contra la constitucional separaci¨®n de poderes, sustentado en una concepci¨®n pol¨ªtico-cultural que se aleja de la modernidad.
Si mantengo que el islam necesita una reforma que dificulte el fanatismo islamista, tal vez se me acuse de simplista. Todos los fundamentalismos ¡ªjud¨ªo, isl¨¢mico, cristiano¡ª son indeseables. La ventaja del cristiano sobre el islam es que naci¨® seis siglos antes y ha superado etapas que a este le falta recorrer.
Morsi ha atentado contra la constitucional separaci¨®n de poderes
La Uni¨®n Europea vio en la denominada primavera ¨¢rabe ¡ªderrumbe de dictaduras miserables y crueles a cuyo sostenimiento nosotros mismos hab¨ªamos contribuido durante d¨¦cadas¡ª una oportunidad para autorredimirse del da?o ocasionado y de las verg¨¹enzas mal digeridas. Pero la democracia, como la Alta Representante para la Pol¨ªtica Exterior ha reconocido, una democracia arraigada y sostenible, es un largo proceso que requiere compromiso, paciencia y trabajo duro.
Defiendo la compatibilidad entre islam y democracia. Pero una democracia definitivamente arraigada y sostenible no es obra de una d¨¦cada para otra en aquellas ¨¢reas geogr¨¢ficas en que la cultura y la historia son diferentes de donde aquella naci¨®, esto es, Europa.
Para que la democracia naciera tal y como nosotros la entendemos fue necesario abandonar las certezas absolutas. Sucedi¨® cuando se renunci¨® a la certidumbre, cuando se extendi¨® la convicci¨®n de que un hombre no puede imponer a otro hombre su propia certeza. En el centro y norte de Europa se ense?a en las escuelas que la democracia es hija de la Reforma protestante. A partir de ella, el individuo era responsable ante la divinidad por el modo en que viv¨ªa su propia vida. La Iglesia pod¨ªa difundir una determinada concepci¨®n de la voluntad de Dios, pero, en ¨²ltima instancia, ¨²nicamente decid¨ªa la persona, cada persona.
Se desvaneci¨® entonces el concepto de divinidad como ¨²nica, absoluta y obligatoria fuente de referencia en lo p¨²blico y en lo privado. Esta reforma ¡ªdesconocida a¨²n en el islam y que el fundamentalismo isl¨¢mico bloquea¡ª permiti¨® en 1689 a John Locke escribir en su Carta sobre la tolerancia lo siguiente: ¡°Aunque la opini¨®n religiosa del magistrado est¨¦ bien fundada, si yo no estoy totalmente persuadido de ello, no habr¨¢ seguridad para m¨ª en seguir ese camino. Ning¨²n camino por el que yo avance en contra de los dictados de mi conciencia me llevar¨¢ a la mansi¨®n de los bienaventurados¡±.
En Europa, la Revoluci¨®n Francesa y la absoluta confianza hegeliano-marxista en la racionalidad de la historia, introdujeron durante un lapso temporal la ilusi¨®n de otro tipo de certidumbre. De nuevo perdida hoy, en una sociedad donde algunos sectores se declaran posmodernos, incr¨¦dulos e inseguros. Seg¨²n el fil¨®sofo cristiano Baget Bozzo, la p¨¦rdida de la antigua confianza sin haber reencontrado el concepto estoico y cristiano de la providencia hace que lo nuevo parezca amenazante y el pasado se revele como el c¨¢lido n¨²cleo de la certidumbre. Algo de esto parecen sentir los islamistas cuando preconizan una vuelta al pasado y<TH>un retorno del islam a la pol¨ªtica.
Los islamistas quieren sofocar la risa de la sociedad egipcia
Me temo que la necesaria reforma del mundo isl¨¢mico no echar¨¢ ra¨ªces hasta que el derecho al disenso, fundado en la relatividad de las propias certezas, se consolide en dicho mundo. Mientras tanto, Bassem Yusef, cirujano cardiaco convertido en estrella televisiva en un pa¨ªs donde la mitad de su poblaci¨®n padece horror c¨®smico a quien perturba un firmamento de incuestionables certezas, continuar¨¢ siendo acosado por quienes preconizan un universo donde no quepa el disentimiento. Como ha escrito el marroqu¨ª Tahar Ben Jellon, ¡°los integristas persiguen a los escritores porque saben que un creador de ficci¨®n introduce la duda y a veces la risa en la fortaleza de la certidumbre. La duda puede pasar, pero la risa resulta insoportable. ?Qu¨¦ futuro puede esperar a una sociedad que ha olvidado la risa?¡±.
Los islamistas quieren sofocar la risa de la sociedad egipcia y ahogarla en el llanto. Ernst J¨¹nger recordaba en 1995, al cumplir los 100 a?os, que el XXI ser¨ªa el siglo en que regresar¨ªan los titanes, figura mitol¨®gica caracterizada por un insaciable apetito de poder. ?Son los fundamentalistas isl¨¢micos los titanes de este siglo? A la espera de que la cultura isl¨¢mica sea capaz de poner en tela de juicio las ¡°verdades absolutas¡±, Bassem Yusef, aun consciente de que, como dec¨ªa J¨¹nger, vivimos un mal momento para los poetas, se ha propuesto dificultar la consolidaci¨®n de los titanes. Y lo hace con el humor y la risa. En entrevista a un medio occidental, ha dicho: ¡°Yo no critico. Satirizo. Y hago re¨ªr, lo que resulta a¨²n m¨¢s impactante¡±. Ojal¨¢ contribuya a agrietar en su pa¨ªs la fortaleza de la certidumbre.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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