La onda expansiva de las empresas emergentes
Est¨¢n cambiando el funcionamiento de la econom¨ªa y crean puestos de trabajo
El reciente anuncio de la creaci¨®n de un banco multilateral de desarrollo y de un fondo de reservas en la cumbre que los BRIC han celebrado en la ciudad sudafricana de Durban evidencia la enorme decisi¨®n con la que los colosos emergentes pretenden desarrollar nuevas iniciativas financieras e institucionales que ejerzan de contrapeso frente a Washington. Hasta ahora el desplazamiento del poder econ¨®mico hacia estas econom¨ªas se hab¨ªa manifestado en espectaculares avances del PIB, en la ganancia de cuotas comerciales a nivel global, en la captaci¨®n masiva de inversiones exteriores o en la capacidad de financiaci¨®n a pa¨ªses avanzados con desequilibrios fiscales o exteriores, entre otros. La creaci¨®n de un banco de desarrollo BRIC es un paso m¨¢s en este trasvase de poder, pero de gran relevancia habida cuenta de que incrementar¨ªa enormemente la independencia financiera del bloque frente a otros financiadores multilaterales o prestamistas de ¨²ltimo recurso, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.
Los pa¨ªses emergentes est¨¢n removiendo las placas tect¨®nicas de la econom¨ªa mundial y cada d¨ªa asistimos a notables avances en su cuota de poder en ¨¢mbitos muy diversos. Posiblemente uno de los menos comentados y analizados son las profundas transformaciones que est¨¢ protagonizando el proceso de internacionalizaci¨®n de grandes empresas emergentes en sus sectores de actividad. Tres datos sirven para poner de manifiesto la importancia de este fen¨®meno: la inversi¨®n exterior procedente de pa¨ªses emergentes creci¨® un 145% entre 2005 y 2011 (UNCTAD), el n¨²mero de empresas emergentes en el top 500 de Fortune se increment¨® de 47 en 2005 hasta 128 en 2011, y las 100 principales empresas emergentes crearon 1,4 millones de puestos de trabajo entre 2006 y 2011, mientras que las incluidas en el ¨ªndice S&P 500 mantuvieron estancado su nivel de contrataci¨®n (BCG).
En los ¨²ltimos a?os hemos asistido a m¨²ltiples operaciones por parte de estos gigantes empresariales emergentes tanto en pa¨ªses OCDE (compra de la minera canadiense Inco por parte de la brasile?a Vale, adquisici¨®n de la sudafricana Aspen Pharma de 25 marcas a la norteamericana GlaxoSmithKline en Australia, compra por parte de la rusa VimpelCom de la italiana Wind Telecom) como en otros pa¨ªses emergentes o least developed countries (caso de la China Railway Construction Corporation en la red ferroviaria en Nigeria, Djibouti y Etiop¨ªa o de la india de bienes de consumo Grodej sobre la indonesia Megarasi Makmur). Cabe destacar que en pa¨ªses que abrazan en mayor o menos medida el ¡°capitalismo de mercado¡± es frecuente que estas transnacionales emergentes cuenten con una participaci¨®n gubernamental relevante en su accionariado y que respondan a intereses del ¨¢mbito p¨²blico. Se trata de las State Owned Entreprises o SOE, siendo las mayores por volumen de activos en el exterior entre los pa¨ªses emergentes CITIC (China, industria), Petronas (Malasia, energ¨ªa), COSCO (China, log¨ªstica), Lukoil (Rusia, energ¨ªa), Zain (Kuwait, telecomunicaciones), Qatar Telecom (Catar, telecomunicaciones) y Tata Steel (India, metales).
?Cu¨¢les son las posibles consecuencias e implicaciones para la econom¨ªa mundial de la intensa estrategia expansiva que est¨¢n llevando a cabo estos gigantes empresariales emergentes? En primer lugar, se incrementa exponencialmente la presi¨®n sobre las empresas occidentales por reducir costes en actividades intensivas en mano de obra y por desarrollar productos y servicios innovadores en las actividades intensivas en conocimiento. En el ¨¢mbito tecnol¨®gico e innovador, por ejemplo, las SOE chinas se beneficiar¨¢n del desarrollo de proyectos como el gigantesco parque tecnol¨®gico China-Singapore Industrial Suzhou, que aspira a replicar el modelo de Silicon Valley en territorio chino a gran escala.
En segundo lugar, el ¨¦xito de las operaciones en el exterior podr¨ªa redundar en una mejora del desarrollo econ¨®mico y crecimiento potencial de numerosos pa¨ªses emergentes. En el caso de las SOE, los beneficios procedentes del exterior son en muchas ocasiones rescatados y utilizados para realizar todo tipo de pol¨ªticas de expansi¨®n del gasto, muchas de ellas inclusivas, como nos ense?a la reciente experiencia latinoamericana, o de desarrollo de infraestructuras, como en el caso chino. En tercer lugar, podr¨ªamos asistir a un incremento en el proteccionismo hacia las inversiones procedentes de estos pa¨ªses, especialmente cuando las operaciones se producen en sectores tecnol¨®gicos, de acceso a recursos naturales o de seguridad, como demuestran los bloqueos de Estados Unidos a operaciones en su territorio de las tecnol¨®gicas chinas ZTE, Huawei o la emirat¨ª Dubai Ports.
En cuarto lugar, la menor aversi¨®n al riesgo de estas empresas puede conducir a las empresas occidentales a llegar tarde a mercados de dif¨ªcil acceso. Por ejemplo, la tecnol¨®gica china ZTE lleva desde 1999 operando en Pakist¨¢n, primer pa¨ªs donde abri¨® una sucursal, y la teleco egipcia Oraskom comenz¨® a ofrecer el primer servicio de tecnolog¨ªa m¨®vil en Corea del Norte. En quinto lugar, las inversiones Sur¨CSur desarrollan y fortalecen los v¨ªnculos pol¨ªticos entre estas regiones, en particular entre China y ?frica y China y Am¨¦rica Latina, favoreciendo un contrapeso a las relaciones atl¨¢nticas. En sexto y ¨²ltimo lugar, las transnacionales emergentes, en la medida en la que vayan interiorizando el valor de la innovaci¨®n y la imagen de marca, y abarcando mayores eslabones de la cadena de valor, generar¨¢n cada vez mayores tendencias en el consumo global. Tal vez el nuevo Smartphone de moda se est¨¦ ideando ahora mismo en Shangh¨¢i y no en Cupertino (California), sede de Apple.
Adri¨¢n Blanco Est¨¦vez es economista en ICEX, investigador en la Universidad de Santiago y experto en inversiones exteriores y mercados emergentes.
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