Joe Weider, emperador del m¨²sculo
Fue mentor de Schwarzenegger y fund¨® numerosas revistas de culturismo
Hoy es habitual acudir a un quiosco y ver en el expositor revistas cuyas portadas est¨¢n ilustradas con tit¨¢nicas im¨¢genes de hombres hipermusculados. Igual de corriente es ver en las p¨¢ginas de esas publicaciones anuncios de suplementos nutricionales que ayudan a mejorar el f¨ªsico; o ver esos productos en tiendas especializadas o herbolarios. Hoy el fitness, esculpir el cuerpo a base de sesiones de gimnasio, es un h¨¢bito de vida para muchas personas. Y esa forma de vivir, ese culto al cuerpo, posiblemente comenz¨® con Joe Weider. Este canadiense, fallecido el 23 de marzo a los 93 a?os, construy¨® todo un imperio basado en el culturismo. Fund¨® revistas como Muscle and Fitness, vendidas en todo el mundo; comercializ¨® todo tipo de suplementos nutricionales, y organiz¨® cert¨¢menes como Mister Olympia, considerado el Mundial de la disciplina. Fue un pionero, un visionario que supo ver que detr¨¢s de la devoci¨®n por el m¨²sculo hab¨ªa un negocio que, explotado correctamente, podr¨ªa dar jugosas cantidades de dinero.
Weider, nacido en 1919, era un ni?o que crec¨ªa en un marginal barrio de Montreal y que sufr¨ªa constantemente el abuso de pandillas de matones y de otros ni?os mayores. Peque?o y delgado, el joven Weider empez¨® a desarrollar sus m¨²sculos inspirado por una revista de la ¨¦poca. Se construy¨® unas mancuernas con chatarra de coches desguazados y poco a poco su f¨ªsico creci¨® a lo ancho. El chico que fue rechazado en un club de lucha porque el entrenador ten¨ªa miedo a que su fr¨¢gil cuerpo se lesionara, fue invitado a entrar en gimnasios de culturismo. Seg¨²n narr¨® el propio Weider, cuando entr¨® al recinto por primera vez, se qued¨® maravillado por la hermandad y el compa?erismo que hab¨ªa.
Fascinado por ese mundo, Weider arrastr¨® a su hermano Ben y fundaron una peque?a revista de musculaci¨®n a principios de los cuarenta. Tambi¨¦n alquilaron teatros de Montreal para organizar campeonatos de culturismo. Poco a poco, los Weider se convirtieron en una referencia y se mudaron a Estados Unidos para conseguir mayor proyecci¨®n. No tardaron en fundar la Federaci¨®n Internacional de Fisioculturismo, ¨®rgano del que Ben fue presidente durante varias d¨¦cadas, y en 1965 crearon Mister Olympia, el certamen internacional donde compiten los mejores culturistas a nivel internacional.
Pero Weider sab¨ªa que todo deporte necesita una estrella, alguien con el carisma suficiente para poner en el mapa un deporte minoritario. Y el canadiense encontr¨® a su astro en Austria. En 1968 presenci¨® c¨®mo un joven llamado Arnold Schwarzenegger se impon¨ªa en una competici¨®n local en el pa¨ªs centroeuropeo. Fascinado por el f¨ªsico del culturista, Weider le convenci¨® para que se fuese con ¨¦l a los ?ngeles y le ofreci¨® que escribiese en sus revistas mientras le programaba las rutinas de ejercicios con pesas. El futuro actor fue el m¨¢s famoso disc¨ªpulo del m¨¦todo Weider de entrenamiento.
¡°No solo inspir¨® mis sue?os
Schwarzenegger siempre dio muestras de agradecimiento hacia el canadiense, al que considera un mentor. ¡°No solo inspir¨® mis sue?os de la infancia, sino que los hizo realidad el d¨ªa que me invit¨® a irme con ¨¦l a EE UU para proseguir con mi carrera en el culturismo¡±, public¨® en su web el exgobernador de California. Los agradecimientos no parecen exagerados, sobre todo si se tiene en cuenta que Weider consigui¨® a Schwarzenegger su primer papel como actor en la pel¨ªcula H¨¦rcules en Nueva York, todo un logro porque el austriaco apenas chapurreaba el ingl¨¦s en aquel entonces.
Con la estrella medi¨¢tica que quer¨ªa, Weider encumbr¨® el certamen de Mister Olympia. Schwarzenegger venci¨® en siete ocasiones, lo que levant¨® algunas especulaciones entre el resto de participantes, que siempre sospecharon que los jueces favorec¨ªan al protegido del due?o.
En las d¨¦cadas de los setenta y ochenta, el imperio no hizo m¨¢s que crecer. Las revistas publicadas superaron la docena, los m¨¦todos de entrenamiento estaban generalizados en los gimnasios y los productos nutricionales llenaban las estanter¨ªas de las tiendas de alimentaci¨®n deportiva. La eficacia de algunos de esos suplementos fue puesta en cuesti¨®n por asociaciones de consumidores, pero Weider siempre defendi¨® su calidad.
En 2003 el empresario vendi¨® sus publicaciones por 350 millones de d¨®lares, pero mantuvo participaci¨®n en algunas de las revistas. Vivi¨® un retiro dorado en sus ¨²ltimos a?os y a pesar de su avanzada edad sigui¨® haciendo ejercicio, aplic¨¢ndose su m¨¢xima de que ¡°no hay edad para cultivar el cuerpo¡±. ¡°Tarde o temprano la gente reconocer¨¢ que el cuerpo humano es otra forma de arte¡±, lleg¨® a decir.
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