Bill, Hillary y ahora Chelsea

La antes conocida como hija t¨ªmida de los Clinton acaba de dejar entrever la posibilidad de dedicarse a la pol¨ªtica y seguir los pasos marcados por sus padres. ¡°Por ahora, estoy agradecida por vivir en una ciudad, en un Estado y en un pa¨ªs donde mi alcalde, mi gobernador, mi presidente, mis senadores y representante tienen todo mi apoyo¡±, declar¨® Chelsea Clinton ¡ªque vive en Nueva York, donde se acaba de mudar a un apartamento de 10,5 millones de d¨®lares¡ª en una entrevista de la cadena de televisi¨®n NBC.

Tranquila y relajada como su padre, el expresidente Bill Clinton, y directa como su madre, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, Chelsea Clinton considera que ¡°si en un momento dado ese no fuera el caso y pensara que podr¨ªa tener una influencia significativa e importante, entonces tendr¨ªa que hacerme y responderme a esa pregunta¡±. De momento la posibilidad ha sido evocada y de ser concretada se estar¨ªa ante una nueva saga pol¨ªtica. Si ya existen los Kennedy y los Bush¡ª Jeb suena como candidato para 2016¡ª, ahora los Clinton inauguran dinast¨ªa. Adem¨¢s, acaban de ampliar el nombre de la Fundaci¨®n que honraba al 42 presidente de la naci¨®n para crecer y convertirse en la Fundaci¨®n Bill, Hillary y Chelsea Clinton.

El cambio de denominaci¨®n se ha hecho despu¨¦s de que Hillary Clinton abandonase su despacho en Foggy Bottom (sede del Departamento de Estado en Washington) y para que quede constancia del trabajo que toda la familia desempe?a en la Fundaci¨®n, con Chelsea cada d¨ªa m¨¢s implicada en los c¨ªrculos y operaciones de su padre.

A sus 33 a?os, una de las ex primeras hijas m¨¢s cotizadas por la prensa est¨¢ dando todos los pasos correctos. Desde finales de 2011, Chelsea Clinton trabaja para NBC como corresponsal especial. Lo mismo comenta una vida que una elecci¨®n, pero todo con el sello Clinton, que es lo que se busca aunque en sus comienzos recibi¨® algunas cr¨ªticas muy duras, como aquella que dec¨ªa que era un claro ejemplo de ¡°nepotismo fracasado¡±.

Durante muchos a?os, la antigua ni?a de pelo encrespado y ortodoncia perpetua intent¨® vivir en el anonimato. Dif¨ªcil cuando se es la hija del presidente de EE UU que sufri¨® un proceso en el Congreso tras mentir sobre su aventura extramatrimonial con la becaria Monica Lewinsky en el Despacho Oval

Durante muchos a?os, la antigua ni?a de pelo encrespado y ortodoncia perpetua intent¨® vivir en el anonimato. Dif¨ªcil cuando se es la hija del presidente de EE UU que sufri¨® un proceso en el Congreso tras mentir sobre su aventura extramatrimonial con la becaria Monica Lewinsky en el Despacho Oval. M¨¢s complicado se hizo cuando su madre decidi¨® dar el salto e intentar la conquista de la Casa Blanca, misi¨®n que no pudo ser y en lugar de dar a la primera mujer presidente de EE UU dio al primer negro. Con su actual marido, Marc Mezvinsky, con quien estudi¨® y se cas¨® en 2010, comparte la presi¨®n que ejercen los focos de los medios de comunicaci¨®n. El padre de Mezvinsky, congresista por Iowa, pas¨® cinco a?os en la c¨¢rcel acusado de fraude y fue excarcelado en 2008.

Ese a?o, 2008, fue importante tambi¨¦n para la joven Clinton. La frustrada carrera presidencial de su madre le hizo reflexionar. "Antes de la campa?a de mi madre, hubiera dicho que no. No porque fuera algo sobre lo que hab¨ªa pensado mucho, sino porque es lo que me han preguntado toda la vida. Ahora no lo s¨¦", asegur¨® en una entrevista con la revista Vogue el a?o pasado.

?Hillary en 2016? ¡°Como su hija, deseo que elija lo mejor para ella, que s¨¦ que ser¨¢ tambi¨¦n lo mejor para nuestro pa¨ªs y la apoyar¨¦ en lo que decida¡±, asegur¨® Chelsea Clinton en NBC. Mam¨¢ Clinton regres¨® la semana pasada a la vida p¨²blica. Vuelve a estar en plena forma. Se ha cortado la larga melena, colocado las lentillas y anunciado un libro para el a?o que viene de sus a?os como jefa de la diplomacia norteamericana. Fuera quedar¨¢n los largos meses de campa?a por la Casa Blanca. Esos quiz¨¢ se los reserva para que alg¨²n d¨ªa sirvan a su hija de gu¨ªa de lo que no hay que hacer.