Quiebras de sal¨®n
Es bueno que los pol¨ªticos tengan ideas, pero es malo que tengan una sola
Desestacionalizado el discurso de la expresidenta madrile?a Esperanza Aguirre en Argentina de las proclamas anti-Zapatero de rigor, el mensaje de su conferencia se puede resumir en una frase tremendista: ¡°Hay que dejar quebrar a los bancos y que los ciudadanos elijan la moneda en que quieren cobrar su salario o sus rentas¡±. Fue pronunciada ante unos 200 intelectuales en el seminario internacional Am¨¦rica Latina: Desaf¨ªos y oportunidades y no consta que se produjeran desmayos entre los asistentes. Por lo que se refiere a la quiebra, las respuestas son: 1) No se guarda memoria de que mientras fue presidenta de Madrid, la ilustre conferenciante defendiera a capa y espada el cierre de Bankia (despu¨¦s de conocer su situaci¨®n real); y 2) deber¨ªa precisar si se refiere a todos los bancos, sea cual sea su tama?o, o solo a aquellos cuya desaparici¨®n no encierra riesgos para el sistema. Porque en esto tambi¨¦n hay clases. Por eso su silencio de entonces respecto a Bankia es loable, mientras que la apelaci¨®n actual a la quiebra es toreo de sal¨®n.
La propuesta de que el ciudadano cobre en la moneda que le parezca o le venga bien conecta el liberalismo de la expresidenta bien con ese estado de naturaleza que tanto tem¨ªa Hobbes o con un futuro de ciencia ficci¨®n donde los bancos (los que no hayan quebrado) se entretienen pagando los salarios o las retribuciones hoy en d¨®lares, ma?ana en yenes o la semana pr¨®xima en mortadelos. Los costes de transacci¨®n, Dios dir¨¢ quien los paga, porque la idea de libertad (la que tienen esos liberales que agotan el liberalismo en ¡°que cada uno haga lo que quiera y los impuestos son el mal absoluto¡±) no se acomoda a peque?eces.
Es bueno que los pol¨ªticos tengan ideas, pero es malo que tengan una sola. Eso se llama fundamentalismo. El hecho de tener ideas y hacer pol¨ªtica con ellas tampoco significa que sean correctas y ¨²tiles. V¨¦ase el caso de Margaret Thatcher, quien, en nombre de una idea (perseguir a los sindicatos y a los despilfarradores que viv¨ªan del Estado de bienestar) puso patas arriba un pa¨ªs, convaleciente todav¨ªa de aquella sacudida. Las grandes ideas no sirven para gobernar; si acaso, para provocar a 200 intelectuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.