El ¡®thatcherismo¡¯ se salta una generaci¨®n
La nieta de la Dama de Hierro se convirti¨® en el foco de atenci¨®n de los millones de personas que siguieron la ceremonia de su funeral por televisi¨®n
?Por qu¨¦ la conoceremos?
?Dentro de las pocas sorpresas que cabe esperar de un funeral, el de Margaret Thatcher, tan meticulosamente planificado por sus partidarios como ansiado por sus detractores, daba margen para a¨²n menos. Hasta que apareci¨® Amanda. Esta joven de 19 a?os empez¨® el d¨ªa liderando la procesi¨®n que llevaba el f¨¦retro de su abuela a la catedral de San Pablo y lo termin¨® record¨¢ndole al mundo que siempre est¨¢ a un paso de volver a fascinarse por su apellido. En un ejercicio de magnetismo nada diferente al de Pippa Middleton en la boda de Kate, la nieta se convirti¨® en el foco de atenci¨®n de los millones de personas que siguieron la ceremonia por televisi¨®n. En parte porque probablemente fuera lo m¨¢s fotog¨¦nico del asunto; un despliegue de elegancia rubia embutido en un vestido negro. Pero tambi¨¦n por la forma, a la vez firme y emocionada como su abuela, en la condujo el duelo nacional leyendo unos p¨¢rrafos de la b¨ªblica ep¨ªstola de los Efesios.
?Qu¨¦ or¨ªgenes le han marcado m¨¢s?
Que fuera Amanda, universitaria en Texas, quien liderara la procesi¨®n junto a su hermano Michael, de 24 a?os, tiene sentido. En una entrevista concedida a un diario brit¨¢nico en los noventa, la Dama de Hierro confesaba que ver a sus nietos, aunque fuera en fotos, era el mayor placer de su vida. As¨ª, sin citar a su hijo Mark. Claro que ¨¦ste nunca fue motivo de mucho orgullo: tras casarse con la millonaria texana Diane Burgdorf, se labr¨® fama de pr¨®spero ad¨²ltero y forjador de frases como ¡°?Los ni?os? Esas cosas vienen con ni?eras incorporadas¡±. Dos tumultuosas d¨¦cadas despu¨¦s, en 2005, la pareja se divorci¨®. Mark hab¨ªa sido detenido el a?o anterior por conspirar contra el gobierno de Guinea Ecuatorial y Diane, recalcitrante cristiana evangelista, se llev¨® a los ni?os a un exclusivo suburbio de Texas. En 2006, public¨®, para esc¨¢ndalo de Amanda, una carta en la prensa brit¨¢nica en la que pormenorizaba las infidelidades de su marido.
?Qu¨¦ futuro podemos augurarle?
Quiz¨¢ por la personalidad de su padre, Amanda y Michael siempre han sido tildados de discretos. Michael siempre fue m¨¢s conocido: fue ¨¦l quien, hace una d¨¦cada, ley¨® la Biblia en el funeral de sir Denis y ahora estudia qu¨ªmica como su abuela. Ahora es el turno de Amanda. Soberbiamente atractiva, fr¨ªa como la conservadora amante del orden que se dice que es, ha emergido como un im¨¢n de afecto p¨²blico con grandes posibilidades por delante. Siempre y cuando no se meta en pol¨ªtica.
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